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-¿De que diablos estás hablando?

-Aquí está todo. -Le extendió la carpeta, seguía de pie frente al escritorio-. Se trata de una de las sucursales en Chile. Sería bueno que lo atendieras personalmente.

Nicholas se dispuso a hojear los documentos que acababa de recibir. -No creo poder ir hasta allá. ¿Por que no vas tú? ¿Ya se avisó a las autoridades correspondientes?

-Pues si, se están llevando investigaciones a fondo, pero...

-Tienes la misma autoridad que yo para lidiar con estas cosas. Yo no quiero viajar en este momento.

-Entiendo que acabas de casarte, pero si perdemos el control de estas sucursales, si esto queda impune, pues...vamos a terminar con un problema mayor entre manos.

-Keira no tiene nada que ver con esto... Además, no es tan grave, son unos pocos millones. No es necesario que me encargue personalmente. Ponte en contacto con el auditor para que te entregue los resultados finales, y tu decidirás si es necesario que viajes, o si ni siquiera tenemos que intervenir.

Michael asintió. - ¿Como esta Keira? -Preguntó luego de un momento.

-Pues bien... Nada inusual. Por favor, mantenme al tanto de todo esto. Obviamente quiero a todo el mínimamente responsable fuera. Si es necesario cambiar a todo el personal, pues que así sea.

Mike dudó. -No creo que sea necesario que paguen todos por unos cuantos. Es un tanto cruel.

Nicholas lo miro fijamente, y esbozó una sonrisa burlona. -Hay que ser cruel...para esto de los negocios. Por favor, retírate. Tengo cosas que hacer.

Michael asintió, y salió de la oficina sin mediar palabra.

___

Eran alrededor de las siete treinta cuando Keira estuvo lista para recoger a Roger en el aeropuerto. Se aseguró de dejar sus argollas de matrimonio seguras en un cajón de su cómoda, pues no quería que su amigo se enterara de aquella manera. Abrió la puerta para salir de la habitación, y se encontró a Nicholas allí parado, a punto de tocar.

-¿Vas a salir? -Preguntó, mostrándose más asombrado de lo que esperaba.

-Sí, ya voy de salida. ¿Necesitas algo?

-No, no.... Descuida.

-¿Seguro?

-Sí, que pases buenas noches.

___

-Me da tanto gusto verte. -Roger la envolvió entre sus brazos, en la terminal-. Estás preciosa eres una reina.

-Gracias, cariño. -Se amarró a su brazo mientras caminaban al auto-. ¡Tú estás guapísimo!

-Y dime... ¿Sigues con Neal?

-Es bastante complicado, Roger... Pero... Pues sí.

-¿Qué es lo complicado? Me imagino que sus viajes...

-Preferiría que habláramos en un lugar más tranquilo. Te llevaré a cenar.

-De acuerdo. -Le dijo, antes de plantarle un beso en la sien.

-¿Y cómo está Marc? Aún juntos, ¿no?

-Pues sí, pero creo que estamos a punto de terminar.

-¿¡Qué!? ¿Por qué?

-Creo que... Creo que me es infiel. Bueno, no creo, estoy seguro. Los vi.

-¿Y no estás dispuesto a perdonarlo?

-Pues no... No lo creo, Keira. ¿Perdonarías tú una infidelidad?

-Siento que...que si el amor es lo suficientemente fuerte, se perdona todo.

___

-Llévame a cenar... -Amber le susurró a Nicholas en el oído.

Estaban acostados en la cama. Una fina sábana los cubría parcialmente. Ella descansaba su cabeza en el torso de él.

-¿Estás perdiendo la cabeza?

-Es que nunca salimos, Nick... Y yo...

-No me llames Nick. -Dijo terminantemente, haciéndola a un lado, y levantándose.

-¿A dónde vas? ¿Cuál es tu problema?

-Quiero que me dejes en paz... -Le dijo mientras se vestía-. Yo te busco cuando quiera verte.

Una vez que Nicholas salió del departamento, Amber dejó salir las lágrimas que tenía reprimidas.

-Vas a pagármelas todas, maldito infeliz. -Lloraba, apretando con fuerzas una almohada entre sus manos-. Vas a pagar muy caro el no amarme.

___

-¿Cómo que estás casada? ¿De qué diablos estás hablando? -Roger le pregunto a Keira mientras cenaban.

-Pues sí. -Ella jugaba con sus cubiertos. No se atrevía a mirarlo a los ojos.

-¿Pero por qué? ¿Y con quién?... ¿Por qué no me enteré? Tenemos amigos en común en las redes sociales y...

-Es que... Fueron muy pocos los invitados, y pues... tuvieron que firmar un documento que les impedía tomar o publicar fotografías sin el consentimiento de nuestros abogados.

-¿Con quién diablos te casaste? ¿Por qué no me contaste? ¡Eres mi mejor amiga, Keira! ¡Nos conocemos de toda la vida!

Ella sonrió. -Ya sé, es que... Me moría de la vergüenza. Aún estoy avergonzada.

-¿Por qué? ¿Qué tiene de malo la persona con quien te casaste?

-No estoy enamorada, y él tampoco.

-¿Entonces por qué se casaron?

-Por mi papá. Él tiene la culpa de todo.

-Necesito que me expliques todo detenidamente. No entiendo nada.

-Verás, Nicholas y yo... -Dudó-. Lo que pasa es que mi padre...

Estaba dispuesta a contarle todo a Roger, a por fin hablar con alguien que la entendiera, pero todo su ser se congeló en un instante, al ver aquella imagen frente a sus ojos.

-Keira... ¿Vas a terminar de contarme?

Roger vio como una sola lágrima se deslizaba por su mejilla, hasta llegar a sus labios.

-Keira... -Roger se dio la vuelta para poder ver qué le había causado dolor a su amiga.

Allí, en espera de una mesa, vio a una exuberante rubia de grandes pechos, amarrada al cuerpo de Neal. Su Neal.

Disimula. (En Proceso de Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora