Las complicaciones de enamorarte © |Completa| (editando)

Capítulo 49

Amber.

Me desperté y una gran sonrisa adornaba mi rostro.

Ayer había pasado el mejor día de mi vida, un día de emociones fuertes y el día en el que había abierto mi corazón completamente contando y confiándole todo a Aaron.
Faltaba un día para el cumpleaños de Mia y con eso, unas increíbles vacaciones nos esperaban por delante.
Mi padre no me había dado su permiso todavía, pero tenia seguro que si lo dejaba pensar tranquilo, iba a acceder.

Estábamos desayunando en silencio.
Mi padre se veía preocupado pero, aun así, trataba de demostrar lo contrario.
El ambiente se sentía tenso, tanto, que decidí hablar.

—Papá...—su rostro se gira ligeramente dándome la siguiente palabra y no dudo en tomarla—¿Ocurre algo?

Se acomoda en la silla y por fin fija su vista se posa en mi.
Puedo ver un montón de emociones pasar por sus ojos, pero aún así, no logro descifrar que es lo que quiere decir.

—No, solo...¿Mañana iras a la playa con Mia?— cambia de tema y logra distraerme, así que con una gran sonrisa, asiento.

—¿Me dejas?— susurro asustada y emocionada por su siguiente respuesta.

—Claro, ya eres grande, no te puedo sobreproteger toda la vida— sonrío y chillo como una niña chiquita, saltando y dandole un abrazo.

—¡Voy a ir a avisarle a Mia! Gracias, gracias, gracias— ríe ante mi emoción y subo las escaleras dejándolo ahí.

[...]

Mia estaba más que feliz de que me habían dejado ir.
Solo faltaba avisarle a Aaron, quien quería que vallamos al parque luego de que saliera de la academia.

No estábamos yendo al instituto porque nos habían dado días libres antes de las vacaciones, pero si, mañana me tenia que presentar hasta la una de la tarde, por la entregas las notas del semestre, por eso tendríamos clases normales.

Estos días había dedicado mi tiempo a conocer más a Aaron.
Me había enterado de que tenia una tía muy lejos de acá, a quien no veía hace mucho tiempo y que ni siquiera recordaba el nombre.
Me había contado que su hermana, es brillante en las matemáticas y planea ser profesora de eso.
También de que está muy peleado por razones "personales" y que por eso, ya no vivía mas con ella.

Yo por otro lado, había visto a mi papá actuar muy extraño desde que me levante.

Recibía llamadas cada dos por tres y siempre terminaba gritándole al teléfono y maldiciendo más de lo que hablaba.
Estaba nervioso y siempre cuando intentaba escuchar la conversación que lo ponía tan alterado, iba y se encerraba en su habitación.

Camino por los pasillos y, como dije antes, mi papá se encontraba gritando otra vez.
Camino lento y apoyo la oreja en la puerta de donde provienen los gritos.

   —¡...No! Ya te lo dije, mantente alejada, no quiero otro problema más en mi vida, y tú eres uno de mis peores errores!— me aleje para abrir la puerta en un rápido movimiento.

Veo como mi papá cuelga rápido el celular y me mira con una sonrisa un tanto deforme, haciendo que me de cuenta de que no es real.

   —Voy a ir a la academia y luego voy a salir con Aaron, cualquier cosa me llamas ¿Si?— veo como asiente y ladeo la cabeza ante su extraño comportamiento.

Salgo más confundida que cuando entré. No me había preguntado nada, tan solo me había dejado ir así como así.

No me atreví a seguir indagando con preguntas sin respuestas, y salgo de mi casa luego de tomar un abrigo.

La tarde se estaba haciendo oscura y el frío parecía cada vez más fuerte.
Habíamos tenido días de calor, pero las noches en esta ciudad siempre habían sido horriblemente frías.
Luego de caminar por un largo rato, me paro frente al gran edificio.
Entro y saludo a la secretaria que conocía ya, muy bien.
Era una chica sin duda, muy agradable.

Cuando entro al gran salón, veo bailarinas ya entrando en calor.
Están más apuradas que de costumbre porque estamos a pocos días de la presentación.
La chica que organizaba había estado muy seguido para indicar todos los errores que cometíamos y sin dejar hacer bien su trabajo a Felix.

Pobre, lo compadecía.

Amanda, la chica morocha y con lentes, había estado muy apegada a mi y parecía una buena persona.
Era simpática y tenia una extraña adoración hacia Aaron.
Según ella, lo amaba como a un hermano por que siempre había estado en sus mejores y peores momentos.

Me acerco hasta Casandra y esta me dedica una falsa sonrisa.

—Casandra...—carraspeo.

—¿Qué quieres, querida?— no se si serán sus labios perfectamente pintados de rojo y su cara vestimenta, o simplemente su tono de superioridad, pero hace que en algún punto me sienta pequeña.

—La que va en el puesto dos esta en mi lugar, yo soy de las primeras filas— le recuerdo.

Mira hacia donde las chicas se encuentran formadas a la par, practicando las coreografías.
Luego posa su vista en mi.

—Hubo cambio de lugares, ahora serás de la fila cuatro, posición seis.

Abro la boca sorprendida.

—Pero la fila cuatro es la ultima y yo estaba en la primera— suelto indignada.
Esta chica es realmente insoportable.

—Si pero tu llegaste tarde, la próxima si eres más responsable por ahí te pongo en la fila tres, no te quejes más porque si no te sacare de este recital...

—Pero.. pero no puedes, estuve trabajando muy duro para conseguir el puesto en donde estaba antes— me siento mal, muy mal.

—Hay mi amor, tu historia me conmueve, pero te digo una cosa, ya lo hice; que lastima— y con eso, se da la vuelta.

Mis ojos se llenan de lagrimas rápidamente por el enojo repentino.

<<No puede hacerme esto>>

Nadie me va a decir que hacer y menos ella.
Me sitúo primera en la fila luego de decirle a mi compañera que vuelva a su lugar.
Ella solo asiente sin importancia, regalándome una sonrisa.

Casandra se posiciona y empieza a mirar una por una.
Se detiene en mi y frunce el cejo.

—¿Qué haces? Vete atrás, niña— me quedo ahí como si no me hubiera dicho nada.
—¿Acaso eres sorda?— ignórala—¡Vete atrás!—grita sobresaltándome haciendo que baje la mirada.

Antes de que me pueda mover, una voz habla inquietamente tranquila.

—No le grites a mi novia.

➿✿➿
N/a: ¡Hola!
¡Acá les dejo otro capitulo!
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Nos leemos en el próximo :)