Autodestrucción

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"Sir Johnn" ayudó a caminar a Mero y juntos abandonaron la clínica que estaba a cargo de su malvada Madre. Desde atrás ellos eran seguidos desde cerca por una preocupada Arian, Cristy y Mary.

Anastasia se quedó en la sala de espera de la clínica y le dirigió algunas palabras en voz alta a la malvada Madre de Mero.

— ¡¡¡Usted no tiene derecho a llamarse Madre!!! Mero es una gran persona, él ayudo a mi pequeña hermanita en su tiempo de desgracia. ¡¡¡Gracias a él mi pequeña hermanita aún sigue con vida!!!

La Madre de Mero respondió de forma despectiva y sin ningún rastro de emoción.

— Entiendo, ¡¿debo sentirme orgullosa por eso?!

El rostro de la distinguida señorita de la "Familia Earl Lang" quedó estupefacto, ella no lograba comprender la crueldad de la propia Madre de Mero. Anastasia le enunció de forma rápida a la soberbia doctora que estaba delante de ella.

— ¡Usted no tiene corazón!, ¡tú eres un monstruo sin sentimientos ni emociones!

La Madre de Mero encogió un poco sus hombros y respondió de forma calmada.

— ¡¿Terminaste con tu emotivo discurso distinguida señorita de la "Familia Earl Lang"?! Si es así, recuerda que tu acongojada Madre "Miss Abigail" se atiende en mi lujosa clínica, ella dispone en este lugar de los mejores servicios en favor de cuidar su salud de forma satisfactoria. Te pido discreción y respeto. No te entrometas en problemas familiares que no son de tu incumbencia.

Anastasia se dio cuenta que estaba tratando de discutir con un ser inerte y sin ningún rastro de humanidad. Ella se despidió de la estoica doctora y abandonó la clínica.

La Madre de Mero miró su entorno y se percato de su soledad en la sala de espera de su lujosa clínica. A su mente volvieron algunos dolorosos recuerdos que se pronunciaban en su mente a diario. Perder, ella no deseaba perder nada más en su vida.

— ¡¿Estas seguro Querido?! Esa misión de ayuda a los necesitados de medio oriente es demasiado peligrosa. No deseo que nada malo te pase. Yo te amo demasiado... ¿Tú lo sabes verdad? Tenemos gracias a nuestros trabajos estabilidad económica y tú tienes a tu disposición de una linda familia.

El Padre de Mero respondió de forma amable y cariñosa.

— Lo sé Querida, lo sé, pero es bueno ayudar, es bueno ayudar a los demás que lo necesitan. ¿No lo crees así?, todos somos seres humanos que debemos ayudarnos entre todos.

— Tu forma de pensar es demasiado ingenua Querido, ayudar a todo el mundo es imposible. Cada persona se ha preocupado de construir su propio infierno personal. Algunas veces hay casos distintos que involucran el nacimiento de un ser en un lugar equivocado.
No debes complicar tu propia vida por los demás. Tú eres feliz a mi lado, tú eres feliz al lado de tu hijo, tú eres feliz al lado de tu Padre.

El Padre de Mero respondió con sobriedad y fe.

— Yo creo en la humanidad, yo no debo perder la esperanza en ella. Una de las misiones en mi vida es ayudar a los más necesitados. Estoy agradecido de la vida por haber encontrado a una gran mujer como tú, me complace y hace feliz ser tu esposo, tenemos a un lindo niño, él cumplirá pronto sus siete años de edad. Estoy muy orgulloso de mi hijo también.

La Madre de Mero comprendió la devoción de su esposo y cedió ante sus deseos.

— Seré permisiva nuevamente contigo y cumpliré con tu capricho de querer ir en esas misiones suicidas. Por favor Querido cuídate mucho, ten presente que en casa te espera tu amada familia. Espero que regreses sin novedades y contratiempos.

— Confía en mi Querida, regresaré lo más pronto posible. Los quiero mucho a ti y a mi hijo, los amo mucho a ambos.

Esas fueron las últimas palabras que escuchó la Madre de Mero de su difunto esposo. El Padre de Mero falleció en una misión humanitaria de rescate de heridos de guerra en medio oriente, él trato de ayudar a una persona que no era la adecuada, esta persona tenía en una de sus manos una granada que no dudo en usar para convertirse en un mártir de su propia fe.

La Madre de Mero se enteró de esta triste noticia, ella lloró por varios días, su pena era inmensa, ella había perdido a su amado esposo para siempre.

Una idea se generó y se plasmo totalmente en su cabeza:

"Ayudar a los demás provocará tu propia infelicidad inevitablemente a corto o a largo plazo".

Hace poco tiempo su hijo había cumplido sus siete años de edad. Cierto día su hijo regreso a casa con muchos golpes en todo su cuerpo, muchos moretones resaltaban en sus cuatro extremidades, él resultó ser dañado por golpes de puños y patadas por sus compañeros de clases.
De forma preocupada la Madre de Mero le preguntó a su pequeño hijo.

— ¡¿Qué te sucedió corazón?! Por qué tus compañeros de clases decidieron golpearte. Siempre te has llevado bien con todos tus amigos.

El pequeño Mero respondió con mucha convicción y determinación.

— ¡No podía dejarla a su suerte!, ¡no me permití abandonarla!

— ¡¿A quién protegiste corazón?!

— Esos niños deseaban cortarle las alas a una bella mariposa, yo la protegí, yo logré salvarla.

El rostro de la Madre de Mero se llenó de odio y frustración, ante sus ojos otra persona humanitaria se mostraba a su vista. Las palabras de su pequeño hijo hicieron que su alma se remeciera nuevamente, ella recordó la última conversación que había tenido con su difunto esposo. Un gran rechazo se generó en todo el cuerpo de ella.

La Madre de Mero sin medir ni controlar sus emociones dijo:

— ¡¡¡Eres un estúpido!!! ¡¡¡Eres un imbécil!!! ¡¡¡Porqué arriesgaste tu propia integridad física por semejante idiotez!!!

El pequeño Mero se impresionó de sobremanera al escuchar esas palabras de su Madre. Él sólo tomó la opción de disculparse reiteradas veces delante de su agresiva progenitora. Ella le dio la espalda a su propio hijo y desde ese día todo se torno en contra del pequeño humanitario sujeto.

La mente de la Madre de Mero volvió al presente. Ella de forma silenciosa mencionó para sí misma.

— No has cambiado en nada pequeño estúpido. Es un tormento para mí volver a observar tu rostro. Es una maldita coincidencia verte de nuevo.

De a poco Mero volvió a recuperar su conciencia, el ambiente a su alrededor se mostró vivamente otra vez, él en estos momentos se encontraba sentado en el interior de una de las lujosas limusinas de la "Familia Earl Lang", a su lado estaba su novia Arian, ella se dio cuenta que su amado novio había recobrado la conciencia, ella acercó su rostro hasta la de él y le brindó un cálido beso seguido de un gran abrazo.
Los ojos de Mero brillaban nuevamente llenos de esperanza y convicción. Él dijo algunas palabras que se pronunciaron a viva voz en su propia mente.

— Yo no estoy equivocado Madre, ayudar a algunas personas es algo bueno y generoso.

Meroabrazó a su pequeña novia de nuevo, algunas lágrimas se deslizaron de sus ojos.Estas provocaron que un gran llanto se manifestara en él. Arian sólo atendió adevolverle su abrazo y le brindo consuelo con su propio calor.

Sylvie, el regalo que siempre hemos añorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora