Capitulo 54

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Tenía su libro; debería llamar al agente y preguntar si tenía posibilidades de llegar a publicarse. Y también podía empezar a escribir otro. Debía procurarse los medios económicos suficientes para poder hacerse cargo del niño, o Justin se apresuraría a reclamar la custodia de su hijo.

Justin iba a tener otro hijo con Coral; ella, en cambio, sólo tendría uno, y no renunciaría jamás a él. Dos semanas antes de Navidad, se decidió por fin a llamar a la oficina de Barbara Hopewell. Cuando Barbara se puso al teléfono, _____________ se identificó y, antes de que la otra pudiera decir nada, preguntó si habían encontrado editor para el libro.

-¡Señora Bieber! -Barbara se había quedado boquiabierta-. ¿Dónde está? El señor Bieber se ha vuelto loco buscándola. En cuanto tiene un momento libre, viene desde Europa para intentar dar con usted. ¿Está en Nueva York?

-No -respondió ___________. No quería oír hablar de Justin ni de lo desesperadamente que la buscaba. Por extraño que pareciera, sabía que habría tratado de localizarla, aunque sólo fuera porque era el padre de su hijo-. No importa dónde estoy, lo único que quiero es hablar del libro. ¿Ha encontrado algún editor interesado?

-Pero... -Barbara cambió de opinión y contestó bruscamente-. Sí, tenemos un editor que está muy interesado. Necesito que nos reunamos, señora Bieber, para revisar los términos del contrato. ¿Podríamos fijar una cita?

-No quiero volver a Nueva York -dijo ___________. Al pensar en volver se le hizo un nudo en la garganta.

-Entonces estaré encantada de ir donde me indique. Sólo tiene que indicarme el lugar y la hora.

____________ vaciló. No quería divulgar cuál era su escondite, pero tampoco deseaba viajar a otro sitio para reunirse con la agente. Echó cuentas y pensó que a Justin todavía le quedaba un mes más en Europa. Barbara había dicho que volvía cada vez que tenía un hueco en el rodaje, pero ella sabía cómo estaba planificado el trabajo y era un programa muy apretado. La cuestión era que Justin no podría marcharse de un día para otro, sin previo aviso, incluso en el caso de que se pusiera en contacto con Barbara y ésta mencionara que había hablado con ella.

-De acuerdo -aceptó no sin reticencia, y le dio a Barbara sus señas. Acordaron que ésta fuera a verla a casa ese jueves.

Desde entonces habían pasado dos días y _____________ se sentía cada vez más confiada en que Justin no daría con su escondite. Cuando el jueves viera a Barbara, le arrancaría la promesa de no decirle nada a Justin; no había querido decírselo por teléfono porque sabía que cualquier colaborador de Barbara podría estar escuchando la conversación

por otro teléfono.

Por las noches no podía dormir; le angustiaba haber cometido un error revelando su paradero a la agente. Tenía la sensación de que Justin le llevaba ventaja, como de costumbre. Tumbada en la cama, tensa e incapaz de cerrar los ojos, se imaginaba todas las posibilidades. ¿Y si resulta que Justin estaba esos días en Nueva York? ¿Y si por casualidad se encontraba en la oficina de Barbara cuando ella había telefoneado y ya estaba de camino a su casa? ¿Y si por la mañana se levantaba y se lo encontraba en la puerta? ¿Qué le diría? ¿Qué quedaba por decir?

Las lágrimas pugnaban por escapar debajo de sus párpados y ella se frotó los ojos para hacer desaparecer la imagen que súbitamente se había formado en su mente.

No lograba dejar de ver el rostro moreno de Justin.

Sintió un profundo dolor y se giró hacia un lado. Dejó escapar el llanto y hundió la cara en la almohada para ahogar los sollozos.

-Lo quiero -gimió en voz alta.

Eso no había cambiado y cada día que pasaba lejos de él era una eternidad.

De pronto, hundida en su soledad, admitió ante sí misma que quería regresar junto a él. Quería su fuerza, su presencia, que estuviera físicamente a su lado, aunque no la amara. Quería que le sujetara la mano en el momento del parto y que tuvieran

más hijos. Se acordó de Coral y del hijo de ésta, pero gradualmente se iba dando cuenta de que el amor y la necesidad que tenía de Justin eran más fuertes que su rabia.

Tendría que aceptarlo como era si quería vivir con él. Por fin, se quedó dormida cuando ya casi estaba amaneciendo y se despertó unas horas más tarde con el sonido de la lluvia que repiqueteaba en el tejado. El cielo estaba gris y las calles desiertas y tristes. La nieve no había hecho todavía acto de presencia y el paisaje no tenía aún ese aspecto mágico que proporcionaba. Los árboles habían perdido ya las hojas y las ramas se agitaban unas contra otras, como los huesos

de un esqueleto.

No había nada que impulsara a levantarse, pero aun así se levantó e intentó distraerse trabajando en la posible trama y personajes de otra novela. La segunda vez sería más difícil. La primera se había basado en sus propias experiencias, pero ahora tendría que extraerlo todo de su imaginación.

A media tarde dejó de llover y el ambiente se enfrió. En televisión anunciaron que esa noche llovería de nuevo y que de madrugada nevara. ___________ hizo una mueca. Si las carreteras no estaban en buenas condiciones, tal vez Barbara desistiera de viajar hasta allí y anulara su reunión. Se sintió muy desilusionada. Estaba empezando a recuperar el interés por las cosas.

Tras una hora paseando arriba y abajo, se aburrió. Se sentía atrapada en casa.

Hacía frío y la calle estaba mojada, pero se le ocurrió que un paseo la ayudaría a aclarar ideas y, tal vez, a relajarse y conciliar el sueño esa noche. No sólo eso, se dijo, sino que el médico le había recomendado que hiciera todos los días un poco de ejercicio. Un paseo era exactamente lo que le convenía.

Se abrigó bien, se puso botas altas y un gorro de piel que le tapaba las orejas. Se abrochó el abrigo hasta arriba y se anudó la bufanda alrededor del cuello. Al salir, el aire frío la hizo estremecer pero poco a poco, a medida que andaba, fue

entrando en calor y empezó a disfrutar de tener las calles para ella sola. Era casi la hora del atardecer y el cielo cubierto lo hacía más oscuro de lo habitual. El único ruido era el de las gotas de agua que caían en la acera desde las ramas desnudas de los árboles y el de sus propias pisadas. Se estremeció de nuevo, pero esa vez no de frío.

¿Qué hacía andando como una Oops cuando podría estar a salvo y calentita en su propia casa?, ¿y por qué estaba huyendo de Justin si lo que en verdad quería era volver a estar en sus brazos?

OMG SOLO TRES CAPITULOS MAS Y TERMINO LA NOVELA LLORARE :( ESPERO QUE DISFRUTEN ESTOS ULTIMOS CAPITULOS  Y NO OLVIDEN VOTAR <3 ACUERDENSE DE PASAR POR LA OTRA NOVELA QUE SUBIRE Y YA ESTA EL PRIMER CAPITULO ASI QUE CHICAS HAGAN PRESENCIA ESA NOVELAS LES ENCANTARA QUE REIRAN, LLORARAN, VAN QUERER GOLPEAR LES VA A DAR TALDO PARASAN POR TODAS LAS EMOCIONES ASI QUE PASEN Y LA EMPEZARE LUEGO DE QUE ESTA TERMINE. GRACIAS CHICAS LAS AMO<3...

YA NO ME INTERESAS...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora