Tercer parte

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— Entonces, ¿estás... casada? —Preguntó la veinteañera sentada a mí derecha-

— Sí. Hace un año. —Dije sintiendo un cosquilleo en el estómago, por primera vez después de cuatro meses.-

— Eso debe ser increíble —La estudiante suspiró echando su mirada al techo de la universidad.-

— Tienes diecinueve, ¿no es así? ¿no crees que se casaron demasiado pronto? —Cuestionó mi compañera de clases, Annie, a mi izquierda.-

— ¿Bromeas? Ya no tiene que preocuparte por envejecer sola y conocer idiotas cada fin de semana para sentir que no está desperdiciando su belleza... ¿Cómo lo conseguiste? Hoy en día, mencionas el matrimonio una vez, y dejan de hablarte para siempre... —Sojin, se veía realmente impactada. Yo pretendía dejar el tema atrás y prestarle atención a mi clase de inglés.-

— Nosotros... Sólo queríamos hacerlo. Ya sabes, teníamos la ilusión de estar juntos siempre.

— ¿Tenían? —Annie arrugó la frente.-

— ¿Qué? ¿Pelearon?

— Las cosas no van bien y ella ya lo da por hecho. Mi hermana pasó por lo mismo y ahora tiene un maravilloso matrimonio. —Annie se explicó por mí. Desde que empecé la universidad, ella fue amable, comprensiva y atenta conmigo. Forjamos una amistad que prometía ser duradera.-

— ¡Ah! Comenzaba a asustarme. —Sojin suspiró y después de bajar la mirada velozmente, codeó mi brazo y murmuró- El profesor nos está viendo.

Tomé dos clases más y entré a trabajar como todos los días, medio tiempo, en una cafetería cercana a casa.

— Ya déjalo, esto no es para ti. —Oí a Jinyoung. Apenas dormía, no porque estuviese muy ocupada, tenía insomnio. Así que dudé en haber escuchado su voz, y seguí limpiando una mesa.- ¿Me estás ignorando?

Jinyoung se sentó frente a mí haciéndome saltar en el lugar.

— ¿Por qué sigues viniendo? Vas a conseguir que me despidan.

— No estoy molestando. Soy un cliente, y además, ¿sería tan malo que te despidieran?

— Sí. No quiero pedirles dinero a mis padres, soy mayor, debo pagar mis libros.

— ¿Jaebum no te dice nada aún? Debes ser modelo. Eso es lo tuyo. Estabas trabajando bien con la agencia...

— Jinyoung, ¿sabes por qué demonios me fui?

— Jaebum se ponía celoso y...

— Me fui porque tú madre dijo que no servía, que no tengo el talento ni la belleza para hacerlo. Y está bien, yo... La respeto. Una profesional como ella, debe tener razón.

Jinyoung frotó su frente.

— No lo entiendo. Ella te amaba. Sólo habrá tenido un mal día, yo hablaré...

— Tú no le hablas hace tres años. Y yo ya no necesito estar en ese lugar.

— ¿Jaebum lo permitió?

— Deja de nombrar a Jaebum. No le importa.

— Hola... —Jaebum se acercó a nosotros. Deseé que no hubiese escuchado nada, pero si rostro no parecía negarlo.-

— ¿Podemos hablar, Jaebum?

— ¿Es sobre mi hermana? ¿o la bebé? —Jinyoung negó con la cabeza-

— Entonces deberías estar con ellas. Es tarde. Te veré mañana.

— Como quieras.

Jinyoung besó mi mejilla fugazmente y salió de la cafetería. Ya no había nadie. Debía cambiarme, y cerrar.

Yo quise el fin, y había más  (Jaebum y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora