Interés.

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  Capítulo 14.

¿Por qué tuve que decir semejante estupidez? Aquello había sonado como un reproche y yo sólo quería hacerle entender que ningún chico querría acostarse conmigo. ¿Por qué no puedo expresarme correctamente?

Me desperté un poco más temprano la mañana siguiente, Youngjae y Jaebum estarían trabajando. Jaebum hasta el mediodía, almorzaría e iría a trabajar luego. Youngjae había prometido llegar a tiempo después del almuerzo para hablar con Mark. Él me daría mis respectivas clases de apoyo y podría asistir a clases más tarde. Tenía todo planeado y no permitiría que el inquilino lo arruinara.
Me duché, peiné mi cabello y me puse algo de maquillaje. Preparé unos jeans y una blusa blanca, pero las dejé sobre la cama y decidí bajar por mi chocolatada en pijamas, que consistía en una remera de Jinyoung que tapaba mi trasero; aún tenía tiempo para vestirme.
La remera de Jinyoung. Pensé en su nombre, en el día en que le pedí la remera para abrazarla en casos que él trabajase mucho tiempo seguido. Jinyoung apenas la había comprado, él tal vez creyó que no me importaría. La remera era más pequeña, no tenía su olor, y lo más importante; no tenía ningún recuerdo de él con ella puesta. ¿Qué intentaba demostrar con ello?
Bajé corriendo y preparé mi chocolatada con cereales. Revisé mi móvil. Mark me pedía la dirección de mi casa. Respondí y miré su foto de perfil, sonreí porque se veía realmente bien. Su sonrisa parecía contagiosa y era atractivo que fuese tan inteligente.

- Buenos días, tonta -Oí la irritante voz de Jaebum. Él se ubicó junto a mí y no fue hasta que volteé a insultarlo que noté que estaba... Semidesnuda frente a él-

Grité. O al menos emití un extraño ruido. Me apoyé sobre la mesada y estiré mi remera lo más que pude. Mis mejillas ardían.

- ¡Imbécil! ¿no tienes que estar trabajando? ¿¡Quieres meterte en problemas!? -Chillé. Jaebum mordió una galleta y se apoyó sobre la misma mesada. Sonrió de costado y miró mis piernas.-

- Tú eres la que está desnuda, no yo. ¿Por qué me metería en problemas?

- ¡Porque... No deberías estar aquí! -Jaebum lanzó una carcajada-

- Por cierto, qué delgada estás... Tienes piernas de.... Tero. -Jaebum volvió a reír pero esta vez se atragantó con su galleta. -

- Ahora es cuando debes morir -sonreí entre dientes- ¡No mires! Más te vale no hacerlo -dije, y lo apunté con el dedo índice-

- Oh, créeme mocosa. No tengo interés en mirarte. Ni siquiera borracho. -Sonrió por lo bajo y pasó junto a mí-

- ¡Aish! Sabía que ibas a recordarlo, pero no fue una queja, ¡idiota! No te hagas ilusiones -con cierto temor y vergüenza, me cubrí hasta poder correr hacía mi habitación-

Qué bien. El supuesto modelo y profesor de Educación Física "perfecto" se acaba de reír en mi cara por mi cuerpo. Es un increíble animador, apuesto a que mi estima se lo agradecerá por siempre.
Piernas de tero. Pensé y me miré al espejo. Tal vez se veían así de delgadas porque no sabía lucirlas. Necesitaba autoconverme.
Mark me confirmó la hora en que llegaría, cambié mis jeans por una falda de la misma tela con botones en el centro, de invierno. Un sueter gris y botas con un pequeño tacón para darle otro estilo a mis piernas. Jaebum me había quitado la pizca de seguridad que me quedaba, solté mi cabello, y me quité el maquillaje de los ojos para poder pintar mis labios de un rojo carmín.

Yo quise el fin, y había más  (Jaebum y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora