Capítulo 11

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A la mañana siguiente se levantó muy tarde, casi eran las once de la mañana. Algo muy extraño en ella. Fue el timbre de su celular incluso lo que la hizo despertar, era Carolina quién llamaba para invitarla a ir al otro pueblo de compras; estaba cerca y a diferencia del lugar en donde vivían, era más turístico y por lo tanto había más comercio. Otros compañeros de la universidad iban a ir para conocer y por supuesto iría Héctor el novio de Carolina.

Fernanda aceptó, no tenía nada planeado para ese día y al ser domingo el trabajo tampoco se lo impedía. Así que era su mejor opción después de todo, especialmente porque tampoco deseaba quedarse en su casa. Eso sí, antes de la hora acordada con Carolina, fue a visitar a Beatriz.

—Cada día me sorprendes más —dijo doña Irene recién la vio bajar.

Leía una revista en la sala.

—Buenos días, mamá, ¿Por qué lo dices?

—No creo que sean horas para decir buenos días —sonrió al decirlo—, y lo digo por la hora. Nunca sueles dormir hasta tarde ¿Estás bien?

—Sí, solo que me desperté más temprano de lo normal y me quedé dormida. No sentí hasta hace media hora cuando Carolina me llamó para invitarme a salir.

—Eventualmente es bueno que duermas —dijo con indiferencia—. ¿Vas a salir?

—Sí, voy a ver a Beatriz y luego quedé con Carolina de ir al pueblito a conocer. Van a venir algunos compañeros de la universidad, así que iremos todos juntos.

—Johanna no me dijo nada.

—Es que es un plan en el que Johanna no está, voy con mis amigos.

—Solamente no regreses muy tarde, ya sabes que me molesta mucho que tengamos que esperarte para cenar.

—Está bien.

—Y la próxima vez que hagas planes avísame con tiempo para yo también salir, sabes que la última vez que me fui con tú hermana de compras y te dejé sola un domingo, tú papá me reclamó como si fueras una niña chiquita a la que no hay que dejar sola en casa.

—Si mamá, hoy no te avisé porque tampoco sabía que lo haría. Ya te dije que Carolina me llamó recién para invitarme.

—Si, sí, sí. No te estoy regañando.

***

Cuando Carolina y Héctor iban de camino a casa de Beatriz para recoger a Fernanda e irse juntos se encontraron a Jeremy, a quién Héctor no dudó en invitar para que los acompañara. Ambos estaban juntos en la misma carrera, mismo semestre y salón. Eran muy buenos amigos. ¡Por supuesto que él aceptó! solo que quedó en que los alcanzaba en el camino.

—Fernanda se va a enojar conmigo. No debiste invitarlo —dijo Carolina.

—No te preocupes, yo le explico que fue mi idea. Además, no creo que vaya a haber algún problema hoy, vamos en grupo —sonrió y le besó la mano.

Cuando llegaron a casa de Beatriz, Fernanda ya estaba lista así que solamente se subió al auto y se fueron.

—¿Y los demás? —preguntó—. Carolina me dijo que vendrían otros compañeritos.

—Sí, pero nos vamos a reunir todos en la plaza del pueblo. Si vienen hasta acá se hubieran tenido que desviar y por la hora, es mejor que vayan directo —respondió Héctor.

—Ah, ¿Y cuál es el plan? porque hoy literalmente le dije que sí a Carolina a salir, pero sin tener claro a qué.

—Cualquier plan conmigo es así —rio Carol.

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