Secuestro | Z.M

Capítulo 35: Volvamos

BELLA.

Zayn curvó una sonrisa y camino derecho hacia Roderick. Lo miró y su mandíbula se tensó, en ese momento supe que su odio había crecido aún más y solo en ese momento sentí pena por Roderick porque Zayn iba a acabar con sus existencia.

En un ágil movimiento Zayn lo cogió por el cuello y lo estampó contra la pared, haciendo presión mucha presión. Roderick en un intento de pegar a Zayn fracasó, estaba morado y Zayn apretaba aún más fuerte. Intenté hablar pero solo me salió un gruñido para que no terminase de ahogarlo del todo porque se merecía vivir con lo que me había hecho.

Zayn lo soltó y su cuerpo calló en el frío suelo. Roderick empezó a toser muy fuerte y se agarró el cuello con las dos manos. Zayn le pegó una patada en el estómago y le dio la vuelta obligando a Roderick que lo mirase.

–Sabía que no eras de fiar, lo supe el primer día que te vi pequeño hijo de puta. ¿Cómo te atreves a poner un solo dedo tuyo encima de ella?– Lo sacudió y su puño impactó contra su cara.– Te juro que te voy a matar a golpes hasta que tu cuerpo no pueda más–.

Roderick escupió sangre por su boca y miró a Zayn. Río de una forma que hizo que mi cuerpo diera un vuelco y que un escalofrío erizara toda mi piel.

–Vaya es irónico todo esto, que me digas que yo no soy de fiar cuando el que has mentido sobre quien eres has sido tú– No supe entender nada.

–¿Que estás hablando pedazo de capullo?–.

–Me alegra que digas eso Alan o debería decir Zayn Malik, el narcotraficante más buscado de todos–.

Cerré mis ojos con todas mis fuerzas y los volví a abrir. Roderick lo sabía todo desde el principio y nos engañó a todos en especial a mí. Zayn le escupió en toda la cara y después se dispuso a pegarle una y otra vez un puñetazo en diferentes parte de el cuerpo y una que otra patada. Cogió la cabeza de Roderick y la impactó contra la pared dejándolo inconsciente por completo. Gruñía porque era lo único que podía hacer para que lo dejase ya y para que viniese a por mi y salir de aquí que era lo único que necesitaba.

–Alan, ¿¡que estás haciendo?!– Mi abuelo corrió a socorrer el cuerpo de Roderick.

–¿Que ha pasado aquí?– Dice mi abuela.

–Vuestro hijo está como una puta cabra ¿sabéis?. Ha intentado abusar de Bella, la ha drogado y a mí me ha mandado a la otra punta de la ciudad para él poder hacer lo que tenía pensado con Bella–.

–¿¡Que?!– Exclamaron mis abuelos a la vez.

–No puede ser capaz– Continuo diciendo mi abuelo abrazando el cuerpo de Roderick.

Mi abuela envuelta en lágrimas se acercó a mi e intento abrazarme pero Zayn la separó y fue él quien se acercó a mí.

–No os acerquéis a ella ninguno o si no me encargaré de joder vuestras vidas personalmente– Amenazó Zayn.

Acarició mi cara y enrolló la sábana en mi cuerpo, después me cogió en sus brazos y se encaminó hacia la puerta.

–Por favor vamos a hablar de lo sucedido pero no te lleves a mi nieta– Suplicó mi abuelo.

–¡No te la lleves tú también, no nos separes de ella!– Gritó mi abuela.

–Meted a vuestro hijo en un psiquiatra y espero que no se vuelva a acercar nunca más a Bella porque si no, lo mataré–.

Cuando Zayn dijo esto último bajo rápido las escaleras, todavía en sus brazos sentí como me acarició la cara y algo empezaba a mojarme la cara. Más tarde lo escuché sollozar estaba llorando, llorando por mí.

Apartó el pelo de mi cara y me la acarició, luego me dio un gran abrazo y un pico en los labios. Quería decirle que no llorase, que nos fuésemos de aquí, que lo amaba pero no podía hacer nada con mi cuerpo.

–Bella ¿puedes hablar?–Escuché su voz tan rota que mi cuerpo se heló.– ¡Dime algo joder!–.

Hice un esfuerzo por abrir los ojos y mirarlo unos segundos, aunque mi cuerpo solo pedía querer dormir. Nos encontrábamos todavía en la casa de mis abuelos, Zayn tirado en el suelo y yo encima de su regazo. Sus ojos estaban rojos de llorar y su cuerpo tenso.

–Lo siento pequeña por todo, estoy tan nervioso. Todo esto ha sido por mi culpa y y-yo– Pauso.–Necesito escuchar tu voz–.

Quería decirle muchas cosas pero la droga era muy fuerte ¿que me habría dado ese loco?. Me sentía terriblemente mal tanto física como mentalmente. Sentía que todo me daba vueltas, la voz de Zayn distorsionada y con eco, parecía que todo se alejaba de mí.

–¿Bella?– Volvió a decir Zayn.

Y con mis ojos pesados del sueño me preparé para decirle algo, y lo hice aunque me costaba demasiado. Levanté mi mano y acaricié su cara.

–Volvamos– Pude decir.

Dejé caer mi mano en el frío suelo y volví a cerrar mis ojos. Sentí como con sus fuertes brazos me levanto de nuevo y lentamente me incorporo en su coche, sentí el motor arrancarse y quedé dormida.

[...]

El dolor de cabeza era inaguantable, sentía que no podía abrir los ojos, que me moría en ese mismo momento pero a la vez sentí paz y como todos los problemas desaparecían. Pero su mirada y sus putos ojos azules claros miraban todo mi cuerpo y me besaba, me apretaba, me acariciaba y me hacía saber cuan de dolido y loco estaba. <<Déjame>> le decía, pero era como si estuviese sordo a las súplicas y no lo hacía. Me miró otra vez y los ojos tan claros que tenían se volvieron oscuros tan oscuros que me asustó.

–¡Suéltame!– Grité y desperté.

Mis pelos se aferraban a mi cara mientras una ligera capa de sudor descendía de mi frente. Enfoqué a Zayn que traía consigo un vaso de agua, lo dejó en la mesita y se acercó a mí rápidamente. Me cogió de la mano y dejo un beso en ella.

–Pequeña ¿cómo estás?– Negué.

–¿Donde estamos? ¿que ha pasado?–.

–De vuelta en Dubái lejos del hijo de la gran puta de Roderick– Decía con asco.

–Entonces, ¿es verdad, no era una pesadilla?–.

–No Bella, es la puta realidad y me culpo a mí mismo por haberte dejado sola con ese demente pero te juro que va a pagar las consecuencias y la paliza que le di no es nada–.

–Se pensaba que era mi madre, me llamó Allison– Lloré.– No le hagas nada más–.

–Pero Bella...– Lo hice callar poniendo un dedo en su boca.

Lentamente fui bajando el dedo y mis mejillas estaban de nuevo siendo empapadas de las lagrimas, las jodidas lagrimas. Zayn me abrazó y me sentí segura entre sus brazos e hizo que me calmara.

Ojalá nunca hubiésemos salido de aquí, ojalá nunca hubiese pasado nada.