Capitulo 38

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El hombre bigotudo que lo regentaba la miró de arriba abajo y luego le dijo algo al taxista en sakaryano.

-Dice que.tiene una habitación, si quiere, pero que no es la mejor -tradujo el taxista-. Y que tiene que pagar por adelantado y no puede salir de la habitación, puesto que no lleva velo y su marido no la acompaña.

-Dígale que me parece bien -replicó ____________. Le convenía quedarse en la habitación, así se aseguraría de que Justin no daba con ella-. ¿Cómo haré para comer?

Los ojos del dueño del hotel la recorrieron otra vez de arriba abajo y luego, en un francés aproximativo, la informó de que su mujer le prepararía algo de comer. Encantada de poder comunicarse, ___________ le dio las gracias y le dedicó una sonrisa.
Cuando el taxista se marchó, agarró su maleta y esperó con expectación a que su anfitrión la guiara a la habitación. El se quedó mirándola, se inclinó y le arrebató la maleta.

-Está usted muy delgada -gruñó-. Mi mujer le dará de comer como es debido.

Luego la condujo escaleras arriba hasta la habitación y la dejó allí.
____________ examinó el que sería su alojamiento durante las dos noches siguientes. La habitación estaba impecable, pero sólo tenía una cama individual y un palanganero con una jarra azul llena de agua para lavarse. La cama estaba cubierta por una Colcha exótica y varios cojines, y el colchón era cómodo, así que se dio por satisfecha. La mujer del propietario le llevó una bandeja con pan, queso, zumo de naranja y café. Examinó a ____________ de arriba abajo y se quedó estupefacta al verle las piernas desnudas, pero respondió con una tímida sonrisa a la que ella le dirigió.
Después de comer, __________ se quitó el vestido y se descalzó. Ya que tenía que quedarse confinada en aquella habitación tan pequeña durante cuarenta y ocho horas, al menos se pondría cómoda. Revolviendo en su maleta encontró una camiseta amplia y se la puso; así, en braga y camiseta, no tendría tanto calor. Luego sacó de la maleta toda su ropa y la colgó para que se desarrugara. Como no tenía nada más que hacer, se tumbó en la cama e intentó concentrarse
en la lectura de uno de los libros que se había llevado, pero el calor empezó a resultarle insoportable y pensó con nostalgia en el aire acondicionado del Hotel Khalidia. Se echó sobre la espalda y levantó el libro para abanicarse con él. Entonces vio. el ventilador de aspas de madera que colgaba del techo.

-¡Como en Casablanca! -gritó entusiasmada. Se puso en pie y empezó a buscar el interruptor.

Ni siquiera habría podido jurar que ese hotel tuviera electricidad, pero descubrió el interruptor y, cuando lo apretó, el ventilador se puso en movimiento. El aire que levantaba alivió la sensación de asfixia y __________ volvió a tumbarse en la cama. Intentó de nuevo leer, pero no dejaba de pensar en Justin y, de repente, se echó a llorar. Asombrada, pero incapaz de contener las lágrimas, hundió la cabeza en la almohada y sollozó hasta que el pecho empezó a dolerle y los ojos se le pusieron rojos de tanto llorar. ¿Llorar por Justin? Siete años atrás, se había jurado a sí misma que no volvería a hacerla llorar, y pensaba que había dejado atrás todas sus fantasías respecto a él, pero verlo abrazando a Coral había sido para ella un golpe tremendo, como si le hubieran dado con un yunque. ¿Es que iba a ser siempre una tonta con los hombres? Ya había llorado en una ocasión por Justin; volver a hacerlo era una pérdida de tiempo.
Debería estar contenta de haber visto a Coral antes de que Justin hubiera terminado de engatusarla. Para ser sincera consigo misma, era su propia debilidad ante él lo que le permitía responder a sus caricias, desearlas ardientemente, aun a
sabiendas de que era una Oops. Y subconscientemente, en cierto modo esperaba que las cosas entre ellos funcionaran. Tendría que afrontar la verdad de una vez por todas: las razones de Justin para desear que volviera a su lado no eran de carácter emocional sino físico. El sexo entre ellos era satisfactorio. Más que satisfactorio: cada uno sabía cómo volver loco al otro; y no era algo pensado, era innato en los dos. Tal vez por eso se atraían tanto físicamente.
¿No había rehuido siempre acostarse con otros hombres porque sabía que no podrían compararse con Justin? Seguro que a él no le pasaba lo mismo con las mujeres, el apetito sexual de Justin era demasiado fuerte y apremiante, pero no cabía duda de que sentía debilidad por ella. Sin embargo, a ella no le bastaba con el sexo. Amaba a Justin y quería que él la correspondiera. No podían pasarse la vida en la cama, tenía que haber algo más.
Se secó las lágrimas resueltamente y buscó algo que hacer. Leer no serviría. ¡Ojalá hubiera llevado el manuscrito!, se lamentó. Pero... ¡podía escribir a mano y teclear lo que escribiera cuando estuviera otra vez en casa! Sabía que escribir resultaría terapéutico, que la ayudaría a superar el dolor que sentía. Nunca iba a ninguna parte sin varios cuadernos en la maleta, así que sacó uno y se sentó en la cama. Apoyó el cuaderno en la rodilla, ya que no había nada que pudiera servir de mesa. Se obligó a recordar dónde había dejado la historia al marcharse de Nueva York y, al cabo de unos minutos, la escritura empezó a fluir. ¿Y qué si Justin había vuelto a abandonarla? Se tenía a sí misma, su talento y su integridad. Había aprendido a vivir sin Justin, y había sido una estupidez quedarse en la revista después de enterarse de que él la había comprado. Era vulnerable a él, siempre lo había sido, pero sabía que no le permitiría recuperar la posición preeminente que en otra época había tenido en su vida.
Pero ¿y si tuviera un hijo? La idea surgió de la nada y ____________ dejó caer el lápiz y se llevó una mano al estómago. Echó cuentas y pensó que era muy posible, incluso probable. Ahora sería distinto, ya no le horrorizaba estar sola. Estaría encantaba de tener la posibilidad de criar a un niño ella sola. Deseaba tener un hijo, tenerlo entre sus brazos. No había llegado a tomar en brazos a su hijo, se lo habían llevado inmediatamente y únicamente había entrevisto su carita azulada. Otro hijo... De repente anheló que así fuera, lo deseaba ardientemente. Tal vez no pudiera tener a Justin, pero podía tener un hijo suyo y darle el amor que Justin no quería para sí.

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