Yo quise el fin, y había más (Jaebum y tú)

Perder la cabeza

— ¿Viajaste por trabajo? —Preguntó Mark. Jaebum, él y yo, esperábamos a mi hermano sentados en living.

— Sí.

— _______ dijo que sólo te tomaría unos pocos días, siempre es así, nos engañan

— Me quedé porque me convenía.

El ambiente ya era incómodo. Intenté levantarme e irme unas cuantas veces, pero Jaebum lo impedía.

— No tengo que ir a trabajar hoy, me dieron un día para compensar mi trabajo. —Dijo Jaebum. Mark sonrió por lo bajo, no entendí el motivo.

— De acuerdo, dejaré mis cosas y saldré a verte. —Dije. Jaebum asintió con media sonrisa en su rostro.

— De hecho, no creo que sea lo mejor, comenzará a oscurecer dentro de poco.
—Comentó Mark.

—  Descuida, la acompañaré.

— Claro, lo haces bien, sabes qué priorizar.

Jaebum suspiró. Estaba cansándome de esos tonos y forma de hablarse, pero no era la mejor situación para aclarar las cosas, Mark y yo nos debíamos una conversación.

Recordaba la casa de Mark. Apenas crucé la puerta, recordé a su dulce abuela. El tiempo volaba para nosotros, pero ese recuerdo, el dolor de Mark reflejado en sus ojos, apareció en mi cabeza y corazón como si hubiese sucedido el día anterior.

— Mark, no tienes que hacer esto. El sofá está bien para mí, de hecho es del tamaño de mi cama.

— También lo está para mí, prefiero que duermas en mi cama.

Mark quitó sus sábanas negras y colocó unas blancas. Por primera vez, me sentí incómoda.

— Gracias... por lo que haces por nosotros —dije con mi mirada en los pies.

— No tienes que agradecerme, no me gusta estar solo. Es agradable escuchar voces aquí dentro.

— ¿Crees que... tú abuela, estaría de acuerdo?

Mark se mantuvo en silencio algunos segundos. Palmeó la almohada y la colocó en la cama, luego, posó sus ojos en mí.

— Oye, siéntate.

Abrí los ojos algo sorprendida. Mark se sentó en la cama que finalmente terminó de preparar con entusiasmo.

— Ella realmente amaba mi sonrisa. ¿Sabes? Decía que podía ser un modelo, o tal vez un actor de cine.

— De hecho...

— Estoy completamente seguro de que estaría de acuerdo con esto, no sólo porque estoy ayudando a buenas personas, también porque así podré mantener la sonrisa que tanto le gustaba

Sentí una puntada en el pecho. ¿Estaba llevándolo demasiado lejos?

— Mark, ¿crees que deberíamos...

— De hecho.... ¿qué ibas a decir antes?

Su ansiedad y mirada me hicieron comprender, que no debía hacerlo en ese momento. No podía preguntarle una vez más, sí sentía algo por mí. La respuesta tal vez, sería diferente y ciertamente, no sabría cómo lidiar con eso.

— Yo... —Solté una sonrisa nerviosa- sólo pensé que ella tenía razón, sí pareces un actor de drama.

— ¿Debería estudiar teatro?

Mark sonrió animado y salió de su propia habitación. Antes de seguirlo, observé su escritorio. Tenía sólo una foto con su abuela, quién ya no estaba con él.
Pensé en lo sólo que debió sentirse todo este tiempo, sin nadie con quién conversar durante la cena después de un día complicado, o sin nadie que le deseara "buenas noches" antes de dormir.