Estigma

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El día de hoy estaba nublado y las nubes en el cielo mostraban un tono gris que presagiaba a una futura tormenta, el aire tibio a nuestro alrededor se sentía extraño y húmedo. Junto a Sylvie nos encontrábamos sentados en una banca de la plaza central del pueblo después de haber realizado las compras de la semana en el mercado. Pasados unos minutos comenzamos a oír gritos provenientes de las inmediaciones del centro del pueblo.

De manera inesperada hasta la plaza central de este llegó una turba de bandidos. Esto era muy peligroso para todos los habitantes del pequeño pueblo y en especial para mi novia y para mí, lamentablemente me vi rodeado junto a Sylvie por estos malhechores y no tuvimos acceso a alguna ruta de escape.
A la fuerza mi pequeña amada fue alejada de mi lado. Por mi parte comencé a forcejear con tres bandidos para que me permitieran llegar hasta ella. Esto no me fue posible, ya que fui superado completamente por la fuerza de estos tres malhechores. Con una especie de palo fui golpeado en mi pierna derecha sucesivas veces hasta que se rompió. Caí al frío piso de tierra y en este recibí constantes patadas en el centro de mi cuerpo, en específico en mi abdomen. Mis agresores se reían con mucho entusiasmo, ellos disfrutaban del daño que me estaban causando sobre mi cuerpo. Yo trataba a duras penas de defenderme, pero mis intentos de resguardar mi seguridad resultaron ser infructuosos.

Un abusivo bandido sostuvo a Sylvie por su espalda mientras que otro rufián sacaba un cuchillo que tenía escondido en el interior de sus ropas. Con mis manos empuñadas golpee el piso con impotencia al no poder hacer nada para defender a mi pequeña amada. Apreté mis dientes con fuerza y resignación mientras que mi cara mostraba una latente ira, me despreocupe de mi mismo y no le presté atención a los golpes que me estaban dando mis agresores.

Las ropas de Sylvie fueron rasgadas en la parte de su abdomen dejando al descubierto la parte central de su cuerpo desnudo. La gran cicatriz en su lado izquierdo quedó a la vista de todos los bandidos. De un momento a otro la golpiza que me estaban propinando mis agresores se detuvo.

Uno de los bandidos con sorpresa menciono los siguientes comentarios.

— ¡¡¡Líder venga a ver esto!!!

El jefe de los bandidos se acercó hasta donde estaba Sylvie y la miró detenidamente. Él mencionó:

— ¡¡No puede ser!! ¡¡Esa marca en su lado izquierdo!! ¡¡Ella fue sometida al castigo de ese peligroso hombre!! ¡¡Esto es un gran problema!! ¡¡Involucrarnos con él y su familia no es bueno para nosotros!!

El subordinado del jefe de los bandidos con nerviosismo dijo:

— ¡¿Que hacemos Líder?!

Con un tono preocupado de voz el Líder de los bandidos menciono:

— ¡¡¡Retirada muchachos!!! ¡¡¡Vámonos de aquí lo más pronto posible!!! Esta chica fue marcada por un integrante de la "Familia Earl Lang". Entrometerse en los asuntos de ellos no es una opción beneficiosa para nosotros.

El bandido que se había dado cuenta de la gran cicatriz en el abdomen de Sylvie al instante dijo:

— Lo comprendo jefe... ¡¡¡A todos los presentes!!! ¡¡¡Nos vamos de aquí ahora mismo!!!

El Líder de la banda se acercó a Sylvie y con una de sus manos sostuvo su rostro. Él bandido la miró directamente a sus ojos y le dijo:

— Tu mirada es peligrosa, el encanto de tus ojos puede conseguir cualquier cosa que desees. Ya entiendo porque fuiste marcada por uno de ellos.

Uno de los subordinados se acercó al Líder de la banda de rufianes y le informó que estaban listos para marcharse. Él grito a viva voz algunas palabras.

Sylvie, el regalo que siempre hemos añorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora