Capítulo 68

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—Llegaron tus papás —dijo Mauricio.

Ambos no pudieron evitar ponerse nerviosos. Lo último que querían era hacer algo que incomodara a sus papás.

—Se ve que haces ejercicio —comentó doña Irene.

Recién se acercaron, le sorprendió ver a Mauricio en traje de baño.

—Cuidado y en una de esas mi mamá te cambia —bromeó Beatriz.

Don Gonzalo no evitó sonreír con el comentario de su hija. Aunque eso ayudó a que los ánimos estuvieran tranquilos, incluso doña Irene se veía bastante entusiasmada con todo.

—Me vas a contar cómo estuvo lo de Erick —preguntó Fer.

Se habían quedado solas. Mauricio y Erick jugaban voleibol y don Gonzalo con doña Irene habían ido a caminar.

—¿Qué es lo que quieres saber exactamente?

—El por qué te casaste sabiendo que te había engañado. Beatriz, yo sé que tú eres muy buena, pero tampoco entiendo cómo fuiste capaz de perdonar algo así. No entiendo, por qué no cancelaste la boda. De alguna manera debió afectarte, así que no entiendo.

—Sí, me afectó no te lo voy a negar, pero hablé con mi mamá y ella me persuadió. Me hizo ver todas las razones por las que había aceptado casarme y de lo sincero que había sido Erick al decirme la verdad. Aunque también me dijo que existía la posibilidad de divorciarme en caso no lograra perdonarlo, pero ya vez las cosas han funcionado y estoy segura de que tomé la mejor decisión.

—Me encantaría pensar que mi mamá te lo dijo porque realmente lo creía, pero conociéndola estoy segura de que solamente quería evitar un escándalo.

—Lo sé, pero genuinamente estoy muy agradecida por lo que hizo en su momento. De no haberlo hecho, está preciosura que está aquí no estaría —besó a la bebé—. Fer, cuando amas a alguien, las cosas no siempre serán perfectas. Hay decisiones que se toman por amor, aunque no se trata de perdonar todo y humillarte, pero a veces debes elegir: perdonar y seguir adelante o alejarte. En mi caso, aunque no fue fácil, decidí perdonar y seguir, y desde que tomé esa decisión, todo se hizo más fácil.

—Suena muy bonito, pero me cuesta entenderlo.

—Solo te puedo decir que Erick es y ha sido un maravilloso esposo, pero mejor cuéntame ¿Cómo van las cosas con Mauricio? hemos hablado muy poco sobre eso.

—Bien, Mauricio ha sido lo mejor que me ha pasado.

—¿Lo quieres mucho verdad?

—Demasiado. Sabes, estoy segura de que es el amor de mi vida.

—Yo también.

—¿Enserio?

—Sí, y estoy segura de que eres bien correspondida.

—Aunque también debo admitir que a veces dudo de qué tanto vaya a durar esto.

—¿Por qué? ¿Por la diferencia de edad?

—No, es solo que hay muchas cosas del pasado que aún persiguen a Mauricio, y que a veces realmente pienso que tarde o temprano nos van a afectar.

—No pienses en eso. Si es por lo que yo he visto, estoy segura de que Mauricio, te adora. Más bien creo que en algún momento si no se dieran las cosas, sería más por ti, que por él.

—¿Cómo?

—Es que yo sé que eres muy madura, pero no dejas de tener diecinueve años, pero mejor dime... ¿Vas a volver a hablar con Patricio?

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