Fernanda estaba emocionada con la decisión de Beatriz, al elegirla madrina de la pequeña Danielita. Sabía que toda la historia entre Mauricio y ella, prácticamente comenzó desde que Beatriz se enteró de que estaba embaraza, así que era un bonito recordatorio.
—¿Por qué no me elegiste a mí? —preguntó Johanna.
Fue lo primero que hizo, recién bajó.
—Tú sabes bien por qué —respondió doña Irene—. Ni siquiera voy a tener tiempo de preparar mi ropa —se quejó doña Irene.
—Hola Familia, creí que no llegaba, pero llegué. Jazmín, se disculpó por no poder venir, se sentía un poco cansada —dijo Paco.
Cenarían juntos, para hablar sobre el bautizo.
—¿Cansada de qué o qué? —preguntó Johanna.
—¿Sonia no está? ¿O qué pasa que estás preguntando tonterías? —respondió Paco muy sonriente.
Paco apreciaba mucho a Johanna, pero si se trataba de algún comentario sobre su esposa por muy tonto que fuera, le molestaba.
—Ya sé que esto no viene al caso, pero me gustaría ir a la hacienda que era de mi mamá —dijo Fer—. Hablé con mi abuela Mercedes y me dijo que le parecía buena idea.
—¿Y para qué quieres hacer eso? Debe estar en ruinas, mi papá a cuidado los terrenos, pero la casa debe haberse caído ya.
—No se ha caído —agregó don Gonzalo—. Mañana te doy las llaves, tengo una copia. ¿Qué es lo que quieres hacer?
—Me gustaría recuperarla.
—¡No entiendo por qué tienes que hablar de eso y preocuparte por eso! —exclamó Johanna—. Isabel, está muerta y si nos dejó con mi mamá y papá, y pidió que no nos dijeran nada, era justamente porque quería que la olvidáramos. No entiendo, por qué quieres recuperar una casa que es parte del pasado.
—Porque tendría que ser muy tonta para no darme cuenta de que todo lo hizo, por amor a ti y a mí. Además, no te estoy pidiendo ayuda.
—¿Acaso no te das cuenta de que con eso solamente terminas lastimando a mi mamá? Fernanda, tenemos una familia, no entiendo por qué piensas en eso.
—No es mi intención lastimar a nadie, y si es así lo lamento, pero no creo que nuestra mamá —enfatizó—, merezca que la olvidemos. Al menos yo quiero intentar recuperar lo que era de ella y mi abuela Mercedes está de acuerdo.
—¡¿Pero para qué?! ¡No hay necesidad!
—Para mí sí. No sé tú, pero, aunque amo esta familia, son cosas que no puedo pasar por alto e ignorar. Son parte de quién y necesito solucionarlas para que mi vida pueda continuar. Disculpa Beatriz, no quise arruinar este momento —dijo, levantándose de la mesa.
Todos se quedaron callados.
—Por primera vez creo que estoy de acuerdo con Fernanda —comentó Paco—, creo que ya pasó el tiempo en el que no se hablaba de mi tía Isabel, y creo que recuperar esa hacienda le haría bien al negocio.
—No digas nada Paco por favor, para Johanna esto es difícil —pidió doña Irene.
—Nos guste o no, era su mamá y es parte de la verdad que todos sabíamos mamá.
—No deberían prestarle atención —dijo Johanna.
Se quedó muy tranquila como si nada pasara. Algo que incluso a Beatriz, no le pareció normal.
Don Gonzalo tampoco dijo nada, y solamente se levantó de la mesa.
Hacienda Beltrán.
Mauricio se había quedado solo en la hacienda. Sus papás habían salido en un viaje de última hora y Mauro, tenía turno. Así que aprovechó el tiempo para revisar documentos de casos que aún llevaba y revisar cosas que tenía guardadas desde hace mucho tiempo.
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Para Enamorarte
Teen FictionMauricio es un joven soñador y está enamorado de Samantha y ella de él, pero las vueltas de la vida son tan impredecibles que diez años después se encuentra soltero, siendo exitoso como abogado, pero no en su vida sentimental, hasta que un día llega...