Capítulo 51

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Amber.

Luego de que Aaron me dejara en mi casa, subí a mi habitación.

Todo estaba oscuro, por lo que entre en absoluto silencio.

Mi padre todavía no volvía al trabajo y seguro de encontraba durmiendo, y no me quería ganar un buen castigo por llegar tan tarde.

Cuando llegue a mi habitación, me bañe y simplemente me acosté.

No podía dormir, una sonrisa se dibujaba en mi rostro a cada rato que pensaba en estas ultimas semanas.

Aaron estaba simplemente cambiando el rumbo de mi vida, aunque solo fueran pequeñas acciones, lo cambiaba todo.

No podía esperar más.

Solo faltaba un día para irnos todos a la playa y la ansiedad se llevaba mis ganas de dormir, aunque estaba cansada.

Miles de escenarios de Aaron conmigo se pasaban por mi mente, como si de una buena película de amor se tratara.

Mi miedo era que esto alguna vez se acabara.

La estaba pasando tan bien que pensaba que solo era un sueño, uno del cual iba a despertar pronto.

Pero él me daba seguridad, siempre recordándome cuan enamorado estaba de mi.

Los ojos se me iban cerrando pero la sonrisa se mantenía ahí, dejando al descubierto que las cosas que pasaban por mi mente, eran perfectas, porque pensaba en Aaron.

[...]

Me desperté antes de que sonara el despertador.
Eran las seis y diez de la mañana y me encontraba desayunando sola, porque papá había salido a dejar unos papeles de el hospital a su oficina.

Mi humor estaba de la mejor manera y, sin darme cuenta, entre tarareando las canciones que se encauchaban en la pequeña radio; escuché una bocina.

Me levante y mire extrañada, por la ventana.

Los arboles de la entrada me dejaban ver muy poco, pero pude distinguir un auto afuera.

Abrocho mi campera rosa para no agarrar un resfriado y salgo afuera.

El auto es el primero que aparece en mi visión, pero pronto, una figura aparece, increíblemente lindo, increíblemente perfecto, inigualablemente Aaron.

El chico de ojos verdes me detallaba de arriba a abajo con un brillo especial, que por más que estuviera a metros de mi, podía observar con facilidad.

Camina más rápido y cuando me tiene en frente, sonríe y con una mano en mi cintura me acerca a su cuerpo.

No tardo en sentir sus labios contra los mios, y como mis ojos se cierran ante su contacto.

—¿Esto fue demasiado cursi?— un ramo que no había podido ver con anterioridad, aparece sujeto por su mano tras su espalda.

Sonrío con burla

—¿Aaron siendo cursi? ¿Quien lo diría?—
Rie junto a mi, aún manteniéndome sujeta a él.

Las complicaciones de enamorarte © |Completa| (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora