Estimulación

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"Sir Johnn" se rió disimuladamente y asintió con su cabeza la gran actitud de su pequeña hermanita. El factor miedo era una de las últimas estrategias a utilizar en cuanto a una negociación con alguien para "Sir Johnn", pero la situación actual había dado pie para realizar esta última contramedida por parte de Sylvie.

"Sir Johnn" se preocupó de hablar con un sorprendido Tomás y le explicó acerca de su nuevo puesto de trabajo.

— Bueno espero que te hayan quedado claro todos los aspectos generales que hace poco te conté. Tu nuevo empleo ya es un hecho.

De forma agradecida y serena Tomás respondió.

— Estoy muy agradecido de la confianza que depositan en mi persona, cumpliré las expectativas puestas sobre mí de manera exitosa.

De manera amistosa Sylvie le dio la bienvenida a la "Familia Earl Lang".

— Tomás ya eres parte de nuestra fuerza de trabajo. Espero que disfrutes tu nuevo empleo junto a nosotros.

El capaz cocinero de manera agradecida mencionó:

— Muchas gracias señorita Arian, será un placer trabajar con usted.

Tomás analizó toda la situación presente, él se dio cuenta de la relación amorosa entre Sylvie y Mero. Esto lo decepciono un poco, pero su templanza se mantuvo en pie. Él tenía la oportunidad de compartir su tiempo con la persona que admiraba y empezaba a querer. Eso era ya un pequeño logró para él.

El tiempo pasó de manera rápida y certera, ya resultaban ser las ocho de la noche. Entre todos los presentes disfrutaron de una rica cena en la pastelería donde antes había desempeñado sus funciones un esforzado trabajador llamado Tomás.

"Miss Abigail" llegó junto a Cristy y Mary hasta la pastelería donde se encontraban todos sus familiares, ella se sintió muy conforme por la nueva contratación de su hijo mayor en favor de su pequeña hija Arian.

La líder de la "Familia Earl Lang" nos informó de donde nos hospedaríamos para poder descansar y dormir. Ella había reservado varias habitaciones de un lujoso hotel cercano al gran centro comercial donde nos encontrábamos en estos momentos.

Todos los integrantes de la "Familia Earl Lang" se dispusieron a ir en rumbo del lujoso hotel. El desplazamiento hacía aquel lugar fue realizado en tres lujosas limusinas. Sin demora llegamos a nuestro destino rápidamente.

"Miss Abigail" se despidió de todos y fue hasta la habitación que había sido reservada para ella.

Johnn y William se despidieron de todos y fueron hasta la habitación que había sido reservada para ellos.

Anastasia se despidió de todos y fue hasta la habitación que había sido reservada para ella.

Alfred se despidió de todos y fue hasta la habitación que había sido reservada para él.

Cristy y Mary se despidieron de todos y fueron hasta la habitación que había sido reservada para ellas.

Tomás se despidió de todos y fue hasta la habitación que había sido reservada para él.

Junto a mi pequeña señorita quedamos solos en el hall central del gran hotel, ambos nos miramos extrañados y decidimos hacer lo mismo que los demás e ir hasta nuestra habitación que había sido reservada con anterioridad para nosotros.

Sylvie abrió la puerta de nuestra habitación en el hotel, ella caminaba de forma muy coqueta al entrar a este lugar, yo estaba muy ansioso, todo mi cuerpo ardía por dentro por iniciar mi comunión de cuerpos con mi pequeña amada. Sylvie colocó su gran oso de peluche sentado en un sillón cercano a la cama de nuestra habitación. De forma suave cerré la puerta detrás de mí y le puse seguro, sigilosamente me acerqué a Sylvie y la abracé por su espalda, mi actitud sorprendió mucho a mi pequeña amada, ella volteó su cuerpo y me brindó un cálido beso. Por mi parte estaba muy impaciente, retiré todas las ropas de mi cuerpo y las lancé encima de la cama que estaba disponible en aquella alcoba.

Sylvie me miraba un poco extrañada ante mis impulsivas actitudes. Comencé a besar delicadamente el cuello de mi pequeña amada mientras retiraba sus prendas de una en una. Ambos ya estábamos completamente desnudos, abracé nuevamente a Sylvie, mientras tanto la besaba con mucha pasión y amor, mis manos comenzaron a acariciar su suave trasero, mi mano derecha como izquierda apretaba de forma sutil cada curva de su parte posterior, usé la fuerza de mis brazos para subir la cadera de Sylvie a la altura de la mía. Las piernas de Sylvie se anclaron alrededor de mi cadera, sus brazos rodeaban mi cuello, entre ambos comenzamos a darnos muchos besos con gran pasión. La parte inferior de su cuerpo ya se encontraba desnuda, mi falo rozaba sutilmente su parte más íntima y sentía su humedad latente. Sin previo aviso Sylvie acomodó su cadera de tal modo que todo mi ímpetu masculino pudo ingresar dentro de ella, mi pequeña amada emprendió movimientos bruscos de arriba hacia abajo y viceversa. Sus ojos estaban levemente perdidos, ella acercó su cara hasta mi cuello y comenzó a lamer con su lengua toda la longitud de este. Ambos nos encontrábamos muy excitados y al cabo de unos minutos pudimos disfrutar de un escalofrío que daba pie a la generación de un gran orgasmo. Toda mi libido contenida lleno el interior de mi pequeña amada. Justo en el momento final Sylvie rasguño levemente con sus uñas mi espalda, yo atendí a besarla con mucha efusividad.

Sylvie y yo suspirábamos por la reciente actividad física que había sido un poco extenuante ya que en toda ella estuve de pie realizándola. Llevé en mis brazos a mi pequeña amada hasta la cama que teníamos disponible en nuestra habitación. Ambos nos recostamos en la cama con un poco de cansancio, Sylvie levantó su cuerpo y comenzó a gatear de forma juguetona encima de la cama, su vista se enfocó en mi camisa que estaba encima de está, ella decidió colocarse mi camisa, la ropa de la parte superior de mi cuerpo le quedaba muy holgada y suelta. Ella comenzó a oler una de sus mangas con mucho esmero y entusiasmo. Yo la miraba de forma extrañada y expectante. Sylvie enunció un leve discurso que me dejo perplejo.

— Deseo, deseo, deseo que mi amado Mero vea como me estímulo a mi misma pensando en él.

Yo estaba atónito mirando toda la escena que se mostraba delante de mí. Sylvie volvió a recostarse en la cama, una de sus manos sostenía la manga de mi camisa y apretaba el exceso de ropas en la manga, esta mano la alzó hasta su rostro dejándola a la altura de su delicada nariz, ella olía el perfume de mi camisa mientras su mano derecha bajaba de forma pausada desde su vientre hasta la parte más íntima de su cuerpo, ella comenzó a mover de forma armoniosa sus dedos índice y central, una suave nota musical se profesaba en la parte más ardiente de su cuerpo en estos momentos. Sus dedos comenzaron a sentir una suave miel entre ellos. Mi pequeña amada comenzó a decir sensuales y excitantes palabras.

— Te amo tanto mi amado Mero, te deseo, te deseo, mi vientre arde por querer estar conectada a ti. En todo el día no puedo dejar de pensar en ti.

Yo me levanté de la cama y quedé sentado de rodillas encima de esta. Mis ojos no podían creer el sensual y excitante espectáculo que me estaba brindando mi pequeña amada. Ella me miraba con una cara de anhelo, su vista se centraba completamente en mí mientras realizaba estas actividades de ardua pasión. Sylvie comenzó a oler el perfume de la manga de mi camisa con mayor efusividad y de manera constante, los dedos de su mano derecha iniciaron movimientos más bruscos en su parte más íntima, ella deseaba llegar pronto al clímax de esta forma, su respiración y suspiros se sintieron a viva voz por toda la habitación. Ella dijo unas últimas palabras antes de llegar a su ansiado orgasmo.

— Mi amado Mero esta observándome, mi amado Mero esta observándome, soy tan feliz, soy tan feliz, Cariño observa por favor, no pierdas ningún detalle de mis acciones de amor hacia ti.

Un gran suspiro inundó toda la alcoba y el ansiado clímax seguido de un excitante orgasmo llegó para mi pequeña amada, los músculos de su cuerpo se contrajeron y su espalda formó un pequeño arco, Sylvie con sus últimas fuerzas se levantó e hizo que la abrazara mientras la besaba, ella quedó exhausta y se durmió en mis brazos.

Yo me preguntaba a mi mismo que había sucedido hace algunos momentos atrás, esta nueva actitud de pasión de mi pequeña amada me había dejado totalmente asombrado.

¡¿Desde cuándo había aprendido a hacer eso?!

Mepreocupé de arropar el cuerpo de Sylvie y me acurruque a su lado. Yo pensabaque estaba ardiendo de pasión por ella, pero mi pequeña amada me dejo claro queella me deseaba más fervientemente.

Sylvie, el regalo que siempre hemos añorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora