En las nubes

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En estos momentos el cuerpo delicado y desnudo de mi linda novia de cabellos plateados se encontraba sobre los muslos de mis piernas al estar sentado en nuestro sofá café. Con gentileza cubrí a mi pequeña amada con mi camisa y la abrigué del frío. La cabeza de Sylvie estaba apoyada en mi pecho mientras que escuchaba su suave respiración al dormir. Me sentía muy bien y afortunado. La hermosa noche de pasión y amor al lado de mi pequeña amada resulto ser maravillosa. Por mi parte estaba complacido de haber sido su primer hombre. Nuestro amor con Sylvie se concretó por completo.

Los minutos pasaban y el sudor cálido que se había formado entre los cuerpos desnudos de Sylvie y el mío comenzaba a enfriarse. Mi pequeña amada no mostraba atisbos de querer despertar pronto. Me levanté delicadamente del sofá café de manera que ella no despertase y la cargué en mis brazos para después caminar en rumbo hasta nuestra habitación. Tendí suavemente su cuerpo sobre nuestra cama, resultaba ser la primera vez que veía completamente su desnudez de pies a cabeza. Las facciones y expresiones en su rostro mostraban una gran calma con paz, su respiración se sentía suave y pausada.

Pude ver detenidamente todas las cicatrices y quemaduras que estaban repartidas por todo su cuerpo.
En su rostro una sutil quemadura se extendía desde su frente hasta su mejilla derecha, en su mejilla izquierda se extendía una pequeña quemadura hasta la mitad de su cuello. En sus dos delicados hombros poseía leves marcas también.
Su muñeca y mano izquierda presentaban quemaduras, al igual que la parte superior de su brazo derecho.
La cicatriz más grande que tenía Sylvie estaba ubicada en el lado izquierdo del centro de su cuerpo, esta tomaba todo su costado rodeando levemente su busto y llegaba hasta su cintura. En el lado de su pierna derecha también poseía una marca que abarcaba casi todo su muslo. Por último desde su rodilla izquierda hasta los dedos de sus pies se presentaba irregularmente una leve cicatriz.

Alcé las sabanas y frazadas sobre ella para taparla y cobijarla del frío. Unos minutos más tarde me acosté a su lado y apoye su cabeza en mi pecho, mis parpados comenzaron a cerrarse de a poco y lentamente me quedé dormido junto a ella.

Un nuevo día llegó y el Sol me dio la bienvenida posando su luz a través de mi ventana sobre mi rostro. Miré al costado de mi cama donde Sylvie dormía, ella con sus ojos abiertos me demostró que ya estaba despierta, al parecer se había quedado mirándome atentamente mientras dormía.

Mi linda novia de cabellos plateados con un tono de voz tierno me dijo:

— Buenos días cariño, ¿durmió bien mi amado Mero?

Con delicadeza acaricie la mejilla izquierda de mi pequeña amada para después decir:

— Buenos días Sylvie, dormí muy bien.

Ella se acercó a mí y me abrazó tiernamente para después brindarme un amoroso beso. Sylvie me dijo:

— Discúlpame cariño por haberme dormido tan rápidamente ayer, me sentí muy bien para ser mi primera vez, mi amado Mero me trató con mucho cuidado, me hiciste sentir muy cómoda.

Con cierto nerviosismo pronuncie:

— Que bueno Sylvie, me da mucho gusto escuchar tus palabras de satisfacción.

Sylvie con una mirada llena de emoción me dijo:

— ¿Disfrutaste de nuestra intimidad juntos mi amado Mero? ¿Te gusto? ¿Lo hice bien para ser mi primera vez?

Con ternura bese la frente de mi linda novia de cabellos plateados.

— No tengo nada que reclamar a mi amada señorita. Disfruté mucho de nuestra intimidad juntos. Te amo Sylvie.

Sylvie arrimo su cuerpo desnudo al mío y me brindo un cálido beso.

— Me hace muy feliz saberlo mi amado Mero. Te amo mucho cariño.

Respondí a la muestra de amor de Sylvie con muchos besos más para después decir:

— Yo también Sylvie, te amo mucho.

Sylvie me dijo que me quedase en cama, ella deseaba traer nuestro desayuno a nuestra habitación y que lo disfrutásemos juntos. Mi linda novia de cabellos plateados desplegó en una bandeja dos tazas de té con dos vasos de jugo de naranja recién exprimidos, colocó varias rodajas de pan en un plato y en una pequeña sartén preparo unos huevos revueltos con tocino. Junto a mi pequeña amada disfrutamos de un rico y agradable desayuno matutino.

Después de reposar unos momentos, Sylvie me tomó de la mano y me dijo que deseaba ducharse a mi lado. Nos levantamos de la cama y llegamos hasta el baño, en este lugar procedimos a ducharnos juntos. Sylvie jabonó mi cuerpo y yo hice lo mismo con ella. Éramos toda una pareja de enamorados demostrándonos cariño.
Terminamos de limpiar nuestros cuerpos y nos secamos. Sylvie quiso que la cargara en mis brazos de vuelta a nuestra habitación, en el trayecto a ese lugar ella no dejaba de darme besos en mi cuello, provocándome leves cosquillas.

Ya en nuestra habitación nos vestimos adecuadamente, mi pequeña amada se puso su traje de enfermera, en algunos minutos más debíamos de abrir la consulta médica para comenzar a trabajar juntos en ella.

Por mi parte me sentía un poco extraño, rebosante de felicidad se podría decir, mis movimientos los consideraba muy torpes. Sylvie comenzó a ordenar algunos insumos y medicamentos en los estantes de nuestra consulta médica, su sola presencia allí hacía brillar todo su entorno, la alegría en su rostro era evidente, los sutiles movimientos de sus caderas eran más notorios al caminar, ella ahora demostraba movimientos de una mujer coqueta y risueña.

Nuestro primer paciente llegó para ser atendido, él sentía algunas molestias leves en su corazón. Me dispuse a atenderlo y analizar sus síntomas. Estaba un poco distraído, los recuerdos de la noche de pasión junto a Sylvie todavía no dejaban de repetirse en mi mente, el mirar a mi pequeña amada no me permitía concentrarme bien. No era su culpa, todos mis pensamientos y emociones estaban enfocados a ella en estos momentos. Trate de calmarme y empecé a realizar mi trabajo sin demora.

— ¡¿No siento su corazón que extraño?! ¡¿Tendrá algún desperfecto mi estetoscopio?!

Sylvie se dio cuenta de mi confusión y torpeza en mis movimientos, ella se acerco a mí y me susurró en el oído.

— Cariño el corazón del paciente no está en el lado derecho de su pecho.

Mis acciones eran erróneas e imprecisas, me sonroje bastante, le pedí disculpas a mi paciente, él me dijo que no me preocupara. Sylvie sonrió sutilmente ante la despistada naturaleza de mis actos.
Logré sacar adelante el caso del paciente que atendía, le recete algunos medicamentos para sus aflicciones y él se fue agradecido de mis atenciones.

Sylvie se acercó a mí y me dijo:

— ¿Estas bien Cariño?, te veo un poco confundido y despistado. ¿Mi presencia aquí te perturba un poco?

De manera amable mencione:

— No Sylvie, tu presencia aquí me ayuda muchísimo. Discúlpame, todavía recuerdo fervientemente la noche anterior que hicimos el amor y ello me confunde un poco, pero es un problema de mi parte. Tú no tienes que preocuparte por eso.

Sylvie se arrimó a mí y me dio un gran abrazo, con sus pequeñas manos ella acaricio mi espalda.

— Cariño, no quiero ser una molestia para ti en tu trabajo. Si deseas puedo realizar otras tareas en casa mientras trabajas solo en tu consulta médica.

Con una mirada tranquila pronuncie:

— No eres ninguna molestia Sylvie, mira ya estoy mejor, demos nuestro mejor esfuerzo en el día de hoy, ¿bueno? Excúsame por mi torpeza y nerviosismo. Te amo Sylvie, no puedo estar sin tu compañía.

Sylvie con sus ojos brillosos me dijo:

— Yo también te amo Mero, necesito estar a tu lado todo el tiempo que sea posible, te apoyare en todo lo que necesites.

Respirehondo y ordené todas las ideas en mi cabeza. No deseaba que Sylvie se sintieseincomoda por mi nerviosismo y torpes actitudes. Fue un buen día de trabajo,estaba muy feliz y agradecido de tener a mi lado a mi pequeña amada.

Sylvie, el regalo que siempre hemos añorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora