Las complicaciones de enamorarte © |Completa| (editando)

Capítulo 41

Aaron.

A paso rápido, seguía a Amber quien subía las escaleras como si su vida dependiera de ello.

No me costo mucho llegar hasta el segundo piso, pero por otro lado, la morocha frente a mi llega exhausta.

Parece no importarle mucho por que en seguida se pone a buscar el numero d ella habitación.

Cuando la encuentra, decido que ella entre sola solo por el hecho de darle su espacio.

Si bien me gusta mucho y tengo las terribles ganas de acurrucarla en mis brazos y poder calmarla, se que será ir demasiado rápido.
Me siento en las pequeñas banquetas blancas enfrente de la puerta, recorro la habitación y las paredes amarillas y el increíblemente molesto olor a diversas cantidades de remedios inundan el lugar.

Este hospital es muy diferente a otros ya que es solo para personal que trabaje en las comisarías de los alrededores.

Las paredes están decoradas con frases alentadoras y algunas que otras fotos colgadas.
Obviamente al estar en terapias intensivas se puede ver alguna que otra persona llorando.

Los gritos dentro de la habitación me traen de nuevo a la realidad.
Poco después, el doctor sale mientras murmura un "Niños insolentes" por lo bajo.

Esta vez las ganas de ver a Amber me terminan de convencer y entro rápidamente por la sencilla puerta negra con números en una perfecta caligrafía en color dorado.

Una cabellera morena hace acto de presencia frente a mis ojos.

Esta tirada en los pies de su padre, su espalda se mueve de arriba a abajo mientras su llanto es lo único que se lleva el silencio de la habitación.

—Amber— la llamo, despacio.
Se despega suavemente y se da la vuelta, me mira y el brillo en sus ojos me marea a tal pinto que ni siquiera siento cuando corre hasta mi y me abraza.

   —No puedo verlo ahí, n-nno pue-edo— tartamudea mientras sigue llorando.

   —Tranquila morocha, todo va a salir bien, el se recuperara, y estaremos de aquí a dos semanas comiendo todos los día con tu padre, así me va aceptando en la familia—bromeo con lo ultimo y logro sacarle una pequeña pero existente sonrisa.

   —Tienes razón, el es fuerte, todo saldrá perfecto—intenta ser positiva pero el terror en sus ojos la delatan.

Nos quedamos en silencio mientras las respiraciones de ambos inundan la habitación. El bip bip bip, de las maquinas conectadas al padre de Amber, hacen eco en mis oídos, trayéndome a un doloroso recuerdo.

Flashback.

Mi mente estaba borrosa, pero aun así podía ver como el cuerpo de mi mamá, estaba recostado, entubado, y miles de golpes se encontraban por todos lados de su cuerpo.

El sonido de la maquina me hacia llorar desconsoladamente por el pinchazo en mi corazón, pero no fue hasta que escuche como esta indicaba que mi madre había muerto, que sentí el verdadero dolor.

Fin del Flashback.

Un nudo se hace en mi garganta y mis ojos pican. Trato de sacar a Amber de la habitación.

   —Morocha, ¿Por qué no traes un café así nos calmamos un poco?—veo como se queda mirando mis ojos por un momento , pero después baja la mirada y solo asiente.