Había un banco cerca, pero __________ había elegido deliberadamente el sillón para mantener a Justin a distancia. Se entretuvo observando a los viajeros que desfilaban a esa hora de la mañana. El vuelo tenía cinco minutos de retraso y Justin ya estaba inquieto cuando llamaron a embarcar por megafonía. Se puso de pie y la tomó del brazo; de repente sonrió.
-Menudos tacones llevas -comentó-. Me llegas casi a la barbilla... Casi.
-Pueden volverse un arma peligrosa -dijo ________, y su boca se curvó ligeramente hacia arriba.
-¿Ah, sí? ¿Y estás planeando usarlos contra mí? -preguntó, y antes de que ella pudiera apartar la boca, él capturó sus labios.
Fue un beso áspero, exigente, que dejó a _________ sin respiración.
-¡Justin, por favor! -protestó, decidida a ocultar el hormigueo que recorría su espalda cada vez que él la tocaba-. ¡Estamos en público!
-Tengo más posibilidades de tocarte en público que en privado, así que pienso aprovecharme -murmuró. Era una advertencia.
-¡Estamos trabajando! -siseó ella-. Intenta recordarlo. No sería positivo para la revista que una de sus periodistas armara un escándalo en un lugar público.
-Aquí nadie sabe que eres periodista -replicó con una sonrisa-. Además, yo soy tu jefe y digo que no pasa nada.
-Yo tengo mis principios, aunque tú no los tengas, ¡y no me gusta que me manoseen! ¿Vas a subir a ese avión o no?
-No lo perdería por nada del mundo -dijo, arrastrando las palabras, y ella comprendió lo que quería dar a entender.
No había duda de que Justin planeaba una reconciliación durante ese viaje, y ella estaba decidida a impedirlo. Marina no la dejaría en la estacada, de eso estaba segura, y fantaseó con la idea de lo furioso que se pondría Justin cuando descubriera que le había dado esquinazo.
Pero por el momento, tenía por delante un largo vuelo en su compañía, y esa idea no le hacía tanta gracia. No sólo porque él la pusiera nerviosa; los viajes siempre la alteraban. Todavía no llevaban una hora en el aire cuando ya había hojeado varias
revistas y había intentado concentrarse en el libro que se había llevado, antes de abandonarlo por una revista de crucigramas. Cuando se cansó de los pasatiempos y volvió a intentar leer su libro, Justin se inclinó hacia ella y le tomó una mano.
-Relájate -le aconsejó, y le acarició la palma de la mano con el pulgar, un gesto que, desde luego, no la ayudaba a relajarse-. Es un vuelo largo y tú pareces una pulga saltarina. Vas a llegar a París agotada, por no hablar de Sakarya.
-No soy buena viajera -admitió-. No se me da bien estar sentada sin hacer nada
-ya estaba aburrida. Suspiraba por su manuscrito, pero le había parecido arriesgado llevarlo con ella.
-Trata de echar una cabezada -recomendó Justin-. Más tarde lo agradecerás.
-Tampoco puedo -dijo con una sonrisa pesarosa-. Me ponen nerviosa las alturas, y no confío en el piloto lo bastante como para quedarme dormida y dejar que él se ocupe de todo.
-No sabía que te diera miedo volar -respondió él.
_______ se erizó.
-No me da miedo; me pone nerviosa, que no es lo mismo. Vuelo con mucha frecuencia, o volaba, y he pasado por un montón de situaciones difíciles de las que he salido con vida. Algunas, incluso las he disfrutado. En realidad, en una época tomé algunas clases de vuelo, pero exigían mucho tiempo, estudio y concentración, y no podía seguir.
-No has perdido el tiempo, desde luego -comentó él con un dejo extraño-. ¿Qué más has hecho desde que nos separamos?
A él parecía fastidiarlo y, de pronto, ella se sintió orgullosa de haber hecho tantas cosas. Al menos así Justin se enteraría de que no había estado llorando su ausencia.
-Hablo seis idiomas, tres de ellos con fluidez -enumeró fríamente-. Sé disparar con puntería y aprendí a montar a caballo. También aprendí a cocinar y a coser, pero me parecía muy aburrido y lo dejé. ¿Algo más?
-Espero que no -replicó, él, reprimiendo una sonrisa-. No me extraña que Downey te mandara a tantos sitios, seguramente lo tenías presionado.
-Greg no admite presiones, es duro como una roca -defendió con orgullo al redactor jefe-. Y él mismo haría reportajes sobre el terreno si pudiera.
-¿Y por qué no puede? Recuerdo que era uno de los mejores, pero de repente lo dejó y no sé por qué.
-Lo hirieron en Vietnam -explicó __________-, salió con vida de milagro. Y cuando todavía estaba recuperándose, su mujer murió de un infarto. Fue un golpe tremendo, no sabían que tuviera problemas cardíacos y, de buenas a primeras, se había muerto. Tenían dos hijos, chico y chica, y la niña lo pasó muy mal cuando su madre murió, así que Greg decidió quedarse en casa con sus hijos.
-Qué duro -comentó Justin. ,
-No habla mucho de eso.
-Pero a ti te lo ha contado...
-A trozos, yo he ido reconstruyendo la historia. Como te digo, no habla mucho del tema.
-Para un enviado especial es mejor no tener familia. El antiguo Pony Express sólo contrataba a jinetes que fueran huérfanos, que no tuvieran parientes, y a veces pienso que tendría que ser igual con los enviados especiales.
-Estoy de acuerdo -dijo con mordacidad, sin mirar a Justin-. Por eso no quiero ataduras.
-Pero tú ya no eres enviada especial -murmuró, y le agarró una mano-. Considera este viaje como tu canto del cisne, porque, cuando regresemos, tu trabajo consistirá en ser la señora Bieber.
________ apartó la mano y se quedó mirando la capa de nubes que se extendía debajo de ellos.
-¿Me vas a despedir? -preguntó enfadada.
VOTEN Y COMENTEN CHIQUILLAS <3
![](https://img.wattpad.com/cover/12914977-288-k21249.jpg)
ESTÁS LEYENDO
YA NO ME INTERESAS...
أدب الهواة______ se preguntaba si Justin la reconocería después de siete años. Había perdido peso, se había vuelto más segura y había conseguido hacer carrera como reportera de una importante revista. Después de tanto tiempo, ¿reconocería Justin Bieber, el nu...