A-brazos.

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Capítulo 12.

— Lo... Lo siento. —dije, y me alejé de Jaebum. Hubiese querido pasar más tiempo entre sus brazos en ese momento, eso me aterrorizó—

— No lo sientas. Lamento haber insultado a... Fui grosero. —se disculpó. Sonreí instintivamente—

— No te preocupes... Es la segunda vez en el día que lo llaman así, pero... ¿sabes? No... Él no lo es. —comenté. Jaebum mordió su labio inferior y desvío la mirada mientras entrerraba ambas manos en los bolsillos traseros de sus jeans—

Jaebum volvió a posar sus ojos en los míos, oscuros por el delineador corrido y rojos. Pero no duró ni un segundo, él estaba algo... Ansioso. Supuse que le había incomodado el abrazo. Y también había sido incómodo para mí, pero pude sentir la calma que en momentos de crisis, Youngjae podía brindarme. ¿Un abrazo de hermanos? Tal vez. No quería apresurarme en interpretarlo como tal, no quería olvidar mi objetivo.
El inquilino caminó hacia la puerta y no volvió a mirarme hasta que llamé su atención.

— ¿Puedo pedirte algo? Prometo que mañana seré una buena alumna.

— ¿Ese será mi pago? Ser una buena alumna sólo te beneficia a tí

— ¿Qué es lo que quieres entonces?

—  No lo sé. ¿El número telefónico de Kim? —Sonreí.—

— De acuerdo, idiota. Te meterás en problemas pero eso no me incumbe así que... —Jaebum giró sus ojos—

— ¿Qué quieres?

— ¿Me prestas a Nora? —Jaebum arqueó sus cejas— ¿Sí? Estoy triste. Necesito una compañía peluda.

— De acuerdo, pero no te encariñes, mi amiga se va después de la cena y se la llevará.

— Idiota, no tengo diez años.

— Grosera —Jaebum abrió la puerta y Nora entró al cuarto nuevamente. Me agaché para sujetarla. Jaebum nos observó unos segundos y se marchó.—

Nora y yo nos acostamos en mi cama, era la primera vez que sujetaba una gata entre mis brazos. En realidad, a un animal. Siempre tuve cierto temor. Sentía que podía dejarlo caer o no caerles bien, pero Nora estaba tan tranquila que parecía no importarle en absoluto mi presencia.

— Tu dueño es un imbécil pequeña, pero tu eres adorable —Cargué a Nora una vez más. Comencé a pensar que ella se cansaría de mí.  Salí de mi habitación caminando despacio, no quería que Jaebum ni Bambam me escucharan. Tomé el laptop de Youngjae y volví a mi cuarto. —

Perdí el tiempo revisando redes sociales y escuchando canciones que no me permitieran pensar en lo que no debía, o por lo menos era demasiado dañino para ese momento.
Me dormí con Nora acurrucada a la altura de mi vientre. Golpearon mi puerta y enseguida supe que era Jaebum, él venía por Nora.

— Oh, veo que has conseguido una amiga igual de perezosa que tú —comento Jaebum y se sentódñ descaradamente en mi cama—

— ¡Ah! Supongo que sí.

— Le hablaba a Nora, ______. —Bufé— debemos irnos ya.

— Jaebum, ¿sabías que rasguñar es uno de los placeres más significativos para los gatos?¿Nora rompió cosas en tu antigua casa? Debiste haberle comprado algo para expresarse. Aman mirar por la ventana, en el artículo que leí decía que es como la acción de mirar TV para nosotros. También les gusta mucho recostarse bajo el sol. Y... Lo más importante. Necesitan del amor humano para ser felices. ¿No es fantástico? —Tal vez no había notado con el ímpetu que hablé hasta que me callé. Jaebum tomó a Nora y me miraba con su estúpido seño fruncido—

Yo quise el fin, y había más  (Jaebum y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora