Dejar ir.

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Bambam me ofreció una cerveza. De no ser porque la puso frente a mis ojos, no lo hubiese oído. Con mis manos entrelazadas a la altura de mi boca y sin la intención de hacer que mis piernas dejaran de temblar, esperaba sentada que Jaebum volviera a llamar.

— ¿Puedes calmarte? Nada malo va a pasarle. —Miré a mi mejor amigo buscando tranquilidad pero él caminaba de lado a lado y revisaba su celular tantas veces como yo.

— Jaebum no es el tipo de hombre que te llama luego de una discusión para decir que me ama y luego corta. Algo no está bien.

Los nervios aumentaban cada minuto que pasaba. Pronto caería la noche y seguía sin saber nada de él.

Intentaba llamarlo cuando llegó a la casa. Corrí a abrazarlo, nunca me había sentido tan aliviada.

— ¡Dios mío! ¿qué sucedió contigo? Te ves... ¿por qué te ves así? —Tomé el rostro de Jaebum con ambas manos. Tenía el color y la apariencia de un enfermo.

Jaebum tomó mis manos y las llevó hacia su boca, dónde las besó fugazmente.

— ¿Qué sucede? Por favor, dime algo.

Arrugué la frente. Estaba a punto de llorar, sentía que todo estaba mal, así que mi rostro lo reflejó.

— Necesitamos hablar. —Soltó casi en un susurro. Bambam tomó una lata de cerveza y salió de la casa sin decir palabra alguna.

Llevé a Jaebum conmigo, hasta el sofá. Él no dejaba de mirarme, estaba segura de que se trataba de algo terrible, jamás había visto aquella expresión en su rostro.

— Jinyoung... se contactó conmigo, y yo, lo fui a ver.

Sonreí nerviosa. Estaba aterrada.

— ¿Qué? ¿es... una broma, cierto?

— ________, él volver a estar contigo.

Jaebum bajó la mirada. Mi corazón comenzó a latir hasta de una forma violenta.

— Eso nunca... eso no pasará. Lo sabes, ¿cierto?

— Él me pidió que te dejara, de lo contrario... —Jaebum ocultó su rostro tras las manos y apoyó ambos codos en las piernas.

— Jaebum, no...

— De lo contrario, su vídeo teniendo sexo con Sun estará en todas partes.

Instintivamente me alejé de él. Necesité varios minutos en silencio para asegurarme de comprender la situación en la que Jinyoung nos había metido.

— Niña, yo no... —Jaebum ocultó sus ojos con una mano, pero las lágrimas comenzaron a recorrer su rostro y su esfuerzo por detenerse rompió mi corazón por completo.

Llevé su cabeza a mi pecho. Lo abracé a mí  con todas mis fuerzas mientras él se aferró a mi cintura. Contuve las lágrimas. Yo debía ser quien lo sostuviera ahora.

— Haré lo que sea necesario para evitarlo. Te lo prometo.

— Ella merece descansar en paz. ¿Cómo demonios puede hacer esto?

— Haré lo que sea por tí y por las personas que amas. Sí tengo que volver con él, voy a hacerlo. Por favor, sólo confía en mí.

Jaebum jaló de mi brazo y rodeó mi rostro con sus manos.

— Voy a encargarme de esta mierda, no... no vuelvas a decir algo así. ¿Cómo se te ocurre?

— No podemos hacer nada más, llevará tiempo pero él va a cansarse de mí, me encargaré del vídeo y todo estará bien.—Hablé rápido, ni siquiera estaba segura de estar diciendo realmente lo que pensaba.

Yo quise el fin, y había más  (Jaebum y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora