En el interior tal vez ofreciera todas las comodidades de un hotel moderno, pero la fachada respetaba la arquitectura tradicional, blanca, lisa, sin, con ventanas ocultas por celosías.
__________ intentó explicar al mozo de equipajes que estaba descargando las maletas cuáles eran las suyas y cuáles las de Justin, pero era como si fuera invisible. El botones de ojos negros, vestido al estilo occidental, sólo seguía las instrucciones de Justin, ni siquiera se molestaba en mirarla, y lo mismo ocurrió con el empleado de la recepción.
El botones desapareció con su equipaje y Justin se metió al bolsillo' la llave de la habitación.
Cuando se habían apartado unos pasos del mostrador de la recepción, _________ lo agarró del brazo.
-Quiero una habitación para mí sola -insistió mirándolo a los ojos.
-Lo siento. Hice la reserva a nombre del señor y la señora Bieber, y te va a costar convencer a un musulmán de que te dé otra habitación -la informó con satisfacción evidente-. Ya sabías a lo que te exponías en este viaje.
-¿Cómo tengo que decírtelo para que te entre en la cabeza? -empezó a decir, llena de frustración, pero él no la dejó continuar.
-Después. Éste no es lugar para discutir. Deja ya de ser tan pesada, lo único que quiero es ducharme y dormir un poco. Créeme, esta noche no corres ningún peligro.
Ella no lo creía, pero tenía que recuperar sus maletas, así que lo siguió y entró en el ascensor. Él apretó el botón del cuarto piso. A pesar de lo cansada que estaba, _________ se quedó maravillada cuando entraron en la habitación, y apenas reparó en que Justin le daba una propina al botones que había subido las maletas. Aunque se trataba de un solo espacio, una reja de hierro forjado con intrincados dibujos delimitaba dos áreas. Delante, un saloncito y, detrás, el dormitorio. Había una terraza con dos sillas de mimbre pintadas de blanco y un sofá también de mimbre con mullidos cojines. Entre las dos sillas había una mesita destinada a servir el té. ___________ salió a la terraza y vio una enorme piscina rodeada de palmeras. Se preguntó si las mujeres podrían usarla. Entró de nuevo en la habitación e inspeccionó la cama, estilo diván, y sonrió al ver la profusión de cojines de colores que la adornaban. La alfombra de pie de cama parecía turca, aunque lo más probable era que se tratara de una copia hecha en serie. Daba igual, el efecto era el mismo. De todos los hoteles en los que había estado, ése era el que más le gustaba. Tal vez la comida fuera espantosa y el servicio, inexistente, al menos para una mujer, pero la habitación le encantaba.
Levantó la vista y se encontró con la mirada penetrante de Justin. Palideció. Él se quitó la chaqueta y _________ vio los hombros dibujados bajo la tela de la camisa blanca. Algo le dijo que la había estado observando todo el rato.
-¿Por qué no te duchas? -sugirió Justin-. Tengo que hacer unas llamadas para asegurarme de que todo está preparado para la entrevista, y me llevará un rato.
Lo que ella quería era agarrar sus maletas y salir corriendo, pero sabía que Justin estaba dispuesto a impedirlo. Tendría que engañarlo, y todavía no estaba segura de cómo lograrlo. La palabra «ducha» sonaba a gloria...
-Muy bien -aceptó con voz cansada. Tomó su maleta y la llevó al baño, que estaba a la derecha del dormitorio. Cerró la puerta tras ella y echó el cerrojo.
A pesar del cansancio, se quedó un rato admirando el baño. Parecía salido de un harén turco, adornado con azulejos de vivos colores. La bañera era enorme, de azulejos negros. Se quitó el vestido y la ropa interior, que el sudor había pegado a su cuerpo. Suspiró de alivio al notar el aire fresco en la piel. Abrió los grifos de cristal, dejó correr el agua y se puso debajo del chorro de agua fresca suspirando. Luego jugó un poco con la fantasía de que varias criadas esperaban a que terminara de ducharse para perfumar su cuerpo con aceites aromáticos, pues esa noche la visitaría el sultán...
La realidad se impuso cuando la asaltó la idea de que se volvería loca en circunstancias semejantes. Ya tenía bastantes problemas sin necesidad de un sultán.
Salió de la bañera y se envolvió en una toalla; luego se preguntó qué podía ponerse. No tenía intención de pasearse en camisón delante de Justin, pero éste sospecharía que pretendía huir si se vestía de calle, así que al final se puso un caftán de color azul zafiro y se cepillo vigorosamente el pelo.
Estaba demasiado cansada para hacerse la trenza y se lo dejó suelto. Después de recoger la ropa sucia y ordenar el baño, abrió la puerta y salió con su maleta. Justin estaba hablando por teléfono y apenas la miró mientras ella sacaba algunas cosas de la maleta, como si pensara quedarse. _________ se paseó por la habitación tratando de ahuyentar el sueño mientras oía cómo Justin hablaba con varias personas.
Al cabo de un rato, él puso la mano sobre el recibidor del auricular para hablarle sin que su interlocutor lo oyera.
-¿Por qué no te echas a descansar un poco? Yo no sé cuánto tardaré en terminar.
Ella no quería dormir, su instinto le decía que no debía hacerlo, pero no podía marcharse mientras él estuviera despierto. Además, estaba cansadísima, le dolían todos los músculos del cuerpo de tantas horas como había pasado sentada en el avión.
Podía descansar un rato hasta que Justin colgara. Tenía el sueño ligero, se despertaría cuando él entrara en el cuarto de baño. Corrió las cortinas de la puerta de la terraza y la habitación se quedó en penumbra. Luego se recostó en el diván con un suspiro extasiado. Estiró las doloridas piernas, puso la cabeza en la almohada y se quedó dormida inmediatamente.
Se despertó al cabo de un rato cuando alguien murmuró «muévete un poco», y se dio la vuelta para hacer sitio al cuerpo que se deslizó a su lado. Era vagamente consciente de que debía despertarse, pero se sentía muy a gusto, y el murmullo sordo del aire acondicionado la arrulló hasta que se quedó dormida de nuevo. El cambio de hora la tenía confundida. Cuando se despertó era de noche. Todavía medio dormida, se fijó en la sombra que salía del cuarto de baño.
-¿Quién eres? -preguntó con voz espesa, incapaz de apartar del todo las telarañas que cubrían su cerebro. Tampoco sabía bien dónde estaba.
-Justin -respondió una voz ronca y aterciopelada-. Siento haberte despertado, he ido a beber agua. ¿Quieres un vaso?
A ella le sonó a gloria y susurró un «sí» mientras trataba de sentarse en la cama. Al cabo de unos segundos, alguien le puso un vaso de agua fría en la mano. Apuró el contenido y se lo devolvió. Él lo llevó de nuevo al baño mientras ella volvía a tumbarse y pensaba, somnolienta, que Justin era como los gatos, que veían en la oscuridad, porque ni siquiera había encendido la luz. Cuando la cama se hundió bajo el peso de Justin, ___________ recordó que planeaba escabullirse, marcharse sin que él se diera cuenta, y su corazón empezó a latir con temor.
-Espera... -jadeó con pánico, y alargó un brazo para empujarlo. Su mano tocó la piel desnuda de Justin. Conmocionada, se olvidó de lo que iba a decir y farfulló-: ¡No llevas nada encima!
En la oscuridad, Justin soltó una carcajada y se puso de lado para mirarla. La agarró de la cintura con su poderoso brazo y venció su inútil resistencia tirando de ella para pegarla a su cuerpo.
-Siempre duermo desnudo, ¿no te acuerdas? -bromeó, y frotó los labios contra la sien de ___________.
A ella se le aceleró la respiración y empezó a temblar al notar la presión del cuerpo de Justin, fuerte, cálido, junto a ella. El olor a hombre inundó su nariz; resultaba embriagador para sus sentidos. Luchó desesperadamente contra el deseo creciente de pegarse más a él y le puso las manos en el pecho para empujarlo, pero sus dedos empezaron a acariciar el vello que le cubría el pecho.
-___________ -murmuró él con voz ronca. En la oscuridad, buscó sus labios y los encontró, y ella le rodeó el cuello con los brazos.
___________ sabía que debía resistirse, pero nunca había podido hacerlo, ni siquiera ahora, cuando tenía tan buenas razones para rechazar a Justin. La tentación de volver a experimentar las satisfacciones físicas que él podía brindarle la disuadía. No era que a él la situación no lo afectara. Su corpachón se estremecía, pegado al de ___________, cuando despegó su boca de la de .ella y le cubrió de besos la cara y los ojos. Ella notó que le bajaba la cremallera del caftán y le deslizaba éste hasta la cintura. A continuación sus manos exploraron los pechos que acababa de desnudar.
Derrotada, ________ enterró la cabeza en su hombro, temblando con la fuerza del deseo que él había despertado. No quería que parara, sabía que se volvería loca de frustración.

ESTÁS LEYENDO
YA NO ME INTERESAS...
Fanfiction______ se preguntaba si Justin la reconocería después de siete años. Había perdido peso, se había vuelto más segura y había conseguido hacer carrera como reportera de una importante revista. Después de tanto tiempo, ¿reconocería Justin Bieber, el nu...