PROMESAS; Nara Shikamaru. ✓

[2T] Capítulo 6: Akatsuki, Hidan y Kakuzu.

Asuma-sensei comenzó a atacarlo, yo trataba de buscar la manera de atraparlo.

—¡Que bonitas cuchillas tienes!

Hidan seguía esquivando los ataques y entonces lanzó su arma.

—¡Asuma-sensei! —exclamé al ver que esa arma le iba a dar, pero asuma-sensei lo esquivó. Hidan lanzaba y traía su arma como quería. —¡Maldición! ¡Atrápenlo!

Mi costura de sombra le está haciendo más fácil la batalla a Asuma-sensei.

El plan está funcionando.

Aunque eso no importa mientras él tenga la ventaja en una batalla cuerpo a cuerpo.

Hidan es inmortal, y nosotros tenemos vida y chakra limitados.

La verdadera pelea comenzará cuando lo capturemos.

—¡No funcionará! —decía con una gran sonrisa Hidan. Asuma-sensei hizo una postura. —Esa postura...

Hidan recibió un golpe el cual lo hizo retroceder.

—¿Qué te pareció la técnica de Chiriku? —preguntaba Asuma-sensei. —La suya era más impresionante, ¿verdad?

—¡Maldición!

—Hidan, no bajes tu guardia.

—¡Cállate y observa, maldito Kakuzu!

El otro tipo se mantenía al margen, pero no podemos confiar en que se quedará así.

—Casi lo tienes, Shikamaru. —me habló Kotetsu.

—Más importante, necesito que me ayuden con algo. —les dije que lanzaran shuriken. —¡Esta vez no escaparas!

—Entonces los evitaré.

Hidan comenzó a correr hasta nosotros.

—Tks, maldito inmortal.

—¡Me encargaré primero de los niños!

—¡Estás peleando contra mí! —exclamó Asuma molesto siguiendo a Hidan.

—Oh...

Hidan de la nada se lanzó hacía atrás y tiró de su arma.

—¡Capitán Asuma! —exclamó asustado Izumo.

El arma de Hidan logró darle en la mejilla a Asuma.

Hidan comenzó a acercar su arma con una sonrisa, como si hubiera logrado su objetivo.

Justo cuando Hidan iba a tomar su arma la cuerda que la sostenía fue cortada y su arma quedó a unos metros. Junto a su arma estaba una especie de bastón.

—¿Cómo es posible? —preguntaba Hidan sorprendido. —¿Quién...?

—¡Oh! —exclamó esa voz. —¡He dado en el blanco! ¡Enma!

El bastón que estaba al lado del arma de Hidan comenzó a moverse y entonces unos brazos aparecieron tomando aquella arma.

—¡¿Quién eres tú?! —exclamó molesto. —Tks, mi arma.

—¡Menos mal logré llegar a tiempo! —decía con una gran sonrisa.

—Hidan, te dije que no bajaras la guardia.

—¡Cállate, Kakuzu!

Hidan se alteró y no se dio cuenta de que _____ tomó su arma.

—¡Asuma nii-chan! ¡Sin esta cosa él no es nada al parecer!

—Oh, así que es eso. —sonrió Asuma. —Bien, es hora de acabar con esto.

Asuma-sensei corrió a atacar a Hidan y yo trataba de atraparlo con mi jutsu.