Capítulo 35

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Hotel de Mauricio y Fer.

—¡Comí demasiado! —exhaló Fer—, Maru estaría orgullosa de mí.

—¿Enserio?

—Sí, siempre me molesta porque no como mucho, pero es que tenía mucha hambre. ¿Qué te parece si vamos a curiosear al pueblo?

—Pero está lloviendo.

—Lo sé, pero podemos comprar un paraguas. Ya escuchaste lo que dijo la chica de la recepción, de que aquí siempre hay cosas que hacer, aunque esté lloviendo.

—Es una tormenta Fer, debemos ser cuidadosos. Ya escuchaste que dijeron que las lanchas no están saliendo y cerraron el puente por seguridad, así que quizás es mejor quedarnos en el hotel.

—Y estoy de acuerdo contigo sobre ser cuidadosos, pero tampoco está lloviendo muy fuerte, ahorita solo está lloviznando.

—Está bien, pero no nos alejemos mucho.

Casa de Samantha.

—Realmente creo que deberías reconsiderar lo que vas a hacer con mi nieto.

—No tengo nada que reconsiderar, ya es hora de que todo se ponga en su lugar y Mauricio debe saber que tiene un hijo.

—Samantha, creo que no estás pensando bien las cosas. Mi nieto no merece que le causes dolor, y es lo único que va a suceder. Él siempre vio a Leonel como su padre.

—Tú sabes perfectamente que amo a Mauricio y en todos estos años jamás lo pude olvidar, ahora tengo la oportunidad de poder formar nuevamente una familia con él y...

—¿Y si él ya no te quiere? —interrumpió.

—Me querrá, estoy segura de que nunca ha podido amar a nadie más, como me amó a mí. Estamos destinados a estar juntos.

—Samantha, sabes que apoyo tu felicidad, especialmente porque sé que tuve mucho que ver en los errores que cometiste, pero mi nieto no tiene que pagar los platos rotos. Suficiente ha sufrido con la pérdida de Leonel, como para que ahora le digas que no era su padre.

—Tú sabes lo mucho que amo a mi hijo, y por eso no quiero, ni voy a lastimarlo. No pienso decirle que Leonel no era su padre, creo que en eso tengo que respetar la memoria de Leonel, pero Mauricio si merece saber la verdad.

—¿Es eso realmente? ¿O todo se debe a la cláusula que puso Leonel? Sabes muy bien que, si mi nieto cambia de apellido, todo se pierde.

—Mi hijo está muy pequeño para entender todo, y confío en que Mauricio sabrá entender la situación.

—¿Y si te pide una prueba de ADN? Samantha, ¿realmente estás segura de que es hijo de él?

—Completamente segura.

Hotel de los estudiantes.

—Hola Jeremy, ¿cómo me veo?

—No voy a responder eso Johanna. Por cierto, ¿sabes en dónde está tu hermana?

—¿Enserio me vas a preguntar por eso? —cuestionó con un tono sentimental—. ¿Acaso no hay nada que pueda hacer para recuperarte?

—Lo que se perdió, se perdió. Es mejor que lo aceptes de una vez.

—Eso es lo que te dice Fernanda ¿Por qué tú no puedes aceptarlo y yo sí, tengo que hacerlo?

—Sabes perfectamente que ese es otro asunto. Johanna, eres hermosa, pero cuando estuvimos juntos me quedó claro que solamente estábamos por ilusión, realmente espero que lo puedas entender —dijo y se fue.

Para EnamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora