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—No puede ser... —Zira se cubrió el rostro con ambas manos-. No puede ser...

—Mama, perdóname, yo...

—¿Es esa la educación que yo te di, Keira Rae? ¡Metiéndote a la cama de otro cuando eres una mujer casada! ¿Di mi todo por ustedes tres para esto?

—Mamá, escúchame...

—¡No! Acabo de perder todo el respeto que tenía por ti...

A Keira se le llenaron los ojos de lágrimas. Eran un perfecto reflejo de los de su madre frente a ella. —Mamá, no me digas eso.

Zira movió la cabeza en negación. —Mañana mismo nos vamos de esta casa.

Keira no dijo nada más. Zira se fue de la había también en silencio.

_____

—Buenas tardes. —Keira dijo a la recepcionista del hotel-. Vine a ver a Neal Brennan, habitación 323. Está esperándome.

—¿Keira Auguste? —La recepcionista preguntó con una sonrisa.

—Sí.

—Puede pasar. Tomé el elevador al tercer piso, y encontrará la habitación unas puertas a la derecha.

—Gracias.

_____

—Mi amor... —Dijo Neal al abrir la puerta-. Temía que no vinieras...

—Aquí estoy. —Keira le dijo sin mirado a los ojos-. ¿Qué es lo que quieres?

—Pasa. —Se hizo a un lado para que Keira entrara.

Dentro de la habitación, Keira encontró una botella de champagne en una hielera. La maleta de Neal aún hecha, abierta en el piso, y la cama desarreglada.

—¿Puedo tomar tu abrigo?

Justo entonces, ella notó una pistola aún en la funda sobre la mesa. Sintió como la boca comenzaba a secársele.

—Creí que no usabas armas...

—¿Qué? —Lucía confundido-. Oh, esto... disculpa, cielo —La tomó y abrió el armario, donde se encontraba una pequeña caja fuerte. Allí la guardó-. Es necesaria para el trabajo que estoy haciendo. Por si las cosas salen de control.

Keira asintió.

—Siéntate, Keira. ¿Quieres una copa? Ordené tu favorita.

—Estoy tomando analgésicos. No puedo ingerir alcohol.

Neal se rascó la cabeza. —No pensé en eso. Lo lamento.

Ella al fin se quitó el chaleco y se sentó en la silla junto a la mesa. El se sentó frente a ella.

—Te he extrañado tanto. —Neal tomó una de sus manos entre las dos de él, y se la llevó a los labios.

—No hagas eso, por favor... —Imploró ella con un hilo de voz.

—¿Por qué no? —Le preguntó sin soltarla.

—Porque terminamos ya.

—¿Y por qué terminamos? No lo tengo claro.. Ese cuento de qué te estás enamorando de tu esposo... yo no lo creo.

—Terminamos porque te vi con otra mujer. Y no te atrevas a negarlo, tengo a Roger como testigo.

Neal sonrió una vez entendió lo que ella decía. —Debí imaginármelo.

—¿De qué te ríes?

—Esa mujer, mi amor... No debería decírtelo, pero al diablo, no quiero perderte. Esa mujer está bajo investigación por la agencia.

Keira enarcó las cejas.

—Es parte de mi trabajo infiltrarme en su vida para poder investigarla a fondo.

—¿Me estás diciendo que lo que vi es falso?

—Lo que viste fue real. Los sentimientos detrás de ello no lo son.

—Neal...

—Mi amor... —Se inclinó hacia ella-. Tú eres todo lo que yo amo en este mundo. A veces hay que hacer cosas que no queremos, tú bien lo sabes.

Ella asintió. —Lo sé. —Le acarició con una mano la mejilla.

—Por favor, no te apartes de mi... Yo no lo soportaría.

—Neal, es muy complicado de todas formas. Nicholas es un hombre con muchos contactos, si alguien me ve contigo, si yo daño su imagen...no sé qué sería capaz de hacer.

¿Por qué seguía empeñándose en ver a su esposo como un monstruo, cuando él le estaba demostrando que podía ser una persona dulce?

—Nadie nos va a ver, lo prometo. De hecho, te tengo una sorpresa.

—¿Qué es?

—Antes de que terminaras conmigo, arrendé una casa en Chappaqua... lejos del bullicio de la ciudad, con un jardín hermoso, tal como siempre la soñamos...

—Neal, yo no puedo irme contigo. Lo sabes.

—Lo sé. Sé que por ahora estás atada a ese hombre, pero merecemos nuestro propio espacio. Ya no quiero seguir viéndote en hoteles. Quiero que decores esa casa a tu gusto, que la llenes de tus cosas... que sea nuestra pequeña burbuja, mientras estamos en esta situación...

Ella sonrió. —Sería como pretender que...que si tenemos una vida juntos.

Él asintió. —Acepta, por favor, y te entrego las llaves en este instante.

—Sí. —Dijo sin pensar-. Es una locura, pero si.

Disimula. (En Proceso de Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora