Secuestro | Z.M

Capítulo 9: Destruida

Bella.

Mi cabeza dolía como los mil demonios, sentía que ardía pero ahora que me helaba, sentía unas manos acariciando mi pelo suavemente y sentía las suaves sábanas dar con mi cuerpo. Mis ojos no podían ser abiertos dado el cansancio que mi cuerpo tenía, con pesadez hice todo un esfuerzo por abrirlos y lo conseguí. Enfoque la cara de Noah, ella tocaba mi frente tomando mi temperatura como si de una madre se tratase.

–¿Bella?– Hice un ruido en señal de que estaba despierta porque las palabras no me salían.– ¡Oh gracias a Dios!–.

Me abrazo suavemente y minutos después se retiró de mí. Reuniendo las fuerzas suficientes pude abrir la boca para empezar a hablar.

–¿Q-que pasa?– Toqué mi cabeza.

–Nada preciosa has tenido un pequeño golpe de calor– Acarició mi cara.

De repente los recuerdos erosionan mi mente. Veo a Zayn tirándome a un cuarto lleno de trastos donde hace muchísimo calor, está apunto de pegarme pero no lo hace solo se va y me veo a mi indefensa y sin fuerzas ni siquiera para respirar o levantarme.

–Noah, Zayn me encerró, es tan malo ¡pensaba que moría!– Lloré y ella me abrazó.

–Tranquila mi niña, todo saldrá bien–.

–¡No, nada saldrá bien!– Grité.– Quiero volver a casa–.

–Necesitas descansar–.

–No puedo, él volverá, me pegara o violara y volveré a dormirme ya que dormida es el único momento donde no puede hacerme daño– Noah se separó de mí y se levantó para hechar la cortina a la gran ventana.

–Se ha preocupado mucho, pensaba que te perdía– La miré.

–¿Como se va a preocupar por alguien a la que sólo "quiere ver sufrir"?– Hice comillas con mis dedos.

–Solo te digo que nunca lo había visto así, solamente cuando paso lo de sus difuntos padres–.

–¿Que paso con sus padres? ¿y con el mío?– Pregunté interesada.

Me incorpore pero un dolor punzante en mi cabeza se hizo presente por lo que me quejé y me toque ahí, Noah lo noto enseguida y hizo que me volviera a acostar.

–Esa es una historia muy larga para contarla hoy, descansa– Me dió un beso en la frente y apagó la luz.

[...]

El cuerpo de Zayn se aferraba ami como si en cualquier momento yo fuera a desaparecer. Despacio quité sus manos de mí, me levanté de la cama y fui hacia el baño. Me miré en el espejo y sentía ya las lágrimas correr por mis mejillas, no podía parar de llorar, no quería seguir aquí y menos con Zayn.

–Bella– Escuchó detrás de mí por lo que me giro– ¿Estas llorando?

–¿No es evidente?– Bufo. Su voz hace que ya sea un fastidio para mí.

–Anda ven aquí– Abrió sus brazos y yo arrugue la frente de confusión.

¿Que se creía, que con un abrazo iba a olvidar todo el dolor que el me ha proporcionado?. Cerré mis ojos y los volví a abrir.

–Créeme eres la última persona a la que abrazaría después de todo el daño que me estás haciendo– Sus rasgos cambiaron y me miró con pena.

Se aproximó hacia mí, mi espalda dio contra el lavabo. Levantó su mano y cerré los ojos, iba a pegarme. Me cogió de la muñeca y me apego contra su cuerpo. Me cogió de la cintura y me apretó fuerte, yo por mi parte no hice nada solo llorar aunque a decir verdad tener un abrazo en estos momentos me ayudaba aunque sea de él.

Me aferre a su cuerpo como si de un oso de peluche se tratase y lloré como una niña pequeña, yo no podía más, yo quería estar con mi padre y mis amigos y disfrutando de mi adolescencia.

–¿Mejor?– Preguntó y negué.

–Hecho de menos a papá, tiene que estar destrozado al igual que yo– El sofocón se quedaba atrapado en mi garganta por lo que no podía hablar bien.

–Bella y-yo– Respiró pesadamente.– No puedo devolverte a Bruce–.

–¿Pero no he sufrido ya bastante?– Mis lágrimas mojaron su descubierto pecho.

–B-Bella te quiero para mí– Mi llanto se volvió más grande.

–¿Y yo por que?, déjame ver a papá una vez más, porfavor– Suplico.

–N-no puedo– Me separó de él y se fue de el baño, después sentí la puerta de la habitación cerrarse, se había ido.

[...]

–Y para mi niña huevos con beicon– Me sirvió Noah y yo sonreí en respuesta.

–Gracias Noah– Empiezo a comer mi desayuno.

–¿Pasa algo?– Pregunta y se sienta a mi lado.

–Que no ha pasado– Hago una risa forzada.

–¿Zayn?– Dicen a nuestras espaldas.

Me giro y veo a un chico alto, moreno con ojos azules intenso, sonríe y yo estoy confundida me resulta extrañamente familiar.

–El Señor no se encuentra aquí– Se dirige hacia su dirección Noah.

–Me da igual, lo esperaré– Le sonríe el moreno.