Mella de dolor

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El trabajo en mi consulta médica en el día de hoy ha sido arduo. Como pensé la cantidad de pacientes ha sido recurrente y sin pausa. No trabajar en el día de ayer me significó el doble de carga laboral para la jornada de hoy. No me quejó de todas formas, ya que tengo el apoyo y compañía de mi pequeña señorita. Ella se ha ganado todo mi cariño.

Al levantarme de mi cama y verla ya despierta esmerándose con todo lo que se debe hacer en mi hogar me anima muchísimo, ella cada día prepara y tiene listo el desayuno en las mañanas para ambos, ese gesto de parte de Sylvie ha sido muy grato para mí. Tener su compañía compensa un vacío que se había creado en mi interior debido a una suma de fracasos al tratar de sociabilizar con chicas con las que compartí mi tiempo en el pasado. Mi implacable soledad que me atacaba en mi anterior vida se desvanece y quedan sólo recuerdos sobre ella.

A veces reflexionó más en profundidad sobre mí mismo y llegó a la conclusión de que mi soledad sólo se justifica en que yo puse una barrera invisible adelante de los demás que trataban de acercarse a mí.

Por mi parte no soy un tipo apuesto, pero tampoco soy mal parecido, a veces pienso que soy un poco descuidado con mi apariencia personal, ya que no me gusta afeitarme a menudo. Con respecto a mi estatura mido 1,70 cm, mi pelo es café claro, mis ojos son de color café oscuro. La tez de mi piel es blanca.

Hace poco he terminado de atender a un paciente. Hago una pausa en mi rutina, me levanto de la silla de mi escritorio y estiro las piernas.

Veo a Sylvie acercarse a mi consulta médica con una bandeja, en esta ella trae un té con galletas, su preocupación y amabilidad me cautivan demasiado.

Sylvie de manera respetuosa me dice:

— Con su permiso Amo, espero no interrumpir su trabajo, le traje esto por si quiere comer algo, espero que sea de su agrado. He visto que muchas personas han venido a su consulta médica hoy...

De manera agradecida digo:

— Muchas gracias Sylvie, este tentempié que traes me permite hacer una pausa para poder descansar.
Sí hoy han venido muchas personas a la consulta médica. De todas formas esto es bueno para mí...

Sylvie con una mirada serena me dice:

— Entiendo Amo, ante cualquier cosa que necesite no dude en llamarme.

Con una actitud amigable menciono:

— Claro, gracias por todo Sylvie.

Veo a Sylvie alejarse lentamente y ella se pierde de mi rango de vista.

Recuerdos de la noche de ayer vuelven a mi mente sutilmente.

En esa noche quedé preocupado, antes de ir a su habitación Sylvie me habló y compartió algunos de sus recuerdos conmigo, ella me comentó que su anterior Amo murió en una rebelión provocada por sus propios sirvientes, que si no hubiese sucedido eso, ella no estaría a mi lado.

De los ojos de Sylvie brotaron algunas lágrimas, por mi parte atendí a tomar una de sus manos y le dije que todo estaría bien a partir de ahora, que no se preocupara de nada, que ella ahora estaba a mi cuidado. Tomé del bolsillo de mi pantalón un pañuelo y con este sequé delicadamente sus lágrimas. De manera cariñosa me acerqué hasta ella y le di un beso en su frente, Sylvie se ruborizó un poco. Me despedí de ella y entre a mi habitación, camine hasta mi cama y me senté en esta.
En mi lugar de descanso reflexioné por algunos minutos sobre lo sucedido.

Sylvie es una persona que fue dañada por su mala fortuna y otros motivos de los que aún desconozco detalles.

¿Qué sucedió con sus Padres?

Sylvie, el regalo que siempre hemos añorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora