Verdad

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Capítulo 33.

Sentí sus labios besar mi espalda, volvía a sentir un cosquilleo en  mi cuerpo que en segundos podía convertirse en un temblor vergonzoso. Él se alejó, lo oí caminar y abrir su puerta. Respiré profundo. No podía entenderlo, sólo esperaba que no imaginara cosas extrañas conmigo.  

Me senté en la cama y cubrí mi cuerpo con las sábanas. Jaebum volvió luego de algunos minutos, vestido y con su cabello empapado cayendo sobre su rostro. Se acercó a mí con una sonrisa, bajé la mirada.

  — Te preparé el baño. Dejé ropa cómoda sobre el lavamanos. —Dijo. Arqueé mis cejas por su cambio de planes. 

—  D-debo ir... irme a casa. —musité. Jaebum tomó mi rostro.

—  Te llevaré más tarde.

—  No puedo, Youngjae... 

—  Le diré a tu hermano, lo que... lo que sucede entre nosotros. 

— ¿Quieres que todo termine? —Pregunté. Comenzaba a alterar mis nervios.

—  No. Quiero que estés conmigo, y... necesito la aprobación de mi amigo. 

— Jaebum, ¿has perdido la cabeza?

—  Pues, ¡sí! —Jaebum se veía diferente. Sumamente relajado, sin esa postura firme y a la defensiva—   Dios. Es una locura, yo no... Eres menor, ¿lo entiendes? Esto está mal, terriblemente mal. Y sin embargo, no me importa. —Jaebum tomó las frazadas y rodeó mi espalda. Con cuidado, me abrazó— Niña, haré que funcione.

  —  ¿Por qué quieres eso? ¿dices esto sólo para acostarte conmigo?

—  Estoy enamorado de tí. —Soltó, sin más. Jaebum sonrió y desvió la mirada mientras mordía su labio inferior. Él estaba tan nervioso y mi corazón palpitaba tan fuerte...—

¿Era real? ¿Jaebum estaba enamorado de mí? ¿IM JAEBUM? El inquilino odioso, malhumorado...¿de mí? 

Él salió de la habitación sin decir ni una palabra más. Yo ni siquiera pude emitir sonido alguno. Mis ojos se llenaron de lágrimas. 

Siempre tuve el mismo miedo. Desnudarme ante alguien, entregarme, y que luego, no se quedase a mi lado. Lo había comprendido tarde, pero Jinyoung habría sido quien se marchara después del sexo. Nunca había visto ese brillo en sus ojos al decirme que me quería, pero yo me conformaba... porque era Jinyoung. 

Jaebum parecía frío, era terco. Sin embargo, cada vez que me miraba a los ojos, sólo existía yo. Sólo sonreía de esa forma conmigo, sólo veía el brillo de sus ojos, cuando por fin, se animaba a hablarme de una forma distinta a la cotidiana.

Cuando terminé de ducharme y ponerme su gigantesca camiseta y pantalones, me dirigí hacía la cocina. Él estaba sentado en la mesa, intentaba hacer funcionar la cafetera. 

 — ¿Qué crees que haces, idiota? —Pregunté. Jaebum levantó la mirada y dejó caer el aparato, corrí hacia él— ¿Estás bien? ¿qué te sucede? ¡aish!  —Me quejé mientras levantaba las partes de su cafetera. Jaebum me observaba.— Estás asustándome. —Dije. 

—  Niña, he guardado esto desde que entré a la casa de tu hermano. No puedo fingir más y tampoco quiero hacerlo, conoce al nuevo Jaebum —Exclamó. Sonreí pero él no lo hizo. ¿De qué hablaba?— 

Él tomó mi mano para ayudarme a levantar y se bajó de la mesada. Otra vez, su mirada fija sobre mí y manos sobre mis hombros. Fruncí el ceño.

—  ¿Jaebum? —musité.— ¿A qué te refieres? ¿qué guardas desde que llegaste a casa?

—  ¿No lo recuerdas, cierto? 

Yo quise el fin, y había más  (Jaebum y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora