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Ella lo miró espantada. Su mente era un torbellino, intentaba encontrar la manera de escapar de semejante situación.
-No puedes hacer eso -protestó débilmente. Fue lo único que se le ocurrió decir.
-Claro que puedo -dijo él. Su sonrisa de depredador hizo temblar a ________-. Soy el dueño de la revista y soy periodista. Aparte de eso, soy tu marido. Son todos excelentes motivos para acompañarte a Sakarya.
-¡Pero no quiero que vengas conmigo! No te necesito.
-Pobrecita -dijo con falsa compasión, y luego siguió hablando en su tono normal-. No tienes otra salida. Si vas, voy contigo. Quiero asegurarme de que tu piel de terciopelo no sufra el menor rasguño.
-No soy una niña, ni soy boba. Sé cuidar de mí misma.
-Eso dices tú, pero no vas a hacerme cambiar de idea. Lo siento si he complicado tus planes. ¿Habías planeado que tu amigo fuera contigo? Éste..., ¿cómo se llama?, el fotógrafo...
A __________ se le erizó la piel de la nuca al notar el tono amenazador de Justin. No había olvidado el día que los había visto junto al ascensor y Chris la había abrazado.
-¡Deja en paz a Chris ! -estalló-. Es un buen amigo.
-Me lo imagino. Fuisteis juntos a Washington, ¿verdad? -los dientes de Justin rechinaron y, de repente, la agarró por la muñeca y tiró de ella-. Y es el amigo al que fuiste a despedir al aeropuerto, ¿no?
-Sí, el mismo -admitió, sorprendida de que él se acordara de eso. Intentó desasirse y Justin le rodeó la cintura con el otro brazo.
-Tengo que advertirte otra cosa -dijo-. Sigues siendo mi mujer, y no toleraré que te acuestes con otro. No me importa cuánto tiempo hayamos estado separados. Si lo pillo contigo otra vez, le parto la cara. ¿Eso es lo que quieres? ¿Vas a obligarme a
demostrarte cuánto te deseo? -sin esperar respuesta, inclinó la cabeza y posó su boca sobre la de __________. La obligó a reaccionar y a separar los labios para profundizar el beso.
El gusto familiar de la boca de Justin borró de golpe los años que habían estado separados. _________ jadeó con la oleada de deseo que la impulsó a agarrarlo por los hombros y pegarse a él. Era, de nuevo, como la primera vez que se habían besado.
_________ se derretía y la realidad que los rodeaba se esfumó. Pero, mientras le devolvía el beso, en su interior se avergonzaba de ser tan vulnerable a los encantos de Justin y se reprochaba su falta de dignidad. Éste había admitido que nunca le había importado realmente, sino que le gustaba acostarse con ella. Y ella era demasiado débil para resistirse. Era raro que ningún hombre la hubiera atraído tanto como Justin, claro que tampoco había conocido a otros hombres como su marido. Era duro, brutal, y la fuerza de su personalidad se llevaba por delante a los más débiles.
Sin embargo, la atracción entre ellos no era sólo por su parte, se dijo _________, algo mareada, al cabo de un instante, mientras las manos de Justin rodeaban su cintura. Éste la ciñó todavía más contra sí y dejó escapar un gemido contra su boca. Un temblor lo hizo estremecer.
-___________ -murmuró. Su boca estaba a apenas un centímetro de la de ella-. Vamos a mi apartamento. Aquí no podemos hacer el amor, nos interrumpirían -susurró. La pasión volvía su voz ronca, y la sensualidad de aquella voz estremeció a ________.
-Déjame -protestó ella. De repente, sus manos recuperaron la fuerza y lo empujó. El pánico la invadió al darse cuenta de que quizá fuera demasiado tarde para hacerlo entrar en razón. Su breve matrimonio le había proporcionado un conocimiento profundo de la manera de reaccionar de Justin. El rubor oscuro que cubría los pómulos de éste, el timbre de su voz, las pupilas dilatadas..., todo indicaba que el deseo lo había vuelto medio loco y que se hallaba cerca del punto en que querría acostarse con ella sin importarle dónde se encontraban.
-No -se negó Justin-. Te he dicho que no voy a dejar que te alejes de mí. Ella logró desasirse, pero tuvo la incómoda sensación de que él se lo había permitido y sus mejillas se tiñeron de rojo. Lo miró fijamente.
-No tendrás más remedio -dijo indignada-. ¡Ya no me gustas!
-Acabo de demostrarte qué te equivocas -respondió él, y dejó escapar una breve carcajada.
-¡No me refiero al sexo! No quiero vivir contigo, no quiero ser tu mujer. No puedo impedirte que vengas a Sakarya, eres mi jefe, pero no pienso acostarme contigo.
-¿Ah, no? -murmuró-. Eres mi mujer y quiero que vuelvas a mi lado.
Hablaba con determinación y en sus ojos grises brillaba una resolución imbatible.
Ella se asustó y retrocedió. Desesperada, recurrió a Chris. Mencionó su nombre como si fuera un escudo tras el que pudiera esconderse.
-Mira, Justin, eres un adulto, así que seguro que puedes entenderlo. Chris es alguien especial...
En la mandíbula de Justin, un pequeño músculo se crispó y ella se quedó mirándolo fascinada. Se olvidó de lo que iba a decir. Las manos de Justin volvieron a cerrarse sobre su cintura.
-Ya te he dicho lo que pasará si te pillo con él, y lo digo en serio.
-Sé razonable -rogó ella mientras en vano tiraba de sus manos para que la soltara-. ¡Por amor de Dios, yo no te pido a ti que pongas fin a tu relación con Coral!
Una expresión rara cruzó el rostro de Justin.
-No, no me lo pides, ¿verdad? -bajó la vista hacia ella y, para escapar a la amenaza que representaba aquella bomba de tiempo que cada vez se hallaba más próxima a estallar, ________ intentó reírse como si nada pasara.
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YA NO ME INTERESAS...
Fanfiction______ se preguntaba si Justin la reconocería después de siete años. Había perdido peso, se había vuelto más segura y había conseguido hacer carrera como reportera de una importante revista. Después de tanto tiempo, ¿reconocería Justin Bieber, el nu...