Minutos

2.3K 225 32
                                    

La mujer de sonrisa pícara y arrugas en todo su rostro, me miró de arriba a abajo descaradamente. Me sentí incómoda, pero para Bambam eso era normal en las agencias de modelaje.

— ¿Cuántos años tienes? Me temo que deberá venir un mayor por tí para que podamos aceptarte. También debemos elegir tú tutor aquí dentro.

— Oh, no hay problema, de hecho conozco...

— No, Jaebum es mi tutor. —Bambam me interrumpió. La mujer arqueó las cejas.

— ¿Tú también conoces a Jaebum? Le tendré que agradecer por traer nuevos estudiantes.

Bambam y yo sonreímos falsos. Ella nos miraba fijo, tal vez esperaba que dijéramos algo más.

— Bien, pídele a tus padres que vengan a finalizar tú inscripción, puedes quedarte con Kunpimook hoy. Por favor, enséñale los salones, sin molestar y preséntalo a los demás —Ella se dirigió a mi mejor amigo esta vez.

La señora Park abandonó la habitación. Al fin nos quedábamos solos. Habíamos pasado la mañana tratando de solucionar mis problemas de imagen antes de llegar a la agencia en la que Jaebum trabajaba. Luego pasamos varios minutos esperando para que la directora nos atendiera y por último, el tedioso proceso de inscripción.

— ¿Conoces a los tutores? —Pregunté ansiosa.

— Sí, son los modelos que llevan más tiempo aquí. Todos mayores con la vibra Jaebum... Ten cuidado.

— Tengo suficiente con Jaebum. ¿Crees que van a aceptarme? —Bambam arrugó su nariz.

— En cuánto me enteré que Jaebum estaba libre, fui a rogarle que fuese el mío. Los demás me asustan...

— ¿Asustan? ¿p-por qué?

— Son excesivamente competidores. No les importa en absoluto ayudarte, ni guiarte. Les pagan más si lo hacen, es su único motivo para pasar tiempo con nosotros.

— ¿Por qué... Jaebum no lo hizo?

— Dijo que no tenía paciencia, pero a mí me cuestan las cosas y él me ha ayudado bastante...

Más tarde, conocí a los tutores. Me bastaron algunas horas para entender lo que Bambam me había dicho. No estaban allí por mero gusto. Nada de lo que decían era motivador. Me tomaría tiempo para conocerlos, tal vez no eran como se mostraban.

Mi mejor amigo y yo, llegamos a casa por la noche. Había sido divertido, pero ambos estábamos muy cansados. La noche anterior nos pasamos mirando películas viejas de terror, dormirnos alrededor de tres horas.

Youngjae nos atacó en la puerta.

— ¿Por qué estuvieron tanto tiempo afuera? ¿qué estuvieron haciendo todo el día?

Youngjae nos empujó dentro de la casa. Ambos corrimos al sofá.

— Hola Bam. —Oí la voz de Jaebum y lo busqué con la mirada de inmediato. Él despeinó a mi mejor amigo y se sentó entre nosotros.

— Hola idiota

— Qué hay... —Solté.

— No me han respondido. ¿Dónde han estado?

Jaebum me miró a los ojos por algunos segundos. Bajé la mirada atontada. Luego acarició mi mano que descansaba sobre un almohadón y entrelazó nuestros dedos. Sonreí.

— _________ fue a la agencia conmigo. Por favor, ya no nos hagas hablar. Apenas dormimos. —Bambam, al parecer, olvidó el no decirle nada a Jaebum hasta que estuviese inscripta.

Yo quise el fin, y había más  (Jaebum y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora