Secuestro | Z.M

Capítulo 41: Sí quiero

Bella

–Oh Zayn, no me lo puedo creer– Digo pestañeando varias veces creyéndome lo que ven mis ojos.

–Solo dime algo Bella por favor– Suplicó.

Estaba pidiéndome matrimonio, el día de mi cumpleaños, el día de mis dieciocho años y no podía ser más bonito y a la vez romántico. Mire a todos a mi alrededor, Adam me sonreía y me asentía con la cabeza.

Volví a mirar a Zayn y sonreí, su cara se iluminó. Espere unos segundos, tome aire y me dispuse ha hablar.

–Sí quiero– Sonreí.– Claro que quiero Zayn–.

A Zayn se le cayeron sus primeras lágrimas dada la emoción, pero luego tenía la sonrisa más grande que le he podido ver a alguien en mi vida. Se levantó, me cogió en brazos y dio vueltas alrededor de si mismo. No paraba de reírme y después de unos minutos me dejo en el suelo y me abrazó fuerte pero sin hacerme daño. Después me coloco el anillo en el dedo anular.

–Te amo Bella te amo muchísimo– Me beso.

–También te amo– Sonreí.

Después me giré y sople las velas de los numero uno y ocho. Algo me decía que sería mi mejor cumpleaños.

Pasada la fiesta yo ya estaba súper cansada, y algo triste, me había acordado de mi padre y ya dude que fuese mi mejor cumpleaños. Tocaron a la puerta y Zayn entró sonriente.

–¿Que le pasa a mi preciosa prometida?– Acarició mi mejilla.

–No es nada– Mentí.

–La más mínima cosa que te pase para mi es la mayor, cuéntame– Cogió mis manos.

–Mi padre, no ha podido felicitarme como siempre y ni si quiera ha hecho el esfuerzo de llamar– Agaché mi mirada.

–He bloqueado todas las llamadas– Lo miré.– Entiéndelo pequeña aunque está todo seguro respecto a el rastreo o cualquier otra cosa no puedo arriesgarme– Asentí.

–Lo entiendo– Miré hacia otro lado y Zayn se levantó de la cama.

–Hoy, sin embargo dejaré que tu padre llame–.

Mis ojos lo miraron y empecé a reírme. Zayn era bueno muy bueno conmigo y me lo está demostrando cada día más.

Su mano va hacia el bolsillo derecho de su pantalón y me ofrece su teléfono. Suspiro y lo intento coger pero retira la mano y lo miró confundida.

–Vamos a hacerlo mejor, vas a verlo– Abro mis ojos y me levantó rápidamente.

–¿Q-Que?– Tartamudeo.

–Si Bella, ven conmigo– Entrelazo su mano con la mía y me llevo a su despacho.

Me coloco frente a su silla y puso su ordenador frente a mí. Empezó a teclear varias cosas en su ordenador y suspiró. Me miró y me sonrió.

–Tiene que parecer que estas secuestrada Bella– Acaricié mi gran panza y asentí.

Alboroté mi pelo, rompí un poco mi camiseta y cogí un poco de maquillaje de el cuarto y me pinté imitando ojeras y moretones. Y pensando bien los recuerdos de una yo secuestrada y maltratada llegan a mi mente. Sacudo mi cabeza dejando esos pensamientos y vuelvo a la habitación con Zayn.

Me siento de nuevo en el sillón y Zayn acaricia mi barriga y después mi mejilla.

–¿Lista?– Asentí.

Tecleó unas cuantas cosas mandó un mensaje seguramente a mi padre. De repente la pantalla se puso en negro y unas letras en verde empezaron a salir a toda prisa.

–Tienes tres minutos para hablar con el– Fruncí mi ceño.

–¿Por que sólo tres minutos?– Pregunté por curiosidad más que nada.

–Porque es el período de tiempo que tengo permitido para que no rastree la ubicación en donde nos encontramos– Asentí.– Pequeña relájate y recuerda intenta no hablar más de la cuenta–.

Volví a asentir, estaba tan nerviosa y tenía tanta ganas de ver a mi padre que mis manos sudaban y un cosquilleo recorría mi cuerpo. Zayn se retiró unos metros de mí pero se quedó en la habitación conmigo. Unos números salieron de la pantalla, era como una cuenta atrás: 3,2,1.

La pantalla se puso en blanco y mi cara salió en el monitor y después salió la de mi padre. Era como si no lo reconociese, estaba demasiado delgado, su cara está marcada con sus huesos, las ojeras no podía disimularlas, tenía barba de bastantes días y el pelo despeinado y una botella de whisky en la mano. Sus ojos estaban llorosos pero cuando me vio, tomaron otro brillo, un brillo de esperanza. Las lagrimas resbalaron por mis mejillas no me salían las palabras mi padre parecía un muerto.

–Mi preciosa niña– Lloró.–Estás tan guapa, cada día te pareces más a tu madre. Ya eres todo una mujer mi Bella–.

–Papá te extraño tanto, no veo el día de abrazarte de nuevo– Volví a llorar.

–¡Sh! cielo– Me hizo callar– No llores, estoy trabajando día y noche para que estés de nuevo aquí conmigo y lo conseguiré. No quiero que llores mi pequeña solo quiero que aunque estés en ese infierno pienses que estoy contigo dándote tu regalo de tus dieciocho años. Felicidades Bella estoy y estaré contigo, te amo muchísimo–.

–También te amo papá y muchas gracias por todo, ojalá pudiese verte y estar contigo en este momento pero...– Lloré más fuerte.

–Tranquila mi niña, relájate.– Me analizó la cara.– Estás señalada por ese animal, ¿te ha vuelto a pegar?– Dice enfadado.

Mire a Zayn y hizo un gesto asintiendo dándome a entender que dijese que sí. Volví a mirar la pantalla y suspiré un par de veces, mi padre ni siquiera tenía voz ya y me partía el alma.

–Si, lo hace– Papá tiro de su pelo enfadado.

–Lo pagará, lo pagará te lo prometo–.

–Se acabó el tiempo– Dice Zayn.

–¡No! ¡No!– Gritó él.

–Te amo papá– Digo y él suspira llorando.

–También te amo hija mía, felicidades de nuevo y recuerda siempre serás mi pequeña–.

La pantalla se puso de nuevo en negro y ya no vi a mi padre. Zayn se acercó y bajo la pantalla del ordenador. Lloré y el me abrazó demostrándome otra vez que siempre tendría sus brazos para consolarme.