Año nuevo

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Ya el año presente llegaba a su fin. Muchos acontecimientos nuevos habían ocurrido en mi vida, el más importante resultaba ser haber conocido a mi pequeña señorita llamada Sylvie. Cada día era más brillante para mí después de compartir mi vida en compañía de la bella chica de cabellos plateados.

Todos en el pequeño pueblo se estaban preparando para celebrar dicho acontecimiento especial. La festividad y buen ánimo se contagiaba por doquier.
Por mi parte me había preocupado de explicarle a Sylvie esta celebración con anterioridad, ella como siempre se veía muy entusiasmada para participar en esta celebración de fin de año.

Las personas en el pequeño pueblo organizarían un festival, en el que habrían variados puestos de comida y música ambiente para bailar.

Sylvie ya poseía muchos vestidos con los que se veía hermosa, pero generalmente en estas festividades, es mejor ver a las señoritas con un bello kimono. Le dije a Sylvie que me acompañase al pueblo, deseaba probar suerte y ver si Aurelia tenía un kimono disponible que pudiese vestir ella. Llegamos hasta el pueblo para luego dirigirnos a la tienda de ropa femenina de Aurelia. Ya en este lugar, le pregunté a la bella mujer de cabellos dorados si tenía a la venta el vestido que andaba buscando.

De manera cordial dije:

— Buenas tardes Aurelia, vine a su tienda con una petición en especial, busco para Sylvie un nuevo vestido, deseo saber si usted tiene a la venta Kimonos.

Aurelia con una sonrisa coqueta en su rostro me dijo:

— Ohhh, estimado cliente, al parecer tenemos nuestros pensamientos conectados, en estos momentos estaba preparando el diseño y confección de uno de ellos pensando en su pequeña señorita.

Con alegría mencione:

— Ya veo, que buena noticia, me alegró mucho de oír sus palabras.

Aurelia se acerco hasta Sylvie para después decirme:

— Doctor Mero en estos momentos necesito que me acompañe Sylvie para afinar los últimos detalles de su nuevo kimono e indicarle como usar este vestido.

De manera amable mencione:

— Entiendo, por favor Sylvie acompaña a Aurelia.

Sylvie con entusiasmo me dijo:

— Bueno Amo, lo haré enseguida.

Le dije a Sylvie que acompañara a Aurelia para terminar los últimos detalles de aquel vestido. Ella me miró emocionada y asintió con la cabeza. Ambas se dirigieron a los probadores de la tienda de ropa femenina para realizar aquella tarea. Después de unos pocos minutos de espera Sylvie volvió a mi lado, ella sostenía en una de sus manos una bolsa con el nuevo vestido en su interior.

Aurelia me dijo:

— Doctor ya está todo listo, no quise que Sylvie le mostrase como se ve con su nuevo atuendo. Deseo que ella lo sorprenda el día de víspera de año nuevo. Espero que esté de acuerdo con mi decisión.

De manera cordial mencione:

— Estoy totalmente de acuerdo contigo Aurelia, esperaré ansioso la víspera de año nuevo para ver el nuevo traje de Sylvie.

Las mejillas de Sylvie estaban ruborizadas y sus ojos se mostraban muy brillosos, ella también deseaba que mirara lo antes posible como se veía en su nuevo kimono. Después de haber cumplido con aquella tarea, nos dispusimos a volver a casa con ella.

Sylvie me agradeció por su nuevo vestido.

— Muchas gracias Amo, le estoy muy agradecida por este nuevo vestido que me obsequió, quiero verme muy linda para usted. Deseo ser una linda señorita que pueda caminar orgullosamente a su lado.

Sylvie, el regalo que siempre hemos añorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora