Impulsos.

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— ¿Y si Youngjae regresa? No me sentaré en tus piernas. —Dije, sin poder evitar reírme.

Jaebum me jaló del brazo ignorando el rechazo. Tomó mi rostro cuando estuve sentada sobre él. Sonreí y él mordió su labio inferior.

— No hagas eso —Dijo con una suave voz, y peinó mi cabello hacia atrás.

— ¿Hacer qué? No hago nada. —Por dentro, estaba haciendo mi mayor esfuerzo por no sonreír, pero, ¿qué podía hacer? Estaba feliz.

— Sonreír de esa forma cuando busco sexo. —Arrugué mi nariz.

— ¿Debería quedarme seria? —Hice una expresión seria. Él sonrió. — De todas maneras, no podemos hacer nada.

— De acuerdo.

Jaebum mantuvo el silencio algunos segundos. Abracé su cuello con un brazo, él continuaba con una mano en mi cintura, y la otra sobre mis piernas.

— Oye, tú... —Jaebum volvió a sonreír. Esta vez bajó la mirada un momento, y volvió a fijar sus ojos en los míos. — Es que... Eres, hermosa.

— ¡Oh! ¿lo soy? —Mis nervios desbordaron. Mi rostro ardía.

Mi celular comenzó a sonar sobre el escritorio. Lo recogí de inmediato, tal vez era Bambam, ver a Somin podría haberlo confundido y se veía molesto.
Pero era Mark. 

— ¿Es Bambam? —Preguntó. Negué con la cabeza. No había pensado en Mark, de hecho, había evitado pensar en él.

 — Es Mark. Pregunta si podemos hablar...

—  Quieres hacerlo, ¿no es así? 

  Salí de mi habitación. En realidad, no sabía que hacer. Por un lado, lo que había hecho me dolía, pero yo debí entenderlo. Aunque no le creí cuando me lo negó,  él siempre sintió algo por mí, pero a mí me incomodaba, así que lo dejé pasar. 

  — Aún estoy enojada, pero creo que debo hacerlo. 

—  Se equivocó. —Soltó Jaebum. ¿Estaba defendiéndolo? — Creo que no sabía en qué se metía. Él sólo quería que lo notaras...

 — ¿Quién eres tú? 

  — Simplemente lo entiendo, ¿hay algún problema? En su lugar, tal vez hubiese hecho lo mismo.

— ¿En serio?

—  No lo sé, uno hace locuras... cuando está enamorado, ¿no es así?

— Mírate si no, saliendo con una menor de edad. Haz algo mal, y cualquiera puede denunciarte. —Dijo mi hermano, quien entraba a la casa con una bolsa cargada hasta arriba.

+

La mañana siguiente, invité a Mark a desayunar. Mi madre llegaría para almorzar.

— De acuerdo, llámame si necesitas algo. Y por favor, intenta suavizar el tema Somin por mí antes que regrese. —Mi hermano tomó una tostada y siguió ajustando su cinturón. Asentí.

—  Puedes llamar a tú hermano, pero él nunca oye su celular. Así que, llámame a mí. —Dijo Jaebum. Sonrió y besó mi cabeza. Youngjae, Mark, quien estaba frente a mí. E incluso el propio Jaebum, se sorprendió de su acción.

  — ¿Te atreves a competir conmigo? —Preguntó Youngjae. Jaebum giró sus ojos algo nervioso. Entendí que había sido por ese beso. Mi corazón latía escandaloso.

— Mark, seré claro. Sigues siendo un idiota ante mis ojos y ella...  —Jaebum aplastó mi cabeza con una mano.- Sigue siendo mi novia, ¿de acuerdo? Confío en que no serás aún más idiota.

Yo quise el fin, y había más  (Jaebum y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora