Las complicaciones de enamorarte © |Completa| (editando)

Capítulo 66

Amber.

Me levante de muy buen humor.
Desenrolle las sabanas de mi cuerpo y me levante.
Cuando miro a un lado de la cama. Mis mejillas se calientan furiosamente.
Aaron esta mirándome con los ojos adormilados pero una gran sonrisa adorna su rostro.

     —Deja de mirarme— digo avergonzada mirando hacia otro lado.

Escucho su risa suave y es música para mis oídos.

    —Bueno, bueno, espera que me vista y vamos a desayunar,—me dice—¿Esta bien?

Niego.

    —Tengo que volver a casa, papá debe de estar esperándome preocupado—asiente dándose cuenta de lo que decía era verdad.

    —Bueno, lo dejamos para después...— su tono muestra un poco de molestia por lo que hablo.

    —¿Algo que te moleste?— pregunto mientras me veo en el espejo que hay en su habitación.

Me habia puesto una remera y unos shorts de el y me quedaban gigantes.

    —No, solo pensé que después de nuestra noche podríamos ir a desayunar, pero parece que llevas prisa, así que...Vamos— lo miro atónita y preguntándome si me esta haciendo una broma.

     —¿Piensas que debería dejar a mi papá preocupado por "salir a desayunar"?— río amargamente— ¿Acaso te escuchas? Pareces un niño planteándome eso.

Me devuelve la mirada.

      —¿Yo soy un niño? ¿Quien es la niña que tiene toque de queda en casa?— abro la boca anonadada.

     —Sabes... no quiero pelear, vamos— y con eso amarro mi pelo en una coleta alta.

Se levanta y mientras se cambia yo salí de la habitación.

   Aaron era igual a signo de bipolaridad.

Lo veo salir minutos después.

Salimos de la casa sin decir ninguna palabra y veo como solo revisa su celular una y otra vez.

Ruedo los ojos.

      —¿Qué es lo que tanto tiene el celular? Se te nota bastante interesado— mi malhumor sigue en pie.

      —Nada— lo guarda y yo solo pego mis labios duramente.

[...]

Cuando llegamos a mi casa estaciona. Se frota la cara con ambas manos mientras yo suelto un resoplido.

     —Perdón, yo estoy un poco estresado— asiento.

     —No te da derecho a tratarme como me trataste, la próxima vez cuentas hasta tres pero te controlas—le digo a medida que miro hacia el frente.

Veo de reojo como tensa la mandíbula.

     —Amber,— mi nombre salir de sus labios me dan ligeros escalofríos—No es que me moleste que estes con tu papá, pero pensé...solo,— se interrumpe nuevamente — Nada, está todo bien.

Le iba a preguntar lo que realmente sucedía pero me contuve.

      —Esta bien, estamos bien— y con eso, salí del auto, mientras corría hasta la puerta de mi casa.

La llave, como siempre, estaba abajo de la alfombra, la agarré y abrí la puerta.

Mi papá estaba sentado con la cabeza hundida en sus manos y cuando escucho que la puerta se abría se levanto rápidamente.

Hable antes de que dijera algo.

     —Ni siquiera te atrevas a regañarme, es tu culpa que yo no estuviera ayer, si me habrías dicho que ella estaba acá, ni siquiera habría ido a ese estupido recital— digo rápidamente mientras mi voz sale mas elevada que de costumbre.

Iba a responderme pero subí sin prestarle atención.

Me acosté lo que restaba del día. Me sentía feliz, y a la vez triste.
No me había gustado como Aaron parecía hablarme mal y después, poner la excusa de "estoy estresado".
Había dejado a la deriva ese tema, pero iba a llegar el momento en que lo iba a soltar.

Después de mirar todas las redes sociales y contestar algunos mensajes de Mia, salgo de mi habitación.
Era de noche y solo ahora me preguntaba cuanto tiempo había estado encerrada ahi dentro.
Mi estomago me recordaba que estaba vacío a cada rato.
Cuando llego a la cocina, no me preocupo por prender le luz. Empiezo a hurguetear la heladera y no encuentro nada. Frustrada la cierro.

     —¿Quieres algo de comer?—agarro mi pecho del susto y veo entre la oscuridad.

Aun así, se que esa es la voz de papa.

    —Por favor,—digo despacio—me has dado un gran susto— hablo mientras el prende la luz.

Ahi lo observo. Parece cansado y sus ojos estan rojos, podría decir que es porque estuvo durmiendo, pero sus ojeras negras demuestran lo contrario. Pronto me doy cuenta que el esta así por mi, y mis labios se curvean para abajo.
El me mira y a los pocos segundos, un abrazo de parte de él, hace que lagrimas de tristeza abandonen mis ojos. Solo podia escuchar como trataba de calmarme.

       —Shhh—se despega un poco de mi y me mira—Hemos pasado un día duro, solo eso, pero prometo que todo va ir bien a partir de ahora—decido confiar en lo que me dice aunque un sentimiento extraño en mi, me hace dudar.

Lo veo sacar un par de cosas y empezar a preparar algo de comida. Me quedo sentada en la mesa, mientras pienso y pienso.
Era hora de enfrentar mis dudas.

      —¿Por qué no me dijiste que ella estaba aquí?—de pronto un silencio sepulcral reina entre nosotros.

El deposita un plato con huevos y tostadas. Y otro enfrente, supongo que todavía no ha comido.

Se sienta y me mira.

     —¿Y bien?— lo presiono.

Suspira derrotado.

  —No quería que la vuelvas a ver, nunca mas—sus palabras son claras mientras se encoge de hombros.

   —Me parece que esa es decision mia, no tuya—él me mira duramente ante mis palabras.

   —Si, es mi decision porque todavía eres menor, aparte, —deja los tenedores bruscamente en el plato, haciendo que estos hagan ruido—¿Qué querías que hiciera? ¿Qué le abriera las puertas de nuestra casa a la mujer que decidió abandonarnos? ahora vuelve y quiere restablecer lazos contigo, no sé que harás, pero si eres lo suficientemente madura, te recomiendo que te mantengas alejada de ella.

Exhalo antes sus duras palabras.

   —Soy lo suficientemente madura para saber que no se vuelve a los brazos de ninguna persona que te ha lastimado, pero ¿Y tú papá? Eres lo suficientemente maduro para no caer por ella de nuevo — el ríe ante mis palabras pero se que he dado en el clavo.—Papá, te perdono por no habérmelo dicho antes, tal vez intentabas protegerme o solo intentabas protegerte a ti mismo, pero da igual, sabes,—agarro sus manos ligeramente dandole un apretón reconfortante—Yo no te juzgaría si siguieras enamorado de ella.

Y con eso, veo una lagrima rodar por su mejilla. Me levanto y vuelvo a mi habitación a tratar de calmarme.
Ahora lo entendía.
El seguía enamorado de la persona que le había hecho daño.

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N/a: Holaaa!
Acá les dejo uno de los pocos
capítulos que quedan
Nos leemos en el proximo!!