Recuperación

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Ya en casa me dispuse a analizar la gravedad de la fractura en mi pierna derecha. Tenía una leve fractura en mi peroné. Debía inmovilizar y enyesar mi pierna lo antes posible.
Para el proceso de poner yeso sobre mi pierna derecha necesitaría los siguientes implementos: venda tubular, venda de algodón, venda de yeso, esparadrapo, tijeras, venda de crepé, guantes y una cubeta con agua tibia.

Antes de empezar a preparar el material, debía considerar el grosor de mi pierna que enyesaría. Tenía que mantener una posición cómoda y a la vez funcional para trabajar sobre ella junto a Sylvie. Le di instrucciones a mi pequeña amada que siguió al pie de la letra.

Ella empezaría preparando la protección de la piel, para lo cual colocaría la venda tubular en mi pierna a enyesar. Esta venda sería más larga que la férula (tablilla o pequeño molde flexible), porque, al finalizar, la doblaría sobre el yeso. Luego ella la vendaría con la venda de algodón, colocando más en las zonas donde haya prominencias óseas.

Mi pequeña amada mediría la longitud de la férula y en una superficie plana iría haciendo dobleces repetidamente. En los adultos se usa de doce a quince capas. Ella cogería la venda de yeso por sus extremos y la introduciría en la cubeta de agua, esperaría unos segundos y luego, al sacarla, la estiraría y la dejaría colgando para retirar el exceso de agua.

A continuación, ella la colocaría en mi pierna correspondiente y la adaptaría moldeándola con las palmas de las manos, nunca con los dedos. Así evitaría arrugas o marcas que puedan desembocar en lesiones por decúbito (posición del cuerpo). Con las tijeras ella recortaría los trozos de yeso sobrantes, ajustando lo mejor posible la férula a mi pierna.

Al finalizar, ella vendaría mi pierna con la venda elástica de crepé y la fijaría bien. Sylvie no haría demasiada presión para evitar constricción local. El extremo final de la venda la pegaría con esparadrapo (tira estrecha de tela adherente).

Los procedimientos de inmovilizar y enyesar se hicieron de forma satisfactoria por mi pequeña amada. Le dije que se acercará a mí y le brinde un apasionado beso, nos perdimos en esta muestra de amor por varios minutos.

El proceso de recuperación de mi pierna me llevaría de cuatro a seis semanas.

Pasaron tres semanas desde el día que me había roto mi pierna. Aurelia tuvo la amabilidad de ayudar a Sylvie al acompañarla a efectuar las compras que debíamos realizar en la semana en cuanto a insumos médicos y elementos para nuestro hogar.

De todos modos yo atendía mi consulta médica, pero no me movía de estar sentado en la silla de mi pequeño escritorio. Sylvie fue fundamental para poder atender a los pacientes de buena forma. Estaba muy agradecido con mi pequeña amada, en estos momentos ella era un apoyo fundamental para mí.
Por mi lesión no habíamos podido concretar de nuevo intimidad de pareja entre nosotros dos desde que lo habíamos hecho en nuestra primera vez.

La hora de dormir había llegado, estaba sentado en un lado de mi cama, Sylvie se sentó a mi costado izquierdo y me dijo:

— Cariño no hemos podido tener intimidad desde que te rompiste tu pierna. ¿Debes estar lleno de deseo cierto amor?

De manera nerviosa mencione:

— Bueno Sylvie, es verdad, lo que me dices, pero no te preocupes, estaré bien...

Sylvie levantó levemente su brazo izquierdo y en su mano estiró sólo su dedo índice. Este dedo lo colocó sobre mis labios queriéndome decir que me mantuviese en silencio. Ella se puso en frente mío y bajó mi pantalón con mi ropa interior. La erección de mi falo fue instantánea, ella se arrodillo y su cabeza quedó a la altura de mi miembro viril, el vapor de su cálido aliento golpeaba suavemente mi parte más íntima. Ella empezó a dar delicados bocados en mi falo, su lengua comenzó a recorrer toda la longitud de este de arriba hacia abajo y viceversa. Después de unos segundos este quedó impregnado de su dulce saliva. La pequeña boca de Sylvie se abrió lo más que pudo y en ella ingresó la mayoría de mi ímpetu masculino. La atención de amor de mi pequeña amada me hacía sentirme muy bien. Ella oscilaba lentamente su cabeza haciendo un movimiento de vaivén, por mi parte estaba muy excitado y al cabo de unos minutos descargué en la pequeña boca de Sylvie todo mi libido contenido hasta el momento. Ella trató de tragar toda mi descarga, pero por los lados de su boca se desparramaron algunos sobrantes líquidos de amor. Después de esto me sentí muy relajado, me consideraba demasiado mimado por ella. Busqué un pañuelo en los bolsillos de mi pantalón y se lo entregué a mi pequeña amada para que pudiese limpiar su boca.

Sylvie con sensualidad me dijo:

— ¿Hice sentir bien a mi amado Mero?

De manera sorprendida mencione:

— Si Sylvie, me sorprendiste.

Sylvie con una sonrisa encantadora me dijo:

— Que bueno que te gusto cariño, recuerda que soy tu novia y me gusta complacerte en todo lo que me pidas, ¿bueno amor?

Con cariño levante a mi pequeña amada e hice que se sentara al lado mío.

— Bueno Sylvie, te amo.

Sylvie se acerco a mí y apoyo su cabeza en mi pecho.

— Yo también te amo Mero.

Sylvie se dirigió al baño para terminar de limpiar su rostro. Después ella se acostó a mi lado y nos dispusimos a dormir.

Las seis semanas de recuperación de mi fractura pasaron y al fin pude retirar el yeso de mi pierna derecha. De todos modos decidí usar una muleta una semana más para no forzar indebidamente a mi pierna.

Me sentía muy bien, deseaba celebrar junto a Sylvie este suceso. Así que decidimos ir como siempre a la cafetería "Ray-k" para degustar de una rica cena. A mi pequeña amada le brillaban sus ojos, desde hace más de seis semanas que no había podido comer algún rico dulce o pastel de esa cafetería de sus sueños.

Nos vestimos con lindas ropas y junto a Sylvie nos dispusimos a salir de nuestro hogar hacía el lugar de destino en el pequeño pueblo.

Nephy nos recibió y atendió cordialmente, nos ubicamos en una mesa en donde tuviésemos vista por una ventana hacia las afueras. Le dije a Sylvie que pidiese lo que quisiera, mi pequeña amada se lo merecía, ella me sorprendió al pedir tres postres al mismo tiempo acompañados de una taza de té sin azúcar. Yo atendí a pedir mi sándwich de jamón-queso acompañado también de un té sin azúcar. Nephy tomó nuestra orden y al cabo de unos minutos ella desplegó el pedido sobre nuestra mesa. Junto a mi pequeña amada disfrutamos de una agradable comida en el lugar de trabajo de la singular mesera del pequeño pueblo.

La puerta de la cafetería "Ray-k" se abrió y por ella se vio el ingreso de una distinguida dama de unos veinticinco años de edad aproximadamente. Sus rasgos eran característicos y singulares. Su pelo era grisáceo y bastante largo llegando hasta su cintura, sus ojos también resultaban ser del mismo color, ella se acercó hasta nuestra mesa y nos habló de manera cercana.

— Buenas tardes, ¿usted es el doctor que se preocupa de atender a los enfermos en este pueblo?

De manera cordial dije:

— Buenas tardes, así es, yo soy el Doctor que se preocupa de velar por la salud de los habitantes de este lugar. Mi nombre es Mero. ¿Con quién tengo el gusto de hablar?

La distinguida señorita de ojos plateados y cabellos grisáceos pronuncio:

— Encantada de conocerle Doctor Mero, mi nombre es "Anastasia Earl Lang". Por favor, necesito de sus servicios. Es de suma urgencia que usted me acompañe...

Voltee micabeza al lugar donde estaba Sylvie y mi mirada se encontró con sus llorososojos y tembloroso cuerpo, mi pequeña amada se veía muy nerviosa, ella estaba apunto de soltar algunas lágrimas, debido al miedo que significaba para Sylvieescuchar tan desafortunados apellidos en estos tiempos de paz que ella vivía ami lado.

Sylvie, el regalo que siempre hemos añorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora