48

14.6K 680 88
                                    

Capitulo especial

Punto de vista de Justin


Tomo a mi pequeño angel, ella me abraza por el cuello ni bien me ve.

- Papi. - Me dice sonriendo. - ¿Vamos a ver a mi mami hoy? - Pregunta entusiasmada. Yo suspiro.
- Eso espero mi niña.
-¿Podemos? ¿Si que si?
- Veremos. - Digo besando su mejilla regordeta.

Mi niña es toda una maravilla de ver. Tiene su cabello rubio como el mío, un par de ojos grises y azulados depende del día o clima que son iguales a los de su madre. Una nariz muy bien hecha para su rostro, unos labios rosas carmesí carnosos y unos hermosos cachetes que siempre todos quieren llenar de besos.

Es el ser más hermoso e inocente de este insípido mundo donde hay mucho mal dando vueltas. Tanto mal que a veces, es imposible detectar.

La subo al auto y le abrochó el cinturón de seguridad. Comienzo a conducir hasta la institución donde se encuentra Barbara, hasta hoy ella no ha dicho mucho de lo que vivió, solo pequeños detalles que me hacen poner la piel de gallina.

Porque si bien ella me rompió el corazón, es la mujer que amo. La mujer que decidí pasar mi vida entera. Y una gran parte de mi siempre va amarla y velar por su bien.

Por su felicidad.

Luego de media hora de viaje donde mi pequeña no para de cantar las canciones de la granja de Zenon, aparco en el estacionamiento de la institución y me bajo. Tomo a mi pequeña y la dejo en el suelo.

Me agacho para quedar de su altura. Ella me mira intrigada.

- Peque, intentaré hacer que veas a mami. Pero no es algo seguro.
- La etanio. - Susurra ella y yo asiento. Beso su nariz y ella ríe.
- Lo se cariño. Yo también extraño a tu mami.
-¿Puede venir con nosotos a casa?
- No aún. Vamos cariño.

Cuando estamos esperando por Barbie en la sala, me siento nervioso. No he venido a verla muchas veces, sé de ella por lo que los psicólogos y agentes de aquí me dicen. Miro mi reloj, llevamos esperando casi veinte minutos.

Entonces la puerta se abre, y mi corazón se rompe en cuanto la veo. Ella no luce como la chica de la cual me enamore años atrás. Ella luce totalmente distinta. Sus ojos que antes demostraban felicidad, alegría, amor... Ahora son tan vacíos que puedo imaginar un desierto en ellos.

Su piel luce mucho más pálida de lo que solía ser, le faltan cómo diez o más de kilos. Su cabello rubio está sobre sus hombros con un corte un poco desprolijo.

Luce terriblemente fuera de lo que ella era.

Pero no fea.

- Justin. - Susurra ella al verme. Su mirada se cristaliza por las lágrimas retenidas. Entonces, mi hija la ve. Sus miradas se encuentran. - Mi niña.
- ¡Mami! - Grita Kylie corriendo hacia sus brazos y abrazándola. Su madre la sujeta con fuerza mientras peina su cabello.
- Mi niña hermosa. Mira lo grande que estás.

- Te etanie mucho mucho.
- Y yo a ti mi dulce princesa.

Ellas permanecen abrazadas unos cuantos minutos más, entonces, luego Kylie le cuenta a su forma todo lo que hizo y recuerda mientras que su madre no estaba.

Una hora más tarde, Madison pasa a buscarla para llevarla a casa.

Una vez solo con Barbie ella me mira, muerde su labio con fuerza. Noto un poco de sangre saliendo de el, así que con mi dedo, lo retiro.

- No te hagas daño. - Le pido. Ella asiente.
- Ella está... Esta tan grande. Y hermosa... Y lo juro Justin... La he extrañado cada día.
- Nunca intentaste saber de ella.
- Perdóname. - Dice rompiendo en llanto.

Una parte de mi quiere abrazarla, refugiarla en mis brazos para que se sienta segura, otra parte, quiere alejarse. Ignorando ambas partes, decido invitar a una tercera, donde solo tomo su mano para darle animo a seguir hablando.

Ella mira mi mano.

- Yo... El...
- No es necesario que me expliques. - La corto. Ella asiente.
- Tu crees... Tú crees que yo no te amaba.
- Sé que me amaste. Sé que nuestro amor fue real.
- Si...
- Y también se que di por hecho nuestra relación.
- No. - Me interrumpe.
- La primera vez que hablaste con ese tipo, yo no te prestaba atención suficientemente. Entiendo que él te hizo sentir como yo debía haberte hecho sentir. Especial y única. Amada.
- Justin. - Susurra dándome un apretón en la mano.
- Pero cambie. Intenté darte lo mejor que pude para que te quedarás conmigo... Lo intente tanto... Y cuando te fuiste. Me pregunte en que momento deje de ser suficiente.
- Nunca, Justin. Tú eres el mejor hombre que una chica pueda tener.
-¿Entonces porque Barbie? ¿Entonces porque te fuiste rompiendo mi corazón en Miles de pedazos?

Ella guarda silencio. Su mano libera la mía, la veo ponerse de pie e ir hacia una esquina de la habitación. Se queda allí unos minutos. Luego voltea y me mira. Su rostro está lleno de lágrimas.

- Cometí un error. No fue dejarte... Fue uno peor.
-¿Cuál? - Pregunto. Ella niega con la cabeza, más lágrimas salen de sus ojos.
- Dime.
- Creí que me estaba enamorando de él. Y compartí fotos de lo que más amaba...
- Kylie. - Susurro. Ella asiente.
- Fotos de nuestra bebita. No eran fotos malas... Eran fotos de todos los días, de lo normal.
-¿Que paso con esas fotos, Barbie?
- Cuando intentamos... Regresar... Tú y yo. Deje de hablar con el. Lo juro, lo hice. Lo bloqueé y todo. Pero seguía insistiendo.
-¿Entonces?
- Un día me encontró... Me dijo que si seguía con ustedes me arrepentiría... Que él... El hacia cosas Justin. Cosas muy malas, yo no lo sabía.
-¿Que te dijo?
- Nos quitaría a Kylie y jamás volveríamos a verla. - Dice ella, no puedo evitar ponerme de pie y abrazarla, ella llora entre mis brazos durante demasiado tiempo, se aferra a mi chaqueta.

Murmura cosas que no logro entender mientras continúa llorando como si algo dentro de ella se descargara. No puedo evitar sentir mi corazón terminar de romperse.

Nunca quisiera verla sufrir y ahora lo estoy haciendo.

- Barbie, todo estará bien. Estás bien ahora.
- Nunca volverá a estar bien. Mate a alguien. Abandone a mi familia... Me mate.
- Barbie. - Susurro, ella se aferra con más fuerza.
- Me mate.

Suspiro y dejo que se quede entre mis brazos hasta que su respiración de tranquiliza y entonces, entonces noto que se ha quedado dormida.

Aparto un mechón de cabello de su rostro y beso su frente con ternura.

- Te amo Barbara. Siempre lo haré. - Susurro, sabiendo que no lo escuchará.

Como si fuera mio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora