Corazón en pedazos

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Mi relación con mi amado Mero está cambiando y lo más triste de esto es que no es para bien. Hace semanas que no podemos tener intimidad entre nosotros dos, es extraño nunca antes nos había pasado aquello. Me siento culpable, mi propio deseo y lujuria están completamente apagados cuando quiero amar a mi amado novio. Yo estoy enamorada de él, pero mi cuerpo no responde ni reacciona. Estoy fría, encerrada en mi misma y con mucho temor del comportamiento de mi cuerpo.

La amistad entre mi amado Mero y Mía me tiene inquieta, ellos con cada día que pasa lucen más cercanos. He notado un nuevo brillo en los ojos de mi novio cuando interactúa con ella.

Hace unos pocos minutos Mero se ha levantado de nuestra cama, él luce muy nervioso y preocupado. Mis abrazos y compañía ya no le brindan la tranquilidad de antes. Mi amado Mero ha demorado en volver a nuestra cama, él se acuesta tomando distancia de mí y se queda dormido encima de las cobijas de la cama. Su rostro se ve más tranquilo, es bueno saber que mi novio se siente un poco mejor. Muevo las cobijas por debajo de él y vuelvo a taparlo, no quiero que mi amado Mero se resfríe.

Haré mi mejor esfuerzo por mi amado Novio, me he levantado muy temprano en el día de hoy. Quiero sorprender a mi amado Mero con un delicioso desayuno. Mía y Cristine son las primeras en levantarse, ellas se alistan y visten de forma adecuada, al cabo de unos minutos se sientan en la mesa de nuestro comedor. Me preocupo de atenderlas cordialmente y les sirvo el desayuno que he preparado para todos. Mía rehúye mi mirada, ella se ve algo distinta, pero no se distinguirlo con seguridad.

Mi amado novio llega hasta el comedor donde todos estamos desayunando. Me esmero y lo atiendo de la mejor manera posible. Las sonrisas de mi amado Mero las siento un poco forzadas y sin naturalidad. Tengo miedo y desconfianza, no puedo negarlo, él se está desencantando de mí.

Hemos llegado a la mansión de mi querida hermana mayor. Somos recibidos por todos en la entrada de este lugar. Mi amado Mero se ha encontrado con su Abuelo, una gran felicidad dentro de él se manifiesta. Estoy algo nerviosa, mi amado novio me toma de la mano y me presenta delante de su Abuelo. De forma caprichosa y para llamar la atención Mía también se presenta delante del Abuelo de mi amado Mero. Las intervenciones de mi rival de amor como siempre resultan ser muy inoportunas, ella siempre desea llamar la atención de mi amado Mero.

¿Qué es eso de que ella es la adorable y linda guardaespaldas de mi novio?

A mi amado Mero lo noto muy nervioso, su actuar se ve forzado y poco natural delante de todos.

Le digo a mi amado Mero que iré a conversar un poco con mi Madre y las demás chicas. Él me sonríe y me da su aprobación con un cálido beso.

Mía no ha querido integrarse a nuestro grupo de conversación, mi rival de amor está muy lejana con Cristine, desconozco el motivo de su molestia con su hermana mayor. Por alguna extraña razón, ella está al lado de mi amado Mero el máximo tiempo que le es posible.

Mi amado novio y su Abuelo abandonan el salón central de la mansión de Anastasia donde se está llevando a cabo nuestro cóctel de bienvenida. Al parecer ellos dos desean hablar a solas.

Siento una gran angustia que se propaga de mi corazón a todo mi cuerpo. Tengo un mal presentimiento que no deja de provocarme escalofríos.

La pequeña gemela Elosky se ve inquieta e impasible. Ella recorre de lado a lado todo el salón donde se está llevando a cabo el cóctel de bienvenida para Sylvie y Mero.

Los pensamientos de Mía hacen eco en su mente de forma constante.

— Me siento extraña, mis sentimientos de amor a favor de mi querido Mero han crecido muchísimo. Mi cuerpo y mi mente no dejan de pedirme que este la mayor parte del tiempo al lado del hombre que decidí amar. Sé que debo mantener la compostura, pero me es sumamente difícil después de que hice el amor con él. Mi vientre tiene un leve ardor y mi corazón en mi pecho no deja de latir de forma constante al pensar en mi querido Mero. Tengo que gobernar mis emociones. No deseo levantar sospechas con la señorita Arian.

Sylvie, el regalo que siempre hemos añorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora