—Pensé que te irías temprano —dijo Mauro.
Habían tenido una larga conversación, por la que ambos quedaron en que era mejor se esperara hasta el siguiente día, para hablar con Fer.
—Supongo que Fernanda, no va a querer verme en la universidad así que pedí la mañana. Quiero pasar a comprarle algo, porque no sé qué me va a decir.
—Yo que tú le compraba una floristería —comentó con sarcasmo—. Mauricio, lo que hiciste ayer, como médico y como tú primo, te lo aplaudo. Pero ya quedamos en que debes ser menos impulsivo, tienes un gran corazón y si bien, eso puede ser bueno, si no tienes cuidado puede confundir a Fernanda y hacerla creer que quizás sientes algo por Samantha. No olvides que apenas va a cumplir diecinueve años —dijo y se fue.
Mauricio, se quedó bastante pensativo. Se sentí como un tonto, especialmente al darse cuenta de que incluso su primo lo veía de otra forma.
—¿Problemas con Fernanda? —preguntó doña Margarita, al ver a su hijo muy pensativo—. ¿Es por lo que pasó con Irene?
—No —exclamó—. Es solo que soy un semejante imbécil mamá. He estado haciendo cosas que lastiman a Fer, y tuvo que decírmelo Mauro para que me diera cuenta.
—¿Qué es lo que has estado haciendo?
—Samantha, está enferma mamá. Recién me enteré ayer, y salí corriendo con ella para ayudarla. Fernanda, se enteró, aunque no sabe la razón, pero está muy molesta.
—Con justa razón, Mauricio, lamento mucho lo que está pasando esa muchacha, pero después de lo que hizo, no creo que merezca ni un grama de tú consideración.
—Lo sé, pero... reaccioné como creí que era lo mejor.
—Estoy segura de que Fernanda, te va a comprender, pero recuerda que hay cosas que aunque son buenas parecen malas, y hay que cuidarnos de esas. Recuerda que Gonzalo debe estar esperando un pequeño error de tu parte para prohibir su relación, a menos que no te importe, que creo que no es así. No vale la pena que juegues con la paciencia de Gonzalo y Fernandita de esa manera.
Universidad
—Si no quitas esa cara todo el mundo se va a dar cuenta que estás echando chispas —decía Carolina.
—No me importa. Mauricio, ni siquiera vino hoy, no le importo Carol. Con Susana era diferente, pero con Samantha, estoy segura de que soy yo quien sale perdiendo.
—Fernanda, ¿Te pasa algo? —preguntó Jeremy.
Le bastó verla a lo lejos hablando con Carolina, para saber que algo había sucedido.
—No estoy de humor Jeremy.
—No hace falta que me lo digas, ya lo vi.
—Enserio no estoy de humor —respondió con un tono pesado.
—Ya vuelvo, voy al baño —se disculpó Carolina.
—Está bien, yo también me voy. Sabes que cuentas conmigo —dijo él.
—No te vayas —pidió ella—. Discúlpame, no es contigo. Me enteré de que estabas un poco mal ¿Cómo sigues?
—Estoy bien.
—Héctor nos contó que estás tomando clases en línea, ya no vas a volver al campus.
—Por ahora sí, pero... el próximo semestre me voy a estudiar a España. Estaba preparando todo eso y por eso no había venido.
—¿Enserio te vas a ir?
—Sï, creo que es lo mejor. Hay veces que los cambios son buenos y necesarios, si no, te quedas estancado.
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Para Enamorarte
Teen FictionMauricio es un joven soñador y está enamorado de Samantha y ella de él, pero las vueltas de la vida son tan impredecibles que diez años después se encuentra soltero, siendo exitoso como abogado, pero no en su vida sentimental, hasta que un día llega...