Capítulo 51

1.1K 75 5
                                    

La ida al cine se canceló. Después de una llamada de doña Irene se pusieron a trabajar en los preparativos de su fiesta de cumpleaños, aunque fue algo distinto.

—¿Qué te parece esta opción? a mí me gusta —preguntó Fernanda.

Lo hizo con precaución, por experiencias anteriores sabía que su hermana reaccionaba de modo extraño cuando algo no le gustaba.

—Sí, me gusta.

—¿Estás segura?

—Sí, segura.

Fernanda, dudó la respuesta de su hermana. Sabía que, aunque los centros de mesa que había visto no eran feos, no eran precisamente del gusto de su hermana. Incluso cuando hizo la pregunta se había preparado mentalmente para una negativo o siquiera una sugerencia adicional.

—Johanna, ¿Estás segura? ¿Si te gustan?

—Sí, segura. Se ven elegantes y no tan aniñados. Por cierto, ¿Te gustaría conocer a Pablo? bueno, ya lo conoces, pero que salgamos con él.

—Sí, claro. ¿Cuándo?

—Hoy. Le escribí después que mi mamá llamó y dijo que le parecía buena idea, también le dije a Mauricio y dijo que sí.

—Johanna, entonces tú me estás avisando.

—Bueno, es que me emocioné.

—¿Y a qué hora quedaron?

—A las ocho, son las siete y media. Nos queda una hora hermanita, así que corre para que nos podamos arreglar —dijo, y se fue corriendo a su cuarto.

Incluso eso le sorprendió, si bien que corriera era normal. Que no hubiera comenzado a arreglarse hacía una hora era lo extraño, aunque que estuvieran ocupadas con lo de la fiesta podía ser el motivo.

—Sabes que lo veo y no lo creo. Cuando llegué y las vi hablando muy tranquilas, te juro que aposté a que iban a terminar desgreñadas y no. Siento que estoy viviendo en un mundo paralelo —dijo Carolina—. Incluso me saludó cuando llegué—, eso me parece muy extraño. Sé que es tu hermana, pero igual ten mucho cuidado, quizás sí esté cambiando, pero también puede que no.

Apartamento de Mauricio.

—¿Qué haces aquí? —preguntó perplejo.

Susana estaba afuera.

—Disculpa que te moleste, justo iba a tocar el timbre.

—Susana, discúlpame, pero tengo un compromiso.

—No quiero incomodarte, es solo que mi carro se arruinó justo a unas cuadras de aquí y para rematar mi celular no tiene carga. Justo venía del pueblo, mañana me tocan clases y...

—¿Qué hacías por acá?

—Por si no recuerdas no vivo muy lejos.

—Susana, me encantaría ayudarte, pero tengo un compromiso y tampoco soy mecánico.

—Mauricio, por favor —suplicó—, ¿Enserio me vas a dejar botada? Es una emergencia.

—Lo único con lo que te puedo ayudar es con llamarte a un Uber, pero no más que eso. Fernanda, me está esperando.

—Gracias, y disculpa la molestia.

—Va a llegar en diez minutos, puedes quedarte a esperar afuera.

—Sí, está bien. Gracias nuevamente, solo te voy a molestar con los datos por favor.

—Sí, es... ¡rayos! canceló. Ya te pido otro.

Para EnamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora