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Miro a mi chica, está empapada de sudor, su corazón late con fuerza y está llorando.

La doctora vuelve a insistir que ella puje y Madison lo intenta, pero nuevamente ella no lo hizo tan fuerte como para que el niño salga.

-Cortame. Hazme cesárea.-Pide ella llorando. Beso su cuello y suspiro.
-Hay muchas que se lo toman con el padre de la criatura.-Dice una de las doctoras sonriendo para que mi novia se relaje.
-Tu cállate.-Grita mi novia y yo no puedo evitar reír un poco.- Ash.-Grita ella adolorida y yo dejo de reírme.
-Aqui estoy mi amor. Aquí estoy, me quedaré así contigo, sosteniendote todo lo que sea necesario.
-Tu mamá.
-Mi mamá debe estar bien, vamos a sacar a ese bebé amor. Puja como si estuvieses golpeando a George.-Digo y ella ríe entre llanto.
-Nunca más pasaré por esto.
-Oh no, bebé. Amo a Nathan, pero quiero otros dos hijos.
-Y yo lo mínimo que puedo hacer es dártelo.-Dice ella llorando.
-No, no debes. Pero también los vas a querer. Yo lo sé.

Madison sigue pujando durante creo que una hora. Intento hacerle alguna que otra broma para que se vaya relajando.

-Lo sentí.-Grita Madison.-Senti cómo salió.-Grita pero yo frunzo el ceño. El bebé no llora.

Veo como la doctora camina con el bebé y otras doctoras hacia una esquina del quirófano, se amontonan alrededor del bebé. Miro a la otra doctora aún con mi novia, creo que le está quitando la placenta.

Escucho a Madison llorar y repetir una y otra vez que sucede. Pero yo no hago nada, no digo nada, estoy paralizado.

Nathan tiene que estar bien.

Y es ahí cuando el agudo y potente llanto me hace reaccionar. Él vive. Nuestro niño vive.

Me bajo de la camilla y ayudo a mi chica acomodarse. Acarició su mejilla y luego depósito un beso en sus labios. Es un beso amargo a causa de nuestras lágrimas.

-Te amo pequeña, lo hiciste excelente. Ahora tenemos a nuestro bebé. Y mamá se enojara.-Le digo y ella me mira confundida.-No pudo hacer eso del babyshower.-Le digo y ella rie. Depósito un beso en su frente.

Respiro hondo, paso la mano por mi cabello y voy hacia donde esta internada mi madre. Al entrar a la habitación, hay un doctor conversando con mi padre. Mi madre me mira.

-¿Donde te habías metido Ashton? Dijiste que regresarías rápido.-Me reta mi padre. Yo no me aguanto la sonrisa.
-Madison estaba con esos dolores porque estaba en trabajo de parto. Tuvimos un hermoso y por suerte saludable prematuro bebé.-Les digo y oigo a mi madre jadear.

Siento los brazos de mi padre abrazarme con fuerza. No son muchos los abrazos que compartimos. Suelen ser más palmadas en la espalda o apretón de manos. Pero un abrazo, no mucho. Se lo devuelvo.

-Felicidades Ashton. Tu seras un gran padre. No serás como el.
-Sere como tú. El mejor padre que conozco.
-Ven.-Pide mi madre y yo voy a ella, ella me hace abrazarla y se pone a llorar.-Mi bebé. Estoy feliz por ti. Serás maravilloso mi vida. Madison tiene suerte.
-Yo la tengo mamá.
-¿Como se encuentra Madison?.-Pregunta mi padre.
-Esta descansado. Fue muy estresante, duradero y agotador el parto. El bebé no respiraba cuando nació. Tuvieron que darle oxígeno y hacer funcionar su corazoncito. Por suerte, ya está todo bien y está en una encubadora.

Cuando voy a la habitación que se encuentra mi novia, decido desviarme un poco de camino e ir al sector de recién nacidos. Miro a través del vidrio a los bebés intentando encontrar al mio. Cuando lo encuentro. Río. El llora quejándose. Una enfermera camina a él y lo toma en brazos mientras lo mece un poco.

Salgo de allí y voy a la habitación de Madison. Cuando entro, me sorprendo cuando la veo abrazada a un osito blanco llorando. Camino a ella rápidamente.

-¿Estas bien?.-Pregunto preocupado. Ella se encoje de hombros.
-No... No lo sé.-Dice ella dejando el oso a un lado y abrazándome. Ella llora entre mis brazos mientras yo acarició su espalda.
-¿Que sucedió?.-Pregunto.
-No se si podre... Tengo miedo Ash. El se adelanto. El debía darme más tiempo.-Dice ella llorando.

Suspiro, me separo un poco y la obligó a que me mire a los ojos. Los suyos están un poco hinchados y colorados. Depósito un beso corto en sus labios y luego otro en su mejilla.

-Tu podrás. Eres buena por naturaleza. Y eres genial con Kyle. Estará todo bien mi amor. Lo prometo. No dejare que fracases en esto y tu no dejaras que yo lo haga. ¿Esta bien?.-Pregunto
-No lo sé.-Susurra.- Yo no se como debo darle el biberón.
-Primero empecemos con tu pecho. El sabrá que hacer. Tú solo siguele. Ahora, debemos sonreír y limpiar ese hermoso rostro porque amor... Nuestro hijo estará aquí en cualquier momento.

Cuando se abre la puerta, volteo contento por poder ver a mi bebé. Pero me quedo congelado cuando veo a George. Madison aprieta mi mano con fuerza.

-¿Donde está el niño?.-Pregunta él, parece un poco decaído.
-No te interesa donde esta mi hijo.-Le digo molesto. El niega con la cabeza.
-No es tu hijo. Es mío. -Dice George.

Como si fuera mio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora