Celos

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Cierto día Sylvie y yo decidimos ir al bosque, era un fin de semana tranquilo, el Sol brillaba esplendorosamente en el cielo y las nubes no estaban presentes para entorpecer tan bello día. En la semana había tenido que atender muchas consultas de pacientes con dolencias de liviana a mediana gravedad, no podía mentirme a mí mismo, me sentía un poco estresado, estar siempre encerrado en casa no era bueno para nadie, cambiar de ambiente sería ideal para renovar energías.

Decidí que lo mejor era salir a tomar aire fresco, por mi parte necesitaba estirar las piernas y caminar un poco. Sylvie preparó algunos sándwich y un jugo natural de durazno, estos los colocó dentro de una cesta. Salimos de nuestra casa y nos dispusimos a ir al bosque. Ya en el, Sylvie caminaba tranquilamente al lado mío, ella no se percato de una raíz que sobresalía del terreno donde estábamos caminando, ella tropezó y casi cae al suelo. Por suerte yo logré sujetarla con ambos brazos.

De forma preocupada le pregunté lo siguiente a mi pequeña señorita.

— ¿Estas bien Sylvie? Menudo susto que me diste. Debes estar atenta en donde pisas con tus pies mi pequeña señorita.

Con mi mano derecha toqué levemente la barbilla de Sylvie, me acerqué a ella y besé su frente. Ella se sonrojó y tembló de manera sutil. Me alejé de ella y con mi mano acaricie suavemente su cabeza.
Sylvie levantó su mirada y me dijo:

— Tendré más cuidado al caminar, no quiero que el Amo se preocupe por mi torpeza.

De manera amable dije:

— Me gusta estar atento en todo lo que te sucede Sylvie, tus torpezas de igual forma son muy cautivadoras.

Sylvie me miro con sus ojos brillosos, mi pequeña señorita demuestra en ellos mucha admiración y cariño. Ella se dirige nuevamente a mí y me habla con un poco de nerviosismo.

— Yo...si al Amo...no le importa...quiero...caminar tomado del brazo con usted.

Con una cálida sonrisa mencione:

— Claro Sylvie, acércate y caminemos juntos tomados de nuestros brazos.

Sylvie sonreía demasiado, me sentía muy feliz por su buen carácter, estaba gratamente complacido con eso. Juntos seguimos recorriendo el bosque, con mi pequeña señorita vimos diferentes tipos de árboles y arbustos, las mariposas revoloteaban al lado de las flores. Un pequeño riachuelo cruzaba por el bosque. Con Sylvie nos sacamos nuestros zapatos y mojamos nuestros pies en el.

Mire mi reloj y ya era medio día. Con Sylvie sacamos un mantel de la cesta y lo desplegamos en el piso para sentarnos. Ella me entregó un vaso con jugo de durazno y un sándwich. Ambos disfrutamos de una rica merienda. Nuestro recorrido por el bosque llegó a su término.

Ahora debía dirigirme al pequeño pueblo, tenía que comprar y reponer algunos insumos médicos de mi consulta, la gran afluencia de público provocaba que mis materiales se acabasen antes de lo que esperaba, antes el promedio de gente que iba a visitarme era de tres personas en el día, ahora había aumentado a cinco. Pensándolo bien desde que llego Sylvie a mi vida, varias cosas han cambiado de forma positiva, podría considerar que ella era mi diosa de la fortuna. Sylvie me acompaño hasta el pequeño pueblo y compramos todo lo que estábamos buscando para mi consulta médica.

Sylvie y yo pasamos por al lado de la tienda de ropa femenina de Aurelia. Al instante recordé el encargo que le había hecho hace unos días atrás a la mujer de largos cabellos dorados, mi pedido consistía en un traje de enfermera para Sylvie, este atuendo lo usaría mi pequeña señorita mientras trabajara conmigo en mi austera consulta médica. Entré a la tienda y saludé a Aurelia de forma cordial, era inevitable para mí el no ponerme nervioso delante de aquella mujer tan sensual y llamativa, siempre que la veía me sonrojaba solo por verla.

Sylvie tomó uno de mis brazos con molestia y se arrimo fuertemente a él. Aurelia sonrió ligeramente al ver la actitud impulsiva de mí pequeña señorita al demostrar propiedad sobre mí, la mujer de largos cabellos dorados me dijo que la esperara unos minutos mientras que ella iba a buscar mi pedido. Pasados unos minutos ella regresó y yo le pagué el costo del traje que me había entregado. Sylvie y yo nos despedimos de Aurelia y abandonamos su lugar de trabajo.

Comencé a reflexionar un poco sobre lo sucedido anteriormente.

¿Mi pequeña señorita estaba celosa de que yo centrara mi atención en Aurelia cuando fuimos a su tienda de ropa femenina?

Su actitud para mí me parecía tierna y linda. Ir caminando a todos lados con ella tomada de mi brazo me llenaba de regocijo. Antes de volver a casa, pasamos a la cafetería "Ray-k" y compramos algunos dulces para llevar. A Sylvie le encantaban los dulces, me gustaba complacerla con todos sus caprichos y gustos.

Llegamos a casa con Sylvie, ella me ayudó a ordenar todos los insumos médicos que habíamos comprado en el pequeño pueblo. Después de terminar estas acciones. Le dije a Sylvie que leería algunos libros de medicina en nuestro comedor.

Sylvie se dirigió a su habitación, ella deseaba probarse como le quedaba su nuevo traje de enfermera.

Mi estómago comenzó a gruñir ligeramente, al parecer mi apetito volvía a estar activo. Sylvie aún no volvía a el comedor, al parecer ella todavía permanecía en su habitación. De mi lado decidí ir a buscarla para que cenásemos pronto.

Al pasar por el lado de la habitación de Sylvie, me percaté que ella no había cerrado bien la puerta, un espacio pequeño entre la puerta y el marco de esta me permitía ver lo que sucedía dentro de su habitación, ella en estos instantes se estaba probando el traje nuevo de enfermera que habíamos comprado en la tienda donde trabajaba Aurelia, mi mirada la atacó justo cuando ella estaba en el proceso de sacarse esa vestimenta, mi pequeña señorita se miraba al espejo y tocaba su busto a menudo, después se ponía de lado y suspiraba lamentándose al darse cuenta que sus pechos eran demasiado pequeños.

Sin querer moví mis pies de forma apresurada e hice mucho ruido, Sylvie se percato de mi presencia en la entrada de su habitación. De forma activa le dije que lo sentía y cerré la puerta rápidamente. Me sentía muy avergonzado, yo era todo un mirón pervertido. Me dije a mi mismo que era un sujeto despreciable y ruin al haber espiado en silencio a mi pequeña señorita. Suspire y me di un coscorrón en la cabeza. Antes que pudiese alejarme más, Sylvie abrió la puerta y se dirigió hacia a mí. De forma tardía y queriendo compensar mi mala actitud, coloque mi mano sobre mi rostro tapando mis ojos.

Sylvie me habló y me dijo:

— Amo no se preocupe, por favor no se sienta avergonzado, si el Amo desea verme en ropa interior, estaré agradecida de cumplir con su deseo, pero mi cuerpo está lleno de cicatrices y mis atributos no son tan elevados como los de la señorita Aurelia. Me he dado cuenta que usted siempre se sonroja cuando vamos a visitarla. No se preocupe Amo, yo creceré y me desarrollare, no creo que llegué a la elegancia que profesa Aurelia, pero mis atributos mejorarán, estoy segura de eso.

Sylvie me dijo un gran discurso, ella estaba decidida y con mucha convicción a sus espaldas. En mi mente me decía a mi mismo que me había puesto en una situación realmente incómoda. Mi mano aún tapaba mi colorido y sonrojado rostro.

De forma nerviosa mencione:

— No te preocupes Sylvie, por favor ve a vestirte, olvidemos este bochornoso momento. Te pido disculpas...

Sylvie evito mi mirada para después decir:

— Esta bien Amo, perdóneme si fui un poco atrevida, iré a vestirme ahora.

Después de esa vergonzosa situación provocada por mi descuidada curiosidad, junto a Sylvie cenamos en el comedor de nuestro hogar. La cena de ambos fue silenciosa e incómoda. Yo aún estaba muy avergonzado y no sabía de lo que podríamos hablar con mi pequeña señorita. Esperaba que la imagen que tenía Sylvie de mí no se manchase debido a mi impulsiva actitud.

En mi mente seguía lamentándome y diciendo a menudo: ¡¡Por Dios!! ¡¿Por qué espíe a Sylvie a escondidas mientras que ella se cambiaba de ropa?!

No queríaaceptarlo, pero mis sentimientos de atención y cariño hacía Sylvie habíancrecido más de lo que yo esperaba.

Sylvie, el regalo que siempre hemos añorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora