Capítulo 45

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Amber.

Estaba ansiosa por que Aaron no me había dicho adónde íbamos.

Según el "era una sorpresa", así que, me prometí a mi misma dejar de preguntar.
Tenia los ojos vendados mientras íbamos en la moto.
No tenia miedo en lo absoluto, en sus brazos me sentía seguro y estaba fuertemente agarrada a ellos.

No me pasa por alto, como el viento me esta despeinando y mi vestido se sube.

Se que no es la mejor opción montar una moto cuando llevas un "vestido elegante", pero no podría importarme menos, ya estaba arriba y no me podía arrepentir.

Cuando siento que la moto va bajando su velocidad, sonrío.
Se que hemos llegado y quiero sacarme esta estupida tela de mis ojos.

No hasta que siento que nos hemos detenido, que suelto las manos del firme abdomen de Aaron.

El no habla, y eso le pone un poco de emoción a su accionar.

Minutos después, siento como el se baja, dejándome a mi arriba
.Me tiene de la cintura, para no perder el equilibrio, y ahora, por fin, decide hablar.

     —Te bajare con cuidado ¿Si?—asiento ante su intento de tranquilizarme.

Por fin logra que ponga mis pies en el suelo.

Caminamos y nos detenemos minutos después.

    —Voy a sacarte la venda, quédate quieta—me quedo en mi lugar hasta que siento como se coloca detrás de mi.

En dos segundos, tengo la vista despejada y un hermoso restaurante con millones de luces, hacen que mi boca quiera caerse al suelo.

Llevo una mano a mis labios y miro todo con absoluto detalle.
Las paredes de roca artificialmente bonitas, poseen luces rojas y  blancas, dandole un efecto maravilloso.
Las puertas son abiertas por un hombre de traje quien saluda a todos cordialmente.

Nunca había estado en un lugar así, jamas había visto este restaurante.
Ahora me pregunto si será reciente.

     —¿Te gusta?— fijo mis ojos en los verdes frente a mi, lo único que atino a hacer es fundirlo en un abrazo.

    —¡Me encanta!— chillo como una niña.

Veo a Rosa a lo lejos quien mira la situación con confundida.

Aaron me agarra de la mano y caminamos juntos hasta ella.

     —Ross— saluda Aaron con un cariñoso beso en la mejilla.

    —Pequeño...—me devuelve el saludo su abuela. Sus ojos se fijan en mi.—Amber—sonríe extrañada.
Mira nuestras manos recientemente entrelazadas y sus ojos brillan con emoción.

    —¿Acaso me perdí de algo?—Aaron y yo sonreímos en su dirección.

   —¿Por qué no pasamos?— cambia de tema deliberadamente él.

Pasamos por el camino de maderas perfectamente alineadas y embadurnadas con marrón brillante, y llegamos hasta la puerta.

El señor que esta ubicado en la entrada, nos sonríe con un asentimiento de cabeza.

Entramos al lugar y todo es mucho mas hermoso.
Adentro todo es extremadamente cálido, y las personas están sentadas, comiendo y charlando.
Varias lamparas en forma de araña, cuelgan de el techo perfectamente pintado de azul.

Todo es hermosamente elegante y solo pienso en cuanto le habrá constado a Aaron traernos aquí.

Nos sentamos, luego e decir que tenemos reserva y nos dan una mesa.

Las complicaciones de enamorarte © |Completa| (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora