Perfectos

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Estaba sentada en un banco, en el parque más cercano al club. No estaba segura de querer volver a casa aún, tampoco volver a ese lugar, así que pasé varios minutos pensando porqué las cosas siempre resultaban mal para mí.

 —   Esta vez sí lo arruiné, ¿cierto? —Me sorprendí de haber escuchado a Jaebum por más que el quedarme cerca del club había sido en parte, una decisión involuntaria para que él me encontrara luego de huir-

  — Estoy cansada, ¿sabes? —Volteé a ver su rostro. Jaebum bajó la mirada de inmediato y se sentó a mi lado- Trato de hacer mi mayor esfuerzo, yo... quiero ser perfecta para ti, realmente quiero ser lo mejor para ti. Pero no puedo pedirte que me ames tanto como yo... —Jaebum arrugó su frente como si lo que le estaba diciendo lo preocupara. Intentó hablar, pero continué- Si el tiempo sigue pasando y sigo enamorándome aun más de ti y rompes mi corazón, yo no... no podré recuperarme. No contigo. Así que... por-por favor, si tú no me amas como para quedarte sólo conmigo, si realmente no soy suficiente para ti, sólo déjame ir. 

Jaebum apretó su mandíbula, bajó su mirada un momento. Sonreí nerviosa, ¿resignada? completamente devastada, en esos segundos, sentí que todo había acabado.

Pero él me abrazó.

  —  ¿Yo soy perfecto para ti? Porque esa pregunta está matándome cada día. ¿Lo soy?

  Lo empujé. Su mirada se tornó débil, a punto de inundarse. 

— Si esto es algún tipo de juego para ti... 

— ¡Te amo! Te amo... tanto. ¡Maldición! —Jaebum se puso de pie llevándose ambas manos a su cabeza.-

— Entonces, ¿Por qué me haces daño? —Pregunté en un hilo de voz-

—  Me aterra perderte. Cada vez que estoy solo pienso que aún eres una adolescente y podrías cambiar de opinión, podrías conocer a alguien de tu edad, aburrirte de mí. Me sentí patético aceptando que nunca podré dejarte ir. Mi manager tenía la noche libre e invitó a esas chicas, pregunté a Matthew a dónde irían para poder...

— ¿Estaba planeado? ¿Querías que te viera con esa mujer? 

  — Yo... Tal vez

Me levanté de inmediato. Jaebum cerró sus ojos, se veía avergonzado pero estaba demasiado molesta para sentir compasión.

— ¡Maldito idiota! ¿y encima te atreves a hablarme así? ¿te aterra perderme? ¡Son puras estupideces! ¿recuerdas lo que acabo de decirte? ¿tienes idea del valor que tuve que tomar para hacerlo? ¡¿qué demonios sucede contigo?!  —Golpeé el pecho de Jaebum con mis manos. Él me tomó por las muñecas a la cuarta vez. 

  — Lo siento, fui infantil. ¿Hay algo que pueda hacer para que dejes de mirarme con esos ojos llenos de odio y no vuelvas a golpearme?

—Sí. Confiar en mí.

Me alejé de Jaebum, caminé algunos pasos.

— Oye, no puedes irte sola. Ya me he disculpado.

— No quiero estar contigo, esperaré a Bambam. —Dije, sacando el celular para enviarle un mensaje a mi mejor amigo. Jaebum me lo quitó de las manos.

— ¿Qué es lo qué quieres que haga? Hasta podría decir que soy tu novio en la agencia. ¿Eso es?

— Sólo déjame estar enojada una maldita vez. No quiero arruinar tu trabajo, no seré tu novia en la agencia.

Jaebum dejó que Bambam me acompañara a casa. Él se quedaría al menos una hora más con su mánager. Sabía que estaría con esas modelos también, pero no quería actuar como él. Ya no más.

Yo quise el fin, y había más  (Jaebum y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora