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Capítulo 18.

Jaebum y yo llegamos al hospital central en cuestión de minutos. Una vez adentro, me apresuré por encontrar Mark entre los pasillos.
Él estaba sentado en el suelo, con ambas manos en su cabeza. Sus dedos se entrelazaba con los cabellos reiteradas veces. Él no dejaba de mover sus pies, su rostro parecía el de otra persona.
Me acerqué con tranquilidad y sintiéndome el ser más cobarde y egoísta del mundo. No sabía que decir, no sabía cómo actuar en situaciones como estas.
Me agaché a su altura y llevé su cabeza a mi pecho lentamente. Mark acarició mi mano. Me dejé caer junto a él y lo abracé aún más fuerte cuando oí su llanto desesperado.
Apreté mis ojos. Intentaba pensar en algo que pudiese calmarme, no fui capaz de mantenerme fuerte para él, simplemente, lloré con él.
Jamás había oído algo como su llanto. Él sentía que era el final, para él, estaba todo perdido y ello se reflejaba en la forma en la que se aferró de mí.
Levanté la mirada y vi a Jaebum caminar hacia nosotros, él y yo, no estábamos al tanto de lo que había sucedido porque nos tardamos un rato en llegar, pero Mark lo sabía.
Jaebum negó con la cabeza, entendí que la abuela de Mark había fallecido en ese lapso. Él no me hablaba porque el dolor no se lo permitía, y yo... Yo no lo dejaría sólo.

Algunas horas pasaron. Eran cerca de las tres de la mañana. Mark había logrado apaciguar su llanto, pero aún sus ojos se mantenían cristalizados.
No dijo ni una sola palabra.  Sólo autorizó a Jaebum, a través de una firma casi escrita por mi mano,puesto a que yo lo guíe con mi mano sobre la suya, a que se encargara de los seguimientos que se realizan luego de una muerte.

— Markie, buscaré algo para que bebas y comas. ¿De acuerdo? Volveré en seguida, lo prometo. —Dije. Me levanté de mi asiento, corrí un mechón de pelo que caía sobre sus ojos y besé su cabeza—

Caminé rápido hacía la cafetería, Jaebum se acercaba a mí con algunas carpetas en sus manos.

— Oye, ya hemos terminado. He pedido que postergaran algunos asuntos porque es necesario la presencia de Mark no parece en condiciones para encargarse. Además, consulté que se debía hacer en estas situaciones y me recomendaron que haga una cita con un especialista. Luego te informaré al respecto. —Habló Jaebum apenas llegó a mí. Prácticamente me abalancé sobre él. Lo abracé tan fuerte cómo cuando él lo hacía conmigo cuando lo necesitaba— Hey, oye... Tranquila, tranquila —Dijo mientras tomaba mi rostro. Otra vez estaba llorando—

— Ella era lo único que tenía, Jae...Jaebum. Mark no tiene a nadie más en el mundo, ¡él no lo merece! ¡maldición! ¿Por qué tuvo que sucederle algo así, tan repentino? Él... Se veía feliz y ahora... Él no va a sonreír...—Mi respiración se acortaba porque lloraba al mismo tiempo, aquello no me permitía hablar con claridad—

— No es justo, lo sé. Niña, yo... Lo sé. Pero, te prometo que estará bien, él va a superarlo, estará bien —se expresó. Jaebum acarició mi cabeza mientras la sostenía junto a su pecho— Te tiene a tí, él no... No podría sentirse sólo contigo a su lado. —Añadió—

A las cuatro de la mañana, llevamos a Mark a nuestra... A mí casa. Somin y Youngjae estaban al tanto de lo que sucedía. Le prepararon una habitación que en algún momento fue para pasar el tiempo. Allí podías leer, escuchar y hacer música, meditar entre otras cosas.
Cuando Mark se durmió por completo, Jaebum decidió irse a dormir también.

— Youngjae, Somin... Necesito, hablar con ustedes. —Mencioné—

— ¿Tiene que ser ahora, pequeña? —Preguntó Youngjae—

Yo quise el fin, y había más  (Jaebum y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora