Las complicaciones de enamorarte © |Completa| (editando)

Capítulo 17

Amber.

Me despierto gracias al horrible dolor en mi cabeza.

Puedo sentir que estoy en una superficie blanda y muy suave; me remuevo incomoda, dándome cuenta que me encuentro en una cama.

Abro los ojos y lo primero que veo son unas frazadas color azul marino. Mi vista se siente aún nublada y cuando logro recomponerme, me siento.

Una habitación en la que no he estado jamás, se hace presente en mi visión y lo unico que puedo pensar es en la fiesta de anoche.

Carajo, no recuerdo nada.

«Estoy en la habitacion de un extraño»

Miro debajo de las sabanas para comprobar si mi ropa sigue en su lugar, pero para mi desgracia me encuentro con una remara ancha color blanca.

«Mierda Amber ¿Qué hiciste anoche?»

Esa y miles de preguntas pasan al momento de fijarme que debajo de esa remera solo esta mi ropa interior.
Me tiro de nuevo en la cama y refriego mis ojos, como si eso me ayudaría a sacar la neblina que hay en mi cabeza y recordar que habrá pasado.

La puerta de la habitación se abre llamando mi atención, y como si fuera poco la preocupación, el destino parece estar más en mi contra.

Aaron cruza la puerta y me mira entre burlón y ¿enfadado?

—Parece que la bella durmiente por fin a despertado. —Dice mientras mira mi rostro en todas direcciones.—Pense que jamas lo
harías— ríe.

«¿Por qué estoy en la cama donde seguro estuvieron todas las chicas a las que trajo a su casa, prácticamente desnuda?» Ay no...

—¿Qué hago aca?—Pregunto mientras señalo al rededor. Su cara de desconcierto se hace presente.— Ya sabes... — de pronto parece entender lo que quiero decir.

—No deberías tomar así nunca más Amber— Habla enojado—Cualquiera se pudo haber aprovechado de ti, como ese en la barra, que estaba tonteando contigo—Gruñe.

—¿Entonces por qué mierda no tengo mi ropa puesta, si hablamos de aprovechamiento?— hablo con voz temblorosa mientras ignoro sus consejos.

—Porque no debe ser nada agradable dormir con alcohol esparcido en la ropa—responde simple.

—Yo no tenía alcohol... — dejo que mis palabras en el aire, cuando de pronto flashbacks pasan por mis ojos de mi conversando con un lindo chico, en la barra de tragos.

—Jason—Digo en voz alta.—El barman, también compañero mío de historia— Agrego.

—Si, como sea... —dice con fastidio.— Seguro era un idiota que te emborracho para llevarte a su cama.— habla mientras deposita una pastilla y un té, que no me había dado cuenta que llevabas en sus manos; en la mesita al lado de la cama.

—No... quería ser amable y yo me pasé con los tragos—Digo a la defensiva.

—De todos modos era un idiota— Gruñe.