—Paco, ¿Sabes en dónde está Fernanda?
—Sí, estaba en las caballerizas con Mauricio.
—¡No puedo creer que prefiera estar allá y no en la casa! Falta poco para que Beatriz llegue.
Recién habían dado de alta a Danielita y habían decidido que Beatriz se quedara en la hacienda unos días, para estar más al cuidado. Cosa que la misma Beatriz había propuesto.
—Papá, tranquilo. Mauricio, es un buen tipo.
—No es por eso Paco, ambos sabemos que Mauricio es un buen tipo, pero lo del supuesto hijo no nos termina de agradar —decía doña Irene apoyando a su esposo.
—A la que le debe importar eso es a ella y por lo que veo, no le interesa. Saben que no me gusta meterme en ese tema, pero si algo les puedo decir es que deben estar felices por esa relación. Mauricio, tiene mucho que ver en que Fernanda esté llevando con más calma la noticia de que es adoptada.
—Eso lo sé y estoy agradecido por eso.
—La que tampoco ha llegado es Johanna, dijo que vendría hoy sin falta —agregaba doña Irene.
—Mamá, tú sabes cuánto quiero a mi hermana y que es con la que me llevo mejor, pero considero que últimamente le has dado mucha más libertad de la que ya tenía.
—Es joven Paco.
—Lo sé, pero está abusando. Me parece demasiado que todos los fines de semana llame para avisar que no vendrá porque tiene una fiesta. Incluso Sonia vino ayer y ella no. Johanna, es bonita, joven y no muy inteligente, aunque suene mal que lo diga. No deberías permitirle tantas libertades.
—No empieces Paco por favor, últimamente te escucho y parece estoy escuchando a Fernanda. —dijo doña Irene, quien, aunque intentaba hacer un cambio en su modo, no siempre lo conseguía.
—Paco tiene toda la razón, sabes lo mucho que me disgusta lo que está sucediendo con ella —agregó don Gonzalo.
Ciudad.
—Y entonces, ¿Me vas a decir si te gusto?
Había salido con Pablo. Aunque no habían dado ningún pasó más allá de la relación.
—Eres muy hermosa, ya te lo había dicho.
—¿Entonces por qué no me has pedido que sea tu novia?
—Porque estás muy borracha —respondió.
Si bien, él en ocasiones utilizaba más que alcohol para la diversión sabía controlarse. Cosa que veía que Johanna no estaba logrando.
—No es cierto, fueron solo unas cuántas copas —sonrió.
Pablo estaba interesado en Johanna, pero lo frenaba el hecho de darse cuenta de que Johanna estaba teniendo serios problemas con la bebida. Muchas veces había querido dejar de verla, pero no podía. Inconscientemente se había convertido en un tipo de ángel guardián, siempre trataba de cuidarla para que nadie se fuera a pasar de listo con ella.
—Unas simples copas que hicieron que te sacara cargada de la discoteca.
—Si no te gusta, ¿Por qué sales conmigo? No te obligo.
—Porque no quiero que nada malo te pase. Johanna, me gustas ya te lo he dicho, pero no me gusta para nada el estilo de vida que estás llevando.
—Entonces deberías alejarte de mí.
—Si eso es lo que quieres.
—No, no quiero eso. Es que tú no me entiendes, me gusta salir porque es la única forma en la que olvido mis problemas, especialmente la parte de que soy adoptada.
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Para Enamorarte
Teen FictionMauricio es un joven soñador y está enamorado de Samantha y ella de él, pero las vueltas de la vida son tan impredecibles que diez años después se encuentra soltero, siendo exitoso como abogado, pero no en su vida sentimental, hasta que un día llega...