Capítulo 7

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Amber.

Mientras revisaba mi celular y ignoraba al viejo profesor de 60 años que daba las clases de historia, un sonido de alguien arrastrando su silla cerca mío, me provocó un pequeño susto haciendo que mi teléfono resbalara hasta caer justo en los pies de la persona que esta sentada ahora a mi derecha.

—Creo que será mejor que cuides tu celular, manitos de manteca— y ahí lo tenia de nuevo molestado.

—Cierto, pero tu podrías cerrar tu gran boca y dejar de hablarme con tu voz tan irritante—Digo para luego voltearme y hacer que me interesa la clase.

Si, y esa era yo después de que Aaron Wood se las ingeniera para molestarme cada día.
No sé, supongo que sus comentarios tan fuera de lugar, provocaban que mi mal humor se sobrepasara.

Me desconcentro al sentir una respiración muy cerca de mi mejilla.
Doy vuelta mi cara de repente haciendo que sus labios queden a pocos centímetros de los mios.
Siento mi cara arder. Sus ojos conectan con los míos y inmediatamente una pequeña electricidad me recorre por todo el cuerpo.

Su acercamiento me pone nerviosa y no sé por que.

—Tranquila, no te voy a besar—ríe mientras se aleja—Solo que te quería devolver tu celular para cuando decida invitarte a salir—me da una de sus sonrisas más egocéntricas mientras me pasa el maldito aparato.

«¿Ven? es un engreído ¡No es mi imaginación!»

Bufo en respuesta.

Para mi suerte, luego de unos minutos, suena el timbre y salgo corriendo sin ni siquiera mirar atrás

Voy caminando por el pasillo de la escuela directamente hacia el cafetería.
Pero pronto una voz gritando mi nombre hace que me voltee.

—¡Mia!—digo dandole un fuerte
abrazo.—Pensé que estabas enferma, me tuviste abandonada por una semana—hablo a la defensiva, pero con una sonrisa todavía en mi rostro—Me tenias preocupada.

—Lo sé, nena, pero tenía una gripe de infarto—dice riéndose aunque no tuviera nada de gracioso, pero en fin—Vayamos a comer, muero de hambre— me agarra del brazo.

Sé que quiere preguntarme de todo, pero todavía no quiero hablar sobre eso.
No he querido hablar de como he sobrellevado mis nuevos días sin Nathan, porque ademas de sentirme estupida por no haberme dado cuenta que mi novio se revolcaba con otra, sentía su ausencia en cada parte de mi día.
Desde que le conté todo lo que había pasado con él, ella no a vuelto a tocar el tema.
Y así lo prefiero.

—Bueno, vamos—respondo caminando detrás de ella.

Cuando llegamos a la cafetería, vemos a nuestro amigo Luke sentado en una mesa con tres sándwiches.
Corremos hasta él y lo abrazamos dandole una sonrisa.

—Luke, pensé que ya no pedirías más nuestro almuerzo después de que se nos cayeran al suelo por accidente—digo aguantando una pequeña risa ya que esa vez nos había traído pollo, y bueno; Mia y yo lo odiamos.

Nos sentamos.

—Bueno pequeñas, pero me acabo de enterar de que el pollo no les gusta así que...—es interrumpido haciendo que esté mirara para todos lados buscando a la persona que lo había hecho.

—Buen día, par de perdedores—Oh genial, Aaron ya venia a molestar junto con su grupo de amigos ineptos. Detecten el sarcasmo.

     —Deja de molestar imbecil y piérdete—digo entre dientes mirándolo fijamente.

Las complicaciones de enamorarte © |Completa| (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora