Por supuesto, no habría modo de convencerlo de que la razón de que quisiera divorciarse no era casarse con otro. Nunca entendería que necesitaba sentirse libre.
Los años pasados, en tanto se había convertido en una figura lejana, no le había importado, pero ahora que iba a tenerlo dando vueltas a su alrededor, sentía que se asfixiaba. La personalidad de Justin era demasiado posesiva, demasiado dominante, y si él creía que conservaba algún tipo de derecho legal sobre ella, no dudaría en usarlo.
Por primera vez, _______ consideró seriamente la posibilidad de cambiar de trabajo. Le gustaba su revista, World in Review, pero había otras. Y si Justin empezaba a amenazarla con despedirla si intentaba obtener el divorcio, lo mejor que podía hacer
era frustrar sus planes antes de que él pudiera llevarlos a cabo.
______ miraba una y otra vez su teclado, intentando que las palabras formaran una frase razonable, pero tenía la mente en blanco. Siempre había sido muy entusiasta a la hora de trabajar, las palabras le salían de manera natural, las frases fluían sin
esfuerzo, así que ese bloqueo estaba acabando con sus nervios. Nunca antes le había sucedido nada parecido y se sentía perdida. ¿Cómo iba a escribir sobre algo que la motivaba tan poco? Y es que era un artículo mortalmente aburrido.
Brom acababa de volver del despacho de Greg.
-Me mandan a Munich -anunció mientras despejaba su mesa.
_______ hizo girar su silla para mirarlo.
-¿Algo interesante?
-Una reunión de la Unión Europea que tiene visos de fracasar. Te veré a la vuelta.
-Sí, de acuerdo -dijo ______, e intentó sonreír.
Brom se detuvo junto a ella y le puso una mano en el hombro.
-¿Ocurre algo, ______? Desde hace dos semanas estás rara. ¿Has ido al médico?
-No es nada -aseguró ella, y Brom se marchó.
Cuando se quedó de nuevo sola, se giro hacia el teclado y frunció el ceño. No había ido al médico, no había nada que curara el aburrimiento. ¿Por qué no le asignaban ninguna misión? Greg sabía que su trabajo era mejor como reportera que como
redactora de noticias, pero desde que había vuelto de Washington, de eso hacía ya tres semanas, no la habían mandado a cubrir ninguna noticia, ni siquiera una pequeña.
En cambió, no paraban de «sugerirle» que escribiera artículos que cualquiera podía escribir. Hacía lo que podía, pero se había chocado con un muro de piedra y, de repente, estaba enfadada. Si Greg no pensaba volver a asignarle un reportaje, quería
saber la razón.
Se levantó con mucha resolución y subió a ver a Greg. Éste no se encontraba en su despacho, así que se sentó a esperarlo, y mientras lo hacía su enfado se atemperó, pero estaba decidida a obtener algunas respuestas. La tenacidad que la hacía seguir adelante cuando perseguía una historia la impulsaba también a mantenerse firme en su decisión de llegar al fondo de aquel asunto y averiguar por qué Greg la relegaba. Su relación laboral siempre había sido buena, de respeto y afecto, y de pronto parecía como si Greg no confiara en su capacidad como reportera.
Estuvo esperando cuarenta minutos hasta que Greg volvió, y cuando abrió la puerta y la vio allí sentada, una expresión de preocupación y consternación cruzó por su cara antes de que le diera tiempo a ahuyentarla.
-Hola, preciosa, ¿cómo va ese artículo? -le dijo a modo de saludo.
-No va. No puedo escribir nada.
Él suspiró ante la franqueza de su respuesta y se sentó a su mesa. Jugueteó un poco con el lápiz antes de hablar.
-Esas cosas nos pasan a todos de vez en cuando. ¿Cuál es el problema? ¿Algo en concreto?
-Es aburrido -espetó ella, y Greg pestañeó-. No sé por qué me adjudicas a mí todos los marrones, así que cuéntame ¿por qué? Soy una buena reportera, pero no me dejas demostrarlo. ¿Es que quieres que dimita?, ¿acaso Justin ha decidido que no quiere que su mujer trabaje para él pero no quieres despedirme porque quedaría feo?
Greg se echó hacia atrás el pelo con los dedos y suspiró. Tenía la cara en tensión.
-Me pones en un compromiso -murmuró-. ¿Por qué no dejas pasar un poco de tiempo para que las cosas se tranquilicen?
-¡No! -estalló ella. Luego se calmó-. Lo siento, creo que sé que no es culpa tuya.Siempre me has dado los reportajes que te parecía que podía sacar adelante. Es Justin, ¿verdad?
-Te ha sacado de la lista de reporteros internacionales -reveló Greg. Aunque _______ se esperaba algo parecido, oír en voz alta las palabras que confirmaban sus sospechas fue un golpe más duro de lo que había previsto. Se puso pálida y se estremeció visiblemente. ¡Fuera de la lista de reporteros internacionales!
Era un golpe mortal. Toda la pasión que había sentido por Justin la había transferido después a su trabajo y, con los años, se había dado cuenta de cómo un trabajo satisfactorio enriquecía su vida. No dudaba que un psicólogo le diría que su trabajo era
un mero sustituto de lo que realmente quería, un hombre, y tal vez hubiera sido así en un principio. Pero ella ya no era la misma persona de siete años atrás, era madura, independiente, adulta, y se sentía igual que un músico al que acabaran de seccionarle las manos, como si le hubieran arruinado la vida.
El espanto le dejó la garganta seca.
-¿Por qué? -murmuró.
-No lo sé -respondió Greg-. Mira, cielo, todo lo que sé es que te ha sacado de la lista de reportajes internacionales. Sigues estando en la lista de nacionales, y ha habido varios asuntos dentro de Estados Unidos, pero no te he mandado porque eran
temas fáciles, que cualquiera podía cubrir, y quería que estuvieras disponible por si surgía algo importante. Tal vez me he equivocado. Intentaba hacer lo mejor para la revista, pero se que te sienta fatal lo de quedarte en la redacción demasiado tiempo. Si surge algo, independientemente de lo que sea, ¿quieres que te lo asigne a ti? Sólo tienes que decirlo.
-No importa -respondió con fatiga, y él arrugó el ceño. No esperaba una actitud derrotista de _______. Pero cuando ésta levantó la vista, sus ojos brillaban con enfado-.Pensándolo bien, sí. Lo que sea, cualquier cosa. Si quieres enviarme seis meses seguidos a alguna parte, también estoy dispuesta. La única manera de que no acabe
matando a Justin es que no me cruce en su camino. ¿Se supone que es un secreto lo de que ya no estoy en la lista de reportajes internacionales?
-No creo -respondió Greg-. No te lo había dicho porque pensaba que podría encontrarte otras cosas que te gustaran, pero no ha salido nada. ¿Por qué?
-Porque voy a preguntarle eso mismo a Justin -dijo, y esbozó una sonrisa felina al pensar en plantarle cara al arrogante de su marido.
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ARRIBA LAS QUE SE PASEAN A JELENA Y TODAS LOS DRAMAS QUE HAY lml

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YA NO ME INTERESAS...
Fanfiction______ se preguntaba si Justin la reconocería después de siete años. Había perdido peso, se había vuelto más segura y había conseguido hacer carrera como reportera de una importante revista. Después de tanto tiempo, ¿reconocería Justin Bieber, el nu...