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—¿Estás completamente renuente a los tratamientos?

—No, pero... no es lo mismo. Seguro que nos va a costar cientos de miles de dólares y muchas lágrimas, si es que lo logramos.

—¿Por qué no olvidamos esto un rato?

—Quiero saber qué piensas tú...

—Que debemos considerar todas las opciones, y no permitir que esto te altere tanto como para echar a caminar en medio de una tormenta.

Ella río sin ganas. —Nunca creí que estaría en esta situación...

_____

Había pasado cerca de una semana cuando Nicholas recibió una llamada que lo intranquilizó.

Nicholas... —Era Amber-. Solo te llamo para decirte que ya está hecho.

—¿Estás...bien?

Sí, yo estoy bien... Me iré por una temporada con mi familia a Texas y... y estaré mejor.

—Amber... si alguna vez necesitas algo, lo que sea... solo llámame.

Lo haré, gracias. Qué estés bien.

_____

Keira y Janine estaban comiendo juntas en la oficina, entre un montón de revistas.

—¿Tienes planes para tu cumpleaños?

—No, el año pasado estuve sola y... creo que este será igual.

—¿De qué estás hablando? Estás casada con un hombre maravilloso, según me has contado...

—Pues sí, pero no creo que sepa cuándo es mi cumpleaños.

Janine río, pensando que Keira bromeaba.

—No lo sé, tal vez le pida que vayamos al teatro o algo así. Desde que me mudé a este país esa fecha me entristece. Siempre llueve o neva...

—¿Y qué hacías cuando vivías en Santa Lucía?

Keira sonrió. —Amaba pasar todo el día en la playa.

____

Nicholas se detuvo frente al escritorio de Jackie antes de entrar en su oficina.

—¿Está listo el avión para el viernes?

—Sí, señor. Tenemos citado al piloto para las siete de la mañana.

Él asintió. —Recuerda comunicarme con Victoria Lancaster, directora de la revista RAD....

—Sí, señor...

—Y por favor dile a Michael que necesito verlo en mi oficina.

—De inmediato, señor.

_____

Nicholas ya no estaba cuando Keira despertó el miércoles en la mañana. Era su cumpleaños. Yuko había pedido el día libre, y por primera vez en mucho tiempo no había desayuno esperándola.

Luego de preparar café tomó una manzana de la barra y la empacó para llevar en una bolsa de papel marrón. Jackson tampoco estaba en el estacionamiento, probablemente había llevado a Nicholas.

El día aconteció sin eventualidad alguna, sus familiares llamaron para desearle un feliz cumpleaños, y Janine compartió con ella un trozo de pastel a la hora del almuerzo.

Nicholas la llamó justo cuando se preparaba para salir. Su corazón se aceleró y no pudo evitar sonreír. Pensó que había recordado su compleaños y celebrarían de alguna manera.

—Nicholas... —Dijo como todo saludo, aún sonriendo.

Hola, vida, ¿Cómo estás?

—Mejor ahora que llamas tú.

Es una llamada bastante breve. Tengo que trabajar hoy hasta tarde, no me esperes despierta. Solo quería avisarte.

La sonrisa se borró de su rostro en ese instante. —Oh.... Entiendo...

Recuerda que Yuko tampoco estará en casa hasta mañana y Jackson regresa conmigo.

Perfecto. Estaría sola el dia de su cumpleaños.

—Sí, no te preocupes, estaré bien. —Dijo con amargura.

De acuerdo, vida. Te veo después.

Decidió quedarse a trabajar hasta tarde, sería la única manera en que podría distraerse de aquel desastroso día.

Al salir al estacionamiento, notó un globo rojo atado a una cinta del mismo color que se asomaba por el lado izquierdo de su auto. Se apresuró y descubrió una pequeña caja de regalo en el suelo junto a su puerta, la cinta estaba atada a ella.

La levantó y dentro encontró fotografías de ella en actividades regulares: caminando al auto al salir del trabajo, haciendo compras, entrando en la peluquería, y una en donde estaba saliendo de un restaurante de la mano de Nicholas, y reía de algo que él le decía. Notó que todo eso había pasado en el último mes. Alguien la estaba vigilando. Neal. Estaba casi segura.

Tiró la caja al piso y se subió apresurada al auto. Había comenzado a temblar, y en una de las rápidas miradas por el espejo retrovisor, notó aquel auto negro del centro comercial. No.... No podía ser, seguro que era pura coincidencia o producto de su imaginación. Neal no podía hacerle eso... ¿O si? ¿Qué es lo que quería? ¿Asustarla? Pensó en llamar a la policía, pero... ¿Qué iba a decirles?

Una vez en el estacionamiento subterráneo de su edificio corrió a ascensor y no para de moverse hasta que llegó a su piso.

Las llaves se le cayeron en dos ocasiones tratando de entrar una de ellas en la cerradura, pero al fin lo logró. ¿A qué le tenía miedo? Él no podría pasar por alto la seguridad, ¿O si? Y si lo lograba... ¿Qué es lo que iba a hacerle?

Mientras estaba en el recibidor, escuchó un ruido proveniente de adentro y su corazón se aceleró. Yuko no estaba, y había notado que el auto que Nicholas había usado en la mañana tampoco estaba abajo. Se quería morir.

Asomó su cabeza tras la pared, y notó que en la mesa de centro del salón se encontraba un pastelillo con una vela encendida. Maldita sea. Alguien estaba dentro del apartamento y ella no tenía nada con que defenderse.

Rebuscó rápidamente en su bolso pero no encontró su móvil, recordando que lo había puesto en el portavasos del auto, y había olvidado tomarlo. Quería irse, pero el miedo la inmovilizó.

Entonces escuchó pasos acercarse. Se apresuró a la puerta y justo cuando iba a girar el pomo, escuchó su voz.

—Feliz cumpleaños, vida.

Sintió el aire volver a sus pulmones y comenzó a reír, tanto que las lágrimas que no sabía había estado conteniendo escaparon al fin de sus ojos. Se dio la vuelta para encontrarse con Nicholas. Tenía en sus manos una caja de regalo que sobrepasaba los límites de su pecho.

—Me asustaste. —Dijo ella aún riendo-. Dijiste que no estarías aquí, yo pensé que habías olvidado mi cumpleaños...

—Nunca, mi vida.

Ella tomó la caja y luego de dejarla sobre la repisa se amarró al cuello de Nicholas. Unió sus labios a los de él en un beso largo y apasionado. Le acarició la nuca con las puntas de los dedos, provocando que se encendiera su sangre.

Nicholas tenía sus manos en su cintura, y antes de dejarla ir, plantó un mordisco en su labio inferior, haciéndola gemir. 

Disimula. (En Proceso de Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora