Amber.
Inesperadamente, Aaron se puso tenso.
Su mano agarro la mia.—Si nos sentamos te explico bien—asenti y nos dirijimos a una pequeña cafeteria.
Sabia que Aaron no era de contar su vida personal a las personas. Me sentia bastante bien al saber que confiaba en mi, que realmente lo hacía.
—Ven—asenti y camine hacia su lado. Nos sentamos y mientras pediamos algo para tomar, nos quedamos un rato en silencio.
—Bueno, enrealidad no tengo mucho dinero para mi—mis ojos llegan hasta los suyos y hago una pequeña mueca de desconcierto.
—¿Cómo?— suspira ante mi pregunta.
—Como escuchaste—aclara despacio—La plata es más de mi hermana que mia, pero como digo, puedo comprar lo que me plazca—rasca su nuca.
—¿Pero, de dónde sacas el dinero?— pregunto a la vez que tomo de el café que segundos atras habían depositado frente a mi.
—De una herencia—aclara mientras también lleva la taza a su boca.
—¿De una herencia? ¿Cuál?— parecía una acosadora, pero el decía muy poco.
Bufa.
—De mi madre—hace sonar su garganta—Le dejo el sesenta porciento de sus cosas a mi hermana, pero solo lo puede tener cuando cumpla dieciocho, en cambio yo, le pido a nuestra abuela que me de la plata todos los meses hasta que quede en cero, y a eso lo ahorro yo para estudiar.
—No deberías de gastar en mi—lo regaño apunto de pararme y ir a devolver el vestido.
El sujeta mis muñecas con delicadeza, pero aún así, logra tirar de mi.
Caigo sentada otra vez.
Sus manos envuelven las mías y a una se la lleva a los labios, para darle un pequeño beso.—Eres lo mejor que tengo, por supuesto que quiero darte todo, quiero poner el mundo a tus pies, y suena estupido, porque soy un simple adolescente de diecisiete años—baja la mirada por un par de segundos—Y suena tan loco, pero te necesito, llegaste a ser alguien muy especial, alguien a quien no puedo perder, no sé que brujería usaste—reímos—Pero todo paso tan rápido, y me da miedo, muchas veces.
Y en verdad aveces yo sentia lo mismo.
Inseguridad. Todo paso tan rapido y tengo tanto miedo de que algo nos separe.
Es loco lo mucho que puedes llegar a querer en tan poco tiempo.
De repente viene alguien que quiere ver lo que realmente sos.
Tu alma queda desnuda, con la esperanza de que esa persona la vista a besos.
Es por eso que da miedo.
Porque esa misma persona te puede llevar a la cima, pero con cualquier acción, puede empujarte y hacerte estrellar con tus propios sentimientos.—Amber—salgo de mis propios pensamientos y cierro ligeramente los ojos por un segundo.
—¿Podemos volver a casa? Estoy muy cansada—Aaron asiente y luego de dejar el dinero sobre la masa, salimos de lugar.
[...]
Bajo del auto luego de darle un beso a Aaron, como despedida.
Sentía mis ojos pesados y ni hablar de el dolor de mi espalda, que aunque lo había ignorado, ahí seguía.
Era muy de noche, y no podía decir cuantas horas me había quedado con Aaron en el paseo de compras, pero a de haber sido muchas.
Seguro mi papá se fue a trabajar y ni se dio por aludido de que yo faltaba en la casa.
Saco las llaves de abajo de la alfombra de bienvenidos y abro la puerta.
La vuelvo a poner en su lugar.
Antes de entrar miro el garaje, y una mueca de tristeza se forma en mis labios cuando veo que hace bastante tiempo esta del mismo color.
Entro y cierro la puerta.
Camino hasta mi habitación, y cuando llego, me tiro en la cama.
Veo la computadora y la agarro.
El buzon de mensajes estaba repleto.
Uno logra llamar mi atención.
Desconocido.
Si vivir en un cuento de hadas quieres, te dejaré, pero será de esos que siempre terminan mal.Miro de nuevo el número con el corazón latiéndome a mil.
¿Quién se hacia el gracioso a estas horas?
Ruedo los ojos al pensar que seguro es equivocado.
Cierro la computadora con fuerza y solo ahi soy consiente de mi malhumor.
Me despojo de la ropa y agarro un pantalón de dormir con una remera.—Maldita sea—el dolor de mi espalda se intensifica un poco cuando paso la remera por ese lugar.
Me acuesto y el sueño me gana rápido.
[...]
Mientras me paseaba por mi habitación ansiosa esperando a que Aaron llegara, me había cambiado tres veces de ropa.
Al final decidí ponerme unos shorts y una remera casual.
No quería que se burlara al ver que había tardado bastante en elegir que ponerme.A diferencia de ayer, es un mensaje el que cae en mi buzón, y no una piedra en mi ventana.
Aaron.
Ya estoy en tu casa, sal amor.
Salgo corriendo pero sin hacer mucho ruido, y abrí la puerta despacio.
Sin esperar reacción, lo envuelvo con los brazos.
—Pensé que mi padre nos descubriría—rio nerviosa.
—No pasó, morocha—nos subimos a la moto y sin saber el destino que me esperaba, decido dejarme guiar por él.
Como siempre, el aire es el primero en encontrar mi rostro junto a mis brazos que se elevan por inercia.
Disfrutaba todos los momentos que tenia junto a él.
Ya sea con la octava maravilla de fondo, o simplemente arriba de una moto.Sabia que íbamos para la cuidad por las rutas que había elegido.
Y mis ojos viajan por cada lugar, detallando cada una de las cosas.
Mis brazos poco después, se aferraron a su estomago y cerré los ojos apoyando la cabeza en su espalda.Este era uno de los momentos, que valían la pena, uno de esos que siempre se quedaría en mi corazón a pesar de todo.
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N/a: ¡Buenass!
¡Acá les dejo otro capitulo!
Espero que lo disfruten :)
Nos leemos en el próximo :D
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Las complicaciones de enamorarte © |Completa| (editando)
Romance//NOVELA AGREGADA A LA LISTA OFICIAL DE ROMANCE WATTPAD// Tengo la fiel teoría de que los amores más intensos aparecen cuando menos los esperamos. Justo cuando no estamos buscando nada, terminamos con el corazón en la mano y con una persona que e...