Capítulo 21: Problemáticos sentimientos. El Tercer Hokage.

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Shikamaru.

Nos encontrábamos siguiendo el rastro de Sasuke, pero unos tipos nos estaban siguiendo.

—Solo hay una cosa que podemos hacer ahora. —dije con seriedad. —Una estrategia que parezca una emboscada. Uno se quedará atrás y dispondrá las cosas para que parezca una emboscada...y los detendrá.

—Así que... ¿hacer de señuelo? —preguntaba Sakura.

—Así es. —afirme. —Si esta persona puede detenerlos, no serán capaces de encontrar a los otros tres. Así podremos perder a los perseguidores, pero el señuelo seguramente...morirá.

Todos nos detuvimos en una rama de un árbol.

—¿Entonces...? —decía Sakura.

—Necesitamos al perro para buscar a Sasuke, lo que significa...

—Bien, yo lo...

—que solo quedo yo. —dije interrumpiendo a Naruto.

—¿Shikamaru?

—¿Por qué tú?

—Es mejor que ser aniquilado. Además, el único que puede preparar este señuelo perfectamente y tener una alta probabilidad de sobrevivir en este grupo...—salté a otra rama. —Soy yo. —reí. —La técnica de imitación de sombras fue originalmente diseñada para detener al enemigo de todos modos. Me reuniré con ustedes después.

—¡Contamos contigo Shikamaru! —exclamó con confianza Naruto.

Ellos comenzaron a irse.

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.

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—Ah, he sido capaz de escaparme bastante bien. —dije mientras miraba las nubes. Entonces percibí a los enemigos y los atrapé con mi sombra. —Lo siento, se supone que soy el cobarde número uno...pero parece que mi personaje es diferente esta vez. —suspiré. —Es verdad que estoy cansado...pero se equivocan con las pisadas. —les mostré unas ramas. —Esto es lo que hizo esas huellas.

—Es solo un chico. —decía uno de ellos. —Si piensa que hemos caído en este truco... ¿Es la técnica de atadura de sombra de konoha de la que había oído hablar?

—¿Ah? Eso es demasiado viejo. —solté una leve risita. —El tiempo ha pasado, ahora la llaman imitación de sombras...viejo.

Me sentía cansado, ha este paso no podré sostener más la imitación de sombra.

Gasté demasiado chakra en aquel combate.

Comencé a contarlos, había ocho...pero pakkun nos había dicho que había nueve, así que el noveno está escondido.

Coloqué cuatro Kunais en una mano y cuatro shuriken en otra.

Los lancé a los enemigos y como era de esperarse fueron esquivados por otros kunais.

Logré dar con su ubicación e iba a usar mi sombra, pero ya no me quedaba más chakra.

—Es inútil. —decía uno de los enemigos. —Sabemos cómo funciona tu técnica.

—Tks.

—Parece que has llegado a tu límite, esa imitación de sombras desaparecerá pronto.

Miré al cielo y veía a las nubes...

Ah, me hubiera gustado decirle lo que sentía a _____.

—Justo como has dicho, he llegado a mi límite. —dije al ver mi sombra deshacerse.

PROMESAS; Nara Shikamaru. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora